En terapia de pareja, las infidelidades son uno de los motivos más frecuentes de consulta, ya que la crisis de pareja a la que puede llevar algo así no es siempre fácil de superar.
El tema de las infidelidades supone entrar en un terreno complicado, pues no son lo mismo para todo el mundo y cada pareja lo sobrelleva a su manera. Pero siendo las infidelidades tan habituales como son, nunca está de más hablar de ello y conocer algunas pautas sobre cómo enfrentarnos a esta situación.
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Fidelidad versus infidelidad
Puede parecer tarea fácil definir en qué consiste una infidelidad, pero esto es así únicamente a nivel teórico, pues entendemos la fidelidad como la lealtad sexual hacia la otra persona. Y, por tanto, el concepto de infidelidad iría encaminado hacia la quiebra de dicha lealtad.
Sin embargo, en la práctica, llegar a un acuerdo en la pareja sobre lo que supone una infidelidad, no es tan sencillo. En primer lugar, porque cada miembro entiende este concepto a su modo. Así, por ejemplo, hay quienes ven como infidelidad solamente el acto sexual, mientras para otros un beso, cierto coqueteo o un vínculo emocional es más que suficiente para sentir que nuestra pareja nos está siendo infiel.
Dado que cada persona tiene un concepto diferente, es importante hablarlo y concretar qué se considera lícito y qué no. Es decir, debemos tener claros aquellos actos que, si los llevamos a cabo, van a hacer que la otra persona se sienta mal y probablemente van a dañar nuestra relación o terminar con ella.
Esto es lo que se llama hacer explícito nuestro contrato de pareja y supone un pacto establecido por los miembros, más allá de lo que solemos dar por sentado en un contrato únicamente implícito.
Evidentemente, este tipo de acuerdo es necesario no solo en las relaciones formadas por dos miembros, sino también en las relaciones poliamorosas o en cualquier otro tipo de relación no convencional.
La fidelidad en la era digital
En la actualidad, las nuevas tecnologías han modificado bastante la forma de relacionarnos y también de cómo ser infieles.
Mensajes de texto subidos de tono, sexting, webcams, redes sociales, webs de contactos… Existen multitud de formas de mantener sexo con alguien fuera de la pareja en un momento dado.
Además, cada vez es más frecuente el sexo virtual, y eso significa que podemos tener relaciones sexuales con otra persona cuando queramos, simplemente con un móvil, ordenador o tablet.
Para algunas personas, el sexo virtual también entraría dentro de lo que se considera una infidelidad, en cambio, para otras, mientras no haya contacto físico, no pasa nada (este tipo de relación sexual podría verse tan inofensivo como la masturbación). Pero, en el otro extremo, hay quien considera el autoerotismo de su pareja una forma de serle infiel, más aún si se implica a otra persona, por muy lejos que esté.
Al final, si no hablamos de ello, es difícil saber si estamos quebrando un pacto de fidelidad que no hemos definido previamente.
¿Se puede superar una infidelidad?
Plantearse superar una infidelidad en la pareja supone que para ello tendremos que hacer un gran esfuerzo por hablarlo y comprendernos.
Pero, en primer lugar, debemos preguntarnos si realmente queremos perdonar a la otra persona y superarlo juntos y, a continuación, si podemos hacerlo: ¿Sabemos cómo? ¿Tenemos las herramientas?
A menudo, la forma de enfrentarnos a la infidelidad va a tener mucho que ver con entender su causa. Los motivos por los que alguien comete una infidelidad pueden ser diversos: sentir una fuerte atracción por una tercera persona, la necesidad de sentirse deseado/a, la falta de sexo en la pareja, la búsqueda de nuevas sensaciones…
También es importante tener en cuenta si la infidelidad se produjo de manera puntual o continuada. Por lo general, la persona que descubre una infidelidad por parte de su pareja va a tener mayor dificultad para perdonar si la conducta ha sido reiterada y mantenida en el tiempo.
Recuperar la confianza
Como parte de la superación de una infidelidad hay que saber que perdonar no es lo mismo que olvidar y que esto puede afectar a la confianza posteriormente. Justo la recuperación de esa confianza en la pareja es uno de los elementos más complicados de esta situación.
Es posible que conocer quién fue la persona elegida para ser el tercero en discordia influya en esa recuperación de la confianza. Es decir, no es lo mismo que dicha persona sea nuestra mejor amiga, un compañero de trabajo o alguien completamente desconocido y aleatorio.
Ayuda externa
La terapia de pareja llevada a cabo por el profesional correspondiente puede ser de gran ayuda en muchos casos, principalmente en la tarea de asumir responsabilidades y restaurar la confianza mutua.
Finalmente, debemos considerar que superar una infidelidad no siempre significa seguir juntos. A veces las parejas deciden separarse a lo largo del proceso terapéutico y eso no significa una derrota, sino aceptar que es mejor pasar página, aprender de lo vivido y seguir adelante con nuestras vidas por separado.