Juguetes eróticos

Los (mal) llamados succionadores de clítoris

En los últimos meses hemos presenciado el boom de los (mal) llamados succionadores de clítoris. Han aparecido por cientos en artículos de prensa y opinión y han desaparecido de los estantes y almacenes de las tiendas eróticas a la misma velocidad. Es difícil entrar en una red social y no encontrar sorteos, hilos, publicaciones, memes y debates al respecto. Y es que esos «succionadores» de clítoris despiertan pasiones allí por donde pasan (aunque también se han creado unos cuantos enemigos declarados). Y no es para menos. Aunque este tipo de estimuladores llevan ya unos años en el mercado, ha sido recientemente cuando se han dado a conocer por todo lo alto, abriendo una necesaria conversación sobre la masturbación femenina, el clítoris y el derecho al placer (un placer muy específicamente femenino).

Los «succionadores» de clítoris

Uno de los puntos fuertes de este tipo de juguetes es la capacidad de provocar orgasmos múltiples, rápidos e intensos. Algunas mujeres afirman que el orgasmo es el mismo, solo que más fácil de alcanzar y más profundo en las sensaciones, mientras que otras aseguran que lo sienten completamente diferente al resto de sus orgasmos. ¿Cuál de estas dos opiniones es más cercana a la realidad? Posiblemente ambas tengan parte de verdad y la mejor forma de salir de dudas sea experimentarlo en propia piel…

En cualquier caso, los «succionadores» no succionan

Sea como fuere, el funcionamiento de estos juguetes no se basa en una succión del clítoris, como cabría pensar… Aunque el nombre nos incita a suponerlo. Porque claro, si un vibrador vibra, lo lógico es deducir que un succionador succiona, ¿cierto? Pues no.

Quiero dejarlo meridianamente claro: no se trata de succionar. Y hago hincapié en esto porque he llegado a leer «tutoriales» en internet que aconsejan (y cito literalmente) «hacer como cuando el caracol no sale: sorber rápido y de forma intermitente». Por favor, no sorbáis ni absorbáis. El estimulador de clítoris o masajeador con ondas sónicas (me parecen nombres más adecuados) lo que hace, en realidad, es emitir pulsaciones de aire u ondas sónicas (como es el caso de todos los modelos de LELO). Estando la abertura del juguete situada contra el clítoris, no tiene por qué siquiera tocarlo, sino que emite estas señales sobre él… y lo traspasa al resto de la región clitoridiana. ¿Y de donde viene entonces el nombre? Precisamente de la impresión que provoca, que es descrita por muchas usuarias como algo similar al sexo oral o a una aparente (pero no real) sensación de vacío.

Resulta llamativo cómo un producto que ni siquiera tiene por qué tocar el clítoris de manera física, puede provocar este efecto desbordante. Por compararlo con algo, el estimulador de ondas sónicas despierta sensaciones similares a las que percibimos cuando nos situamos muy cerca de un enorme altavoz en un concierto o una discoteca. Ese impulso que nos recorre, haciendo que seamos conscientes incluso de las zonas internas de nuestro cuerpo, que habitualmente no sentimos.

En una escala más concreta, esto mismo es lo que consigue con nuestro clítoris, excitando no solo la parte externa y familiar del mismo, sino también las ramificaciones internas que se extienden a lo largo de más de diez centímetros, y que no son accesibles con otras formas de masturbación.

Verdades y mentiras sobre los «succionadores» de clítoris

Algunas personas han manifestado ciertas preocupaciones en torno al uso de estos juguetes, algunas con muy poco fundamento, así que me parece importante dedicar unas líneas para aclarar qué hay de cierto y qué hay de falso sobre los «succionadores» de clítoris.

  • ¿Es peligroso que haga «efecto vacío» en el clítoris?

No existe ningún peligro por el simple hecho de que realmente no se produce ese efecto, sino que solo se obtiene una sensación parecida. Como dije antes, este aparato no succiona y por tanto no se genera vacío ni se «estira» el capuchón del clítoris ni ninguna otra de las supuestas consecuencias que se pueden leer en algunos rincones de Internet. De hecho, al no entrar siquiera en contacto directo con el clítoris, no lo irrita y esta es precisamente la razón por la que facilita alcanzar los orgasmos múltiples. El clítoris no se resiente del contacto y nos permite seguir estimulándolo hasta obtener otro orgasmo. Y así, tantas veces como deseemos.

  • Eso de las ondas, ¿no será cancerígeno o algo?

De nuevo la respuesta es: NO, en absoluto. El riesgo de usar este juguete es el mismo que el de realizarse una ecografía y, como todas sabemos, incluso las embarazadas se hacen ecografías, así que no hay razón para preocuparse.

  • ¿Es posible que generen adicción?

Bueno, una adicción se puede desarrollar por cualquier cosa que nos resulte agradable en esta vida (videojuegos, ir de compras, hacer deporte…), pero usar un juguete no es más arriesgado per se que cualquier otra de las cosas de la lista.

  • ¿Podré disfrutar después de otras formas de masturbación u otras prácticas sexuales?

Claro que sí. Es cierto que el cuerpo tiende a «aprenderse» algunas vías más rápidas de obtener placer si siempre se usan las mismas. Por lo tanto, una persona que siempre se limite a probar las mismas formas de estimulación o las mismas posturas sexuales puede encontrar más difícil obtener placer con alguna variante el día que cambie su rutina. Pero esto puede pasar igualmente con juguetes o sin ellos. La manera más sencilla de evitar que ocurra es tan sencilla como no limitarse a «jugar» siempre de la misma manera. ¡En la variedad está el gusto! Las parejas de las personas que tengan un estimulador tampoco tienen nada que temer, no es un competidor, es un aliado para explorar nuevas formas de sentir placer y puede usarse en pareja sin problemas (es más, normalmente, con muchos beneficios).

  • ¿De verdad el «succionador» es tan diferente de otro juguete que se centre en el Punto G o que estimule el clítoris con vibración? ¿Son los orgasmos distintos o iguales?

Es algo que cada persona sentirá de una manera distinta, pero sería como preguntarnos si las cosquillas en los pies son diferentes a las cosquillas en la barriga. Sí, ambas cosas producen sensaciones parecidas, pero hay quienes las sienten muy diferentes entre sí.

  • ¿Siempre se alcanza el orgasmo en unos pocos minutos?

La mayoría de las mujeres que lo usan aseguran que es así, pero tenemos que entender que poder llegar a ese punto en tan solo dos minutos no implica que la experiencia tenga que limitarse siempre a esa duración. Incluso más allá de la posibilidad del multiorgasmo, las velocidades del juguete se pueden regular para alargar el juego tanto como nos apetezca en cada momento.

Así que, más allá del hecho de que esté juguete parezca haberse puesto de moda recientemente y que algunas personas sientan que es casi una imposición social probarlo, lo más probable es que los estimuladores de clítoris no sean un producto estrella pasajero, sino una tendencia que ha venido para quedarse. Y no es de extrañar si tenemos en cuenta que sus usos no se limitan a la masturbación en solitario. Probarlo durante el sexo anal, mientras se realiza sexo oral a una pareja o en posturas que no tienen contacto directo con el clítoris, permite ampliar la posibilidad de alcanzar orgasmos en situaciones en las que antes no nos hubiéramos planteado hacerlo.

Seguramente no haya un juguete que sea ideal para todas las personas, pero claramente este es uno que tiene todas las papeletas para convertirse en el favorito de una inmensa mayoría.