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¡Pechos Fuera! Día Internacional del Topless

Recuerdo perfectamente la primera vez que mis pechos vieron la luz del sol. Pasaba el día con mi familia en una playa y el diablillo de mi hombro izquierdo me tentó. Me senté al lado de mi abuela, que descansaba bajo una sombra ajena al peligro, me quité la parte de arriba del bikini con disimulo y comencé a charlar. Cuando se dio cuenta de mi desnudez, estalló en carcajadas histéricas, mientras mi tía nos inmortalizaba con una cámara fotográfica.

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¡Pechos Fuera! Día Internacional del Topless

Aunque reconozco que la foto tiene su encanto y cierto trasfondo reivindicativo frente a una familia muy tradicional, palidece al lado de la que muestra a Elena Ivanovna Diakonova, más conocida por Gala Eluard Dalí, con los pechos desnudos en la playa de la Carihuela de Torremolinos.

Evolución del Topless

Ha llovido mucho en España desde aquel abril de 1930. Durante los años posteriores, el cuerpo de la mujer volvió a considerarse «una invención diabólica para el desenfreno sexual». Así que, tampoco fue de extrañar que, cuando Pedro Zaragoza, alcalde de Benidorm, dictara una ordenanza en 1952 que permitía el uso del bikini «en todo el término municipal» para adaptarse a la nueva moda (creada apenas seis años antes en EE.UU por el diseñador Louis Réard), se le amenazara con la excomunión. Pero, contra todo pronóstico, el alcalde visionario convenció a casi todos de las ventajas del bikini, y la Costa Blanca se convirtió en el destino turístico ideal para las veraneantes suecas.

Aunque una cosa era el bikini y otra muy distinta el monokini, una prenda diseñada por el modisto austríaco Rudi Gernreich en 1964 consistente en un bañador femenino, formado por una pieza inferior que cubría hasta el ombligo y que se sujetaba con dos graciosos tirantes que se cruzaban delante del pecho… DESNUDO. Si la creación del bikini había arrasado como la bomba al atolón del que tomó su nombre, la creación del monokini sacudió los cimientos de una sociedad dividida, entre los que clamaban a gritos su prohibición por inmoral y los que lo defendían como un símbolo reivindicativo de la igualdad entre mujeres y hombres.

La prenda tuvo una vida corta más por su incomodidad que por la repulsa social, pero la semilla había arraigado y brotó con fuerza en las décadas 70 y 80. Y las mujeres comenzaron a quitarse la parte de arriba del bikini como forma de protesta contra los tabúes establecidos: había nacido el top-less.

Prohibición y censura en la actualidad

Hoy en día no hay ningún reglamento que prohíba el topless en las playas españolas. Algo muy distinto a lo que ocurre en algunas partes del mundo como Brasil, El Salvador, Malta y el continente asiático (con algunas honrosas excepciones), en las que se penaliza por motivos tan diversos como atentar contra el pudor y las buenas costumbres, indecencia pública, disturbio de la paz o comportamiento obsceno.

También se prohíbe el topless en la mayoría de los estados de la «tierra de la Libertad». La censura se ha extendido a redes sociales como Instagram y Facebook que no dudan en eliminar fotografías que muestren el pecho femenino con independencia de que sean mujeres amamantando a sus hijos, mamografías o cicatrices de mastectomías, cuadros como «La Libertad guiando al pueblo» de Delacroix o documentos históricos como la foto «Niña del Napalm». Ese es el motivo por el cual han surgido movimientos como Free the nipple,  Pixon Project o el Día Internacional del Topless,

El Día Internacional del Topless

El Día Internacional del Topless es un movimiento creado en 2007 con el objetivo de reivindicar la igualdad entre hombres y mujeres a la hora de enseñar sus pechos en público y no ser criminalizadas por ello.  Su inspirador es Rael, el líder del movimiento Raeliano, una religión que considera que el ser humano ha sido creado por seres extraterrestres mediante ingeniería genética.

Ya, ya… te entiendo, pero coincido con un punto de su credo: si estigmatizamos a las mujeres por enseñar sus pechos, sin duda no somos la raza tan avanzada que creemos ser. Es cierto que los senos femeninos tienen dos funciones, la maternal y la sexual, pero los hombres deberíais aprender a controlar vuestros instintos, ¿verdad?

Pues eso, mis queridas afroditas, ¿tenéis preparados los misiles? ¿Sí? Un, dos, tres: ¡Pechos fuera!

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