Masturbación

Cómo masturbarse: 5 técnicas originales (y alguna imposible)

Cómo masturbarse no es una pregunta exclusiva de novatos o advenedizas en los placeres onanistas. Aunque hemos dado cuenta de la masturbación femenina y masculina en un buen número de artículos, lo cierto es que seguimos recibiendo emails de una importante cantidad de seguidores que nos preguntan si hacerlo de esta o aquella forma es algo normal o sano. Que si me pellizco la piel del prepucio, que si hago un anillo con mis dedos sobre la base del pene, que si el chorro de la ducha contra el clítoris, que si simulo una vagina con las sábanas, etc.

Dejemos algo claro desde el principio: dentro de las prácticas onanistas indoloras y en las que reine el aseo personal, no existe una forma correcta de masturbarse; todas son tan válidas como el placer que os otorguen. Así que, para celebrar este Mes de la Masturbación, vamos a examinar 5 técnicas originales de autoerotismo. (Y, al final de esta publicación, encontraréis los enlaces a 15 artículos donde explicamos más técnicas para la masturbación, con más información sobre el orgasmo femenino y el masculino).

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Cómo masturbarse: 5 formas originales de onanismo

1. Masturbación oral

Si la idea de disfrutar del sexo oral en cualquier momento os suena celestial, entonces es hora de apuntaros a clases de yoga. Y es que la leyenda urbana de masturbarse con la propia boca, no es tan leyenda; improbable sí, pero posible también. Se estima que menos del 1% de los hombres tienen suficiente flexibilidad y longitud de pene para proveerse una felación a sí mismos. Por si alguna se lo pregunta, no hemos conseguido datos o historias sobre mujeres que hayan sido capaces de regalarse un cunnilingus.

Pero esto no significa que la gente no lo haya intentado: la auto-felación está documentada desde la mitología egipcia, donde el dios Atum se crea a sí mismo «mediante auto-felación, saliva, lágrimas, sudoración u otros métodos». Aunque, también hay otras interpretaciones que cuentan que fue el dios Ra el que, tras escupir el semen de una auto-felación, creó a los dioses Shu y Tefnut. Y si los dioses hicieron esto significa que muchos humanos lo intentaron, y algunos héroes lo consiguieron.

2. El Tour de las sonrisas

Aunque no os lo creáis, la historia de la bicicleta está directamente vinculada con los derechos de la mujer. Durante la última década del siglo XIX, hubo un auge en el uso de la bicicleta, en parte, gracias a las sufragistas estadounidenses (primer movimiento que reclamó el derecho a voto para las mujeres). Las mujeres se desplazaban en bici allá donde quisieran, despojándose de la tutela de los conductores masculinos y, al tiempo, condenando esas incomodísimas prendas, como los corsés o las faldas largas de la época, al ostracismo. La razón iba más allá de la incompatibilidad de las mismas con las bicicletas, si bien estas representaban una pragmática excusa que podía ser asumida inmediatamente por los varones. De hecho, en una entrevista publicada en el New York World (famoso periódico propiedad de Joseph Pulitzer) en 1896, Susan B. Anthony (una de las más famosas sufragistas) dijo que «el ciclismo había hecho más por emancipar a la mujer, que cualquier otra cosa en el mundo».

Obviamente, ella se refería a la autonomía de movimiento. Aunque, en aquellos tiempos, también se generó una gran preocupación por la posibilidad de que las mujeres pudieran excitarse sexualmente cuando montaban en bicicleta. Y es que las vibraciones del sillín alimentaban, de facto, las ganas de pedalear.

3. Un refresco casero

Si habéis dado a luz, probablemente ya sabéis que congelar un preservativo con agua para aplicarlo sobre zonas sensibles es un gran truco para aliviar dolores post-parto.

También es una técnica que se ha convertido en uno de los consoladores caseros más usados. Las más expertas se sirven del cartón de un rollo de cocina, para que el condón mantenga la proporción deseada cuando lo rellenan con agua. Así, tras dejarlo en el congelador durante unas horas, retiran el cartón y vierten un poco de agua caliente que elimine la escarcha en el exterior. Y así se convierte en un dildo, normalmente, de uso interno.

4. La vagina aerostática

Uno de los inventos más simples y baratos que hemos descubierto para la masturbación masculina, mostrado por un YouTuber muy original, es el globo caliente o vagina aerostática.

Consiste en hinchar un condón de aire, y presionar en el nudo con la tapa de un tarro, hasta llegar al otro extremo. Una vez allí, se le dan unas vueltas para fijarla, y ya habréis creado una vagina de látex. Se pone lubricante y se usa a modo de copa masturbadora. Eso sí, de un solo uso.

5. Estimulación mental

Ni nos referimos a «hacernos pajas mentales» ni a reproducir porno con nuestra imaginación. La estimulación mental es todo un ejercicio erótico destinado a masturbarse sin tocarse, mediante ejercicios de respiración a solas o en pareja. Una técnica que ha difundido la sexóloga Barbara Carellas y que también puede derivar en juegos edging o técnicas para evitar la eyaculación precoz.

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