Películas eróticas

La primera película pornográfica de la historia

Como vimos en el artículo sobre los inicios del cine erótico, el kinetoscopio y el mutoscopio lograron las primeras posiciones de la carrera contrarreloj que mantenían a finales del siglo XIX  inventores, empresarios y fotógrafos, con el objetivo de crear una máquina que reprodujera imágenes en movimiento. De hecho, este último invento perduró en países como Dinamarca hasta bien entrado el siglo XX, debido al éxito de los rollos eróticos y pornográficos que podían visionarse a cambio de unas pocas monedas, a pesar de que ya circulaban las primeras películas pornográficas. ¿Cuáles eran?

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El cinematógrafo

En 1895, los hermanos Lumière crearon el cinematógrafo, una máquina que permitía la toma, proyección y hasta el copiado de imágenes en movimiento. Semanas después, el invento se estrenó para el gran público con la proyección de La sortie des ouvriers des usines Lumière à Lyon Monplaisir, a la que siguieron otras como L’arrivée d’un train à La Ciotat o Le Bassin des Tuileries, con gran éxito de público a pesar de que los Lumière consideraban que sería una moda pasajera meramente anecdótica.

En un principio, las filmaciones eran escenas de la vida cotidiana, con carácter meramente documental, hasta L’Arroseur arrosé (El regador regado), la primera ficción cinematográfica y la primera película cómica, que fue estrenada en el Salon indien du Grand Café, un sótano en el número 14 del Boulevard des Capucines. El cine había nacido y con él, como no podía ser de otro modo, el cine erótico y pornográfico.

A L’Ecu d’Or ou la bonne auberge

En 1896 y a petición de los Lumière, Eugene Pirou y Albert Kirchner (bajo el nombre artístico de Léar) rodaron Le coucher de la mariée, un corto erótico inspirado en una popular obra de teatro. Se cree que el original duraba siete minutos, pero en 1960 se encontraba en tal mal estado que solo pudieron rescatarse los tres primeros. En ellos se muestra a una pareja en la noche de bodas. Tras carantoñas previas, la mujer (interpretada por Louise Willy), se desnuda lentamente al lado de una cama (en lo que podría considerarse el primer striptease de la historia del cine) mientras su marido la observa pícaro y expectante, por lo que es más que evidente que el metraje perdido contenía sexo explícito, aunque no podemos saberlo con certeza.

Entonces, ¿cuál es la primera película pornográfica a efectos oficiales? A L’Ecu d’Or ou la bonne auberge, rodada en 1908, en Francia, por autores desconocidos. En ella, una pareja sorprende a la doncella masturbándose con la aspiradora y deciden montarse con ella un menage a trois: cunnilingus, felaciones, 69, facesitting, una cabalgada al estilo vaquera y una felación con final feliz en cuatro minutos de acción vertiginosa que hacen palidecer a los vídeos/resumen para una pajilla rápida que proliferan en las webs de porno actuales.

El satario

No todos están de acuerdo en considerar a A L’Ecu d’Or ou la bonne auberge como la primera película pornográfica de la que se tiene constancia; historiadores como Dave Thompson, Joseph Slade o Linda Williams le atribuyen el honor a El Satario (conocida también como El Sartorio y El Sátiro). La cinta muestra a varias ninfas que juegan voluptuosas en el campo, a orillas de un río, sin saber que un fauno las observa con lujuria. Este, arrastrado por el deseo, las persigue incansable hasta que apresa a una a la que excita con caricias y un cunnilingus, a los que siguen una felación, un 69 y sexo al estilo misionero y perrito en apenas unos minutos de metraje. Agotador.

Aunque estos y otros autores consideran que El Satario fue rodada en 1907, en algún lugar de la ribera de Quilmes o la ribera paranaense de Rosario, no hay ninguna prueba formal de que así sea. Por el contrario, otros indicios apuntan a que pudo haber sido filmada en Rosario o Buenos Aires en 1912, como una parodia de La siesta de un fauno, un ballet en un acto con coreografía de Vaslav Nijinski y escenografía y vestuario de Léon Bakst, estrenado en París el 29 de mayo de 1912, y que causó un gran escándalo por su «erotismo bestial».

Las claras similitudes en el argumento de ambas, la calidad de la producción de El Satario y el hecho de que apareciera poco después de la representación del ballet en Argentina, inducen a pensar que esta última teoría es la correcta y que la primera película pornográfica (conservada) es A L’Ecu d’Or ou la bonne auberge.

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