Sexo oral

Máster no-oficial en Mamadas con Hielo

Conscientes de que en la actualidad te piden titulación hasta para pasear perritos o ser diputado, la Academia para Mentes Perversas de Brenda B. Lennox ha creado el Máster no-oficial en Mamadas con Hielo, un título no-oficial que te abrirá algunas puertas piernas, y todas, si obtienes un Cum laude Cum Tongue. «¿Felación con hielo?¡Estás loca!» oigo que grita alguien. Pues no, el frío contrae los vasos capilares y sensibiliza la piel. El placer puede ser indescriptible.

Así que, mis queridos Amundsen, preparaos para descubrir los secretos de las regiones polares. Coged hielo y polla que empezamos…

Sexo oral

Máster no-oficial en Mamadas con Hielo

Capítulo 1: Introducción a la técnica

¡No! No te introduzcas ya el hielo y la polla en la boca, ¡agonías! Con «Introducción» me refiero a las reglas básicas para que la felación sea todo un éxito. ¿Cuáles son?

Prepara a tu amante. Si de buenas a primeras te acercas a un hombre con un hielo y le dices que se baje los pantalones, su respuesta lógica será un ¡NO! rotundo. Todos sabemos que por muy machote que sea, cuando se sumerge en el mar y el agua está fría, su fiel compañero se arruga asustado hasta convertirse en un garbancito. Explícale con paciencia que la clave está en el cambio de temperatura, que la combinación entre el frío y el calor estimulará sus sentidos, que la mamada que vas a hacerle será inolvidable.

Prepara el entorno. Cuando hay 40ºC a la sombra, la idea de jugar con hielos es tentadora, pero si caen granizos como puños y los grajos vuelan rozando el suelo con las patitas, lo más tentador es ovillarse bajo una manta. Si es el caso, enciende la chimenea o sube la calefacción para que él esté tan caliente como tú.

Prepara una cubitera. Algunos moldes para hielos ponen a prueba nuestro ingenio (¡y nuestra paciencia!) y las bolsas de kilo son prácticas pero poco glamurosas. Lo ideal es llenar una cubitera con hielos pequeños y un poco de agua para que se separen y derritan poco a poco.

Capítulo 2: Introducción a la boca

Ni se te ocurra poner el hielo directamente sobre la carne sin haberlo derretido previamente; puede pegarse y quemarla. Métetelo en la boca, derrítelo con la lengua y deslízalo por su piel alternando hielo y labios. Lame, chupa, muerde, juega, déjate llevar por el deseo. Luego, coloca el hielo debajo de tu lengua y comienza a hacerle una mamada. Es probable que se le baje la erección, pero si alternas lengua, hielo y labios, se le pondrá dura como una estalactita.

También puedes jugar con un helado cremoso. La textura es más suave, el frío menos intenso y te resultará más sencillo chupar y tragar a medida que se derrite. Delicioso, ¿verdad? ¿No se te hace la boca agua?

Advertencia legal

Lamento decirte que no concedemos másteres por la boca cara; no te queda otra que hacer los deberes y esmerarte con las prácticas. Cuando tu amante haya decidido que superas el examen oral, que nos mande una carta de recomendación con la nota. Te enviaremos un diploma no-oficial de la Academia para Mentes Perversas de Brenda,  para que lo enmarques y cuelgues en tu cuarto de juegos. Ya verás qué bonito queda.