¡Celebremos el Día Internacional de la Bisexualidad este 23 de septiembre! ¿Por qué? Porque es la fecha que eligió la comunidad bisexual y el colectivo LGTB para conmemorarla. Y ¿por qué esta fecha? Pues parece que no hay una razón, al menos popular, por la que sea este día. Lo que se determinó en 1999 es que fuera el 23 de septiembre, que tiene más probabilidades de caer en miércoles, viernes o domingo (al menos, en los últimos 400 años, ha caído 58 veces en cada uno de estos días de la semana). Pero el Día Internacional de la Bisexualidad no nace de la cábala, aunque algunos crean que es una maquinación, sino de la cabalidad: había (¡hay!) que ajustar las percepciones a la realidad. ¿Es que no percibo la realidad? Claro que sí, pero, a veces, la realidad se convierte en un Expediente X, donde la verdad solo se puede encontrar ahí fuera. ¿Buscamos?
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La realidad de la bisexualidad
Podríamos hablar de un puñado de encuestas y datos sobre los porcentajes de bisexuales dentro de los colectivos LGTB en distintos países, pero muchas de esas encuestas están mal diseñadas o incorrectamente ejecutadas. Y, las que están bien llevadas, siempre se enfrentarán a lo que parece un problema global: la mayoría de los bisexuales no creen que la orientación sexual sea un criterio importante de su identidad (podéis consultar este artículo, en inglés, sobre una encuesta realizada en EE.UU.). La cuestión sería: si no es importante, ¿por qué autocalificarse como bisexual, por ejemplo, cuando nos pregunten en una encuesta?
Por estas razones, no esgrimiremos datos «exactos» sobre la cantidad de bisexuales, pero, haciendo una media de los datos disponibles, se podría decir que la mitad de las personas en los colectivos LGTB son bisexuales. ¿Los has visto?
Visibilidad Bisexual en la Diversidad
En España, la Federación Estatal de Lesbianas, Gais, Transexuales y Bisexuales declaró 2016 como el Año de la Visibilidad Bisexual en la Diversidad (FELGTB), en un intento más de hacer patente esta realidad y mostrarnos la verdad ahí fuera, para que desclasifiquemos ese Expediente X del que parece tenemos prohibido hablar. Es lo que llaman bifobia y está bien enraizada, cuanto menos, en Occidente.
La bisexualidad es ese archivo que no se quiere airear, sepultándolo en el olvido (en la falta de un juicio crítico) como «aquella experiencia homosexual», «esos días en los que no lo tenía claro», «es que era muy vicioso» y un largo etcétera de excusas para prevenirse de la existencia de una orientación sexual real (¡y normal!): la bisexualidad. O dicho de una manera tan bella como inteligente:
La bisexualidad no es homosexualidad secreta ni heterosexualidad escondida, es otro camino de la expresión afectivo-sexual
Manifiesto por el 23 de Septiembre, Día de la Visibilidad Bisexual, FELGTB, 2011.
Expediente X: bisexuales famosos
Uno de los problemas para conseguir el respeto por la bisexualidad, esa («sencilla») expresión de amor y/o deseo sexual, es que no hay referentes. ¿¡Cómo que no!? Desde Francis Bacon, hasta Greta Garbo, pasando por Lord Byron, Walt Whitman, Keynes, Malcom X, Simone de Beauvoir, Marlon Brando, Joan Baez, Lou Reed, Iggy Pop y otros tantos y tantas, sin contar a Julio César o Alejandro Magno, por aquello de que no existía el concepto en sí.
Sin embargo, la gran mayoría de esos referentes hablan de su bisexualidad desde la homosexualidad o la heterosexualidad. Valga como ejemplo esta confesión de James Dean: «No, no soy homosexual. Pero tampoco voy andando por la vida con una mano atada detrás de mi espalda». O la de nuestro querido actor español Paco León: «Me he cambiado de acera muchas veces en mi vida». Es más, pareciera que, aun reconociéndola, se tiene que justificar. ¿Es que alguien le pide explicaciones a un heterosexual por su orientación?
Celebrar el Día Internacional de la Bisexualidad tiene su porqué en la simple premisa de hacer visible lo que nos ocultamos: el amor y el deseo sexual de una persona hacia otras, siendo hombres y mujeres a la vez, no solo es posible, sino un hecho constante en la Historia.