Juegos eróticos

Exhibicionismo: ¿Puede ser un juego erótico?

Cuando mentamos exhibicionismo, lo primero que viene a la cabeza es ese hombre desnudo, cubierto por una gabardina, que aguarda en un callejón oscuro para mostrar su pene a la víctima. No hay pues nada extraño en que el exhibicionismo, visto así, esté penado en la mayoría de los países. Y es que toda conducta que fuerce a terceros a cosas indeseadas es moralmente reprobable y legalmente punible.

Ahora bien, el concepto de exhibicionismo es mucho más amplio que esa imagen perversa o sátira, existen diversas manifestaciones, tipos y, sobre todo, formas de clasificarlas en función de la cultura o país del que hablemos. ¿O es que se ve de la misma manera ir desnudo a ciertos parques en Suecia que hacerlo en México?

Sigue leyendo…

Juegos eróticos

La diferencia entre nudismo y exhibicionismo se suele fijar en la excitación de quien lo practica. Nos desagrade o nos sorprenda, situaciones tan típicas como hacer topless en playas españolas, resultan impensables o ilegales en países como Estados Unidos. En otros, como China, usan facekini para resguardar su cara de la luz solar, y la mayoría se baña en el mar con camiseta, e incluso con pantalón (y esto no es precisamente debido a la exposición a los rayos solares).

¿Qué es el exhibicionismo?

El exhibicionismo ha sido tratado en la historia moderna exclusivamente como una patología. Recientemente encontramos más textos que desvinculan algunas actitudes exhibicionistas de aquella imagen clásica del hombre pervertido. En realidad, como ya hemos dicho, etiquetar una conducta como propiamente exhibicionista está en función, en gran medida, de la cultura en la que se observe.

Ante todo, depende de la clasificación: descrita como aquella actitud de mostración de la desnudez, normalmente de los órganos genitales en público, el exhibicionismo puede ser:

Delictivo o criminal: se asocia a acciones de violencia ulterior.

Puro: aquel en el que la persona exhibicionista simplemente disfruta con mostrar sus órganos genitales.

Fantasioso o imaginario: cuando el exhibicionista simplemente se excita con la idea de saberse observado en su desnudez.

Privado, íntimo y/o exclusivo: esta tipología no solo está dentro de la teoría de parafilias, sino que también contiene un catálogo de conductas, entre las que se podría incluir desde el narcisismo sexual (por ejemplo, alcanzar la mayor excitación cuando se masturban frente a un espejo), hasta el candaulismo, que explicaremos a continuación.

Tipos de exhibicionismo

Anasyrma, mooning (“hacer un calvo”), flashing, streaking y topless

Aunque no son lo mismo, los ponemos todos juntos porque, en principio, ninguno de estos tipos responde a la idea de mostrar los genitales con el fin de excitarse sexualmente. Sin embargo, al mismo tiempo, ninguno de ellos niega tal posibilidad.

Así, el anasyrma es el acto de levantarse las faltas y mostrar el pubis o la vulva. Flashing también puede incluir los genitales, pero normalmente se asocia con mostrar el pecho. Igual que el topless, si bien este se practica para coger moreno. Intención que dista de la de quienes nos hacen un calvo. Que tampoco tiene que ver con el streaking, que, por resumir, consiste en correr desnudos en un sitio público, repleto de gente (efectivamente, ese que interrumpe los partidos de fútbol).

Como veis, la mayoría implican un efecto sorpresivo o cómico, pero ¿podemos asegurar que no les excite? Y si así fuere, ¿sería tan malo?

Martimaclia

Este nombre tan raro sirve para definir una de las parafilias más comunes: la excitación de tener sexo mientras otras personas observan. De hecho, está tan extendido que tiene una subcategoría denominada cancaneo o dogging, para aquellos individuos que se excitan con la ejecución del acto sexual en parajes naturales como parques o bosques. Si bien no todos encuentran la pulsión libidinal en ser necesariamente observados, lo cierto es que el cancaneo nace en Inglaterra como una especie de swinging esporádico; la idea del dogging era ir a sacar al perro al parque para tener encuentros sexuales casuales, con otras personas que también sacaban a su mejor amigo de paseo.

Precisamente, el mundo anglosajón ha creado un término para un nuevo tipo de exhibicionismo que, en realidad, es una forma de la martimaclia o de cancaneo, según se mire. Llaman reflectoporn a la excitación que sobreviene de publicar en Internet un selfie reflejando el desnudo sobre un objeto.

También se habla de la escatología telefónica, como variante exhibicionista. Básicamente, consiste en excitarse con lo que la mayoría hemos conocido como “decir guarrerías por teléfono”.

Candaulismo

Si pensabais que el exhibicionismo era lo contrario del voyerismo, estabais equivocados. En realidad, son opuestos, y eso es lo que les permite convivir como filia paralela. Es precisamente en el candaulismo donde podemos comprender que las dos sucedan simultáneas en un mismo individuo o, separadamente, en los dos miembros de la pareja.

Por candaulismo se entiende desde la conducta que se aproxima a la excitación del sujeto por la mera mostración de la imagen de su pareja (en una fotografía o un vídeo, por ejemplo); o bien, por la exhibición de la misma en persona, que puede desembocar en la visualización del acto sexual con otros u otras. De hecho, esto es tanto una conducta denominada cuckold (el individuo se excita viendo cómo su pareja mantiene relaciones sexuales, como en este relato), como el primer paso de muchos y muchas swingers, antes de hacer intercambios de pareja totales y/o tríos. Es más, un efecto común del candaulismo es desembocar en una relación estable a tres (triolismo y ménage à trois).

Así que, como veis, se trata, más que de una parafilia exhibicionista, de una conducta voyerista, pues quien se exhibe no es precisamente la persona que se excita (aunque aquello también pueda ocurrir), esta es la que ve cómo la libido se dispara, cuando observa a su amante tener sexo con otra u otro.

El exhibicionismo como juego erótico

Hablemos un poco más claro: a excepción de patologías, hay muchísimas personas que tienen, cuanto menos, un puntito exhibicionista… ¡y voyerista!

¿Cuál es el atractivo?

La verdad es que la mitad del atractivo reside en la posibilidad de ser pillados, en el simple hecho de estar prohibido o no ser lo convencionalmente aceptado. Vernos, o sencillamente imaginarnos en esa situación, es suficiente para elevar la presión sanguínea, arder en deseo y saltar de cabeza nuevas aventuras sexuales.

La otra mitad depende de los gustos. No son pocas las parejas que nos preguntan cómo iniciarse y avanzar en el swinging, por ejemplo.

Cómo desarrollar un sano exhibicionismo

La clave para explorar en el fetiche del exhibicionismo es casi la misma que para otras parafilias o aventuras: si no tenemos seguridad en lo que deseamos, lo mejor es parar, pensar, hablar y entender las sensaciones. Y estas han de ser compartidas en pareja o en parejas, para deleitarse en la única forma en la que se puede disfrutar del sexo: sabiendo a ciencia cierta que todos participan del mismo juego, aunque tengan roles opuestos.

Para aquellas personas que se adentren en juegos sexuales candaulistas o en el mundo swinger, os recordamos que los preservativos son de obligado uso. Ahora bien, si vais a practicar el exhibicionismo masturbándoos a solas frente a vuestras parejas, el sexo por Skype sería una excepción.

Recibe nuestra Newsletter

Y disfruta exclusiva y gratuitamente de:

– consejos sexuales
– actualizaciones de productos
– ofertas y promociones exclusivas
– y los relatos eróticos de mayor calidad.

* Información necesaria