Juguetes eróticos

En la alcoba de Valérie: GIGI 2, El Maestro Ebanista

Cuentan que a Sade lo llamaban El Divino por una ocurrencia de André Breton y, sin querer comparar, a GIGI 2 también nos hemos permitido llamarlo, después de probarlo y pringarnos hasta los codos, El Maestro Ebanista.

¿Que por qué ese apodo?… pues sigue leyendo (que no todo va a ser tocarse).

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En el lugar y momento adecuados

Hay un chiste que cuenta que un maestro ebanista puso un anuncio para contratar a un aprendiz carpintero en su taller. Al poco, se presentó un tipo con aire descuidado que le aseguró ser un gran conocedor del oficio. El maestro le tomó la palabra y le indicó que debería demostrarlo. Para ello, le entregó un bloque de madera de tilo inmaculado y de grandes dimensiones; una gubia para labrar y un mazo, y le indicó que sacara de ese bloque de madera un San José. Al cabo de varias horas, el maestro regresó para ver cómo había progresado con la talla de San José, y se encontró al aprendiz rodeado de astillas por todas partes y sosteniendo, entre los dedos, un trozo de madera no mayor del tamaño de un palillo. Ante la cara de desesperación y asombro del maestro ebanista, el aprendiz le dijo: ¡No se preocupe, maestro, que si este tipo está aquí dentro, le juro por mi madre que acaba saliendo…!

Como sabes, con el Punto G pasa algo parecido. Las mujeres, desde que a alguien se le ocurrió mentar este famoso punto, nos hemos topado con un sinfín de hurgadores de vaginas. Sí, esos aparatitos que parecen taladradoras capaces de levantar la autopista Sevilla-Cádiz en cinco minutos, y que (por decirlo con toda honestidad) nos han hecho el coño astillas. Y lo peor, es que tampoco han sabido encontrar a ningún San José.

¿Cómo sé si quiero estimular mi Punto G?

Sobre el Punto G hay que saber varias cosas, sobre todo:

  • Que el problema no es tanto encontrarlo, como encontrar el momento. En efecto, esa zona cuya estimulación activa la raíz interna del clítoris, es relativamente sencilla de localizar; está, apenas, a cinco centímetros de la entrada de la vagina, en dirección a la pelvis y con una textura diferenciadamente rugosa y dura, con relación al resto de la vagina.
  • Cuando digo «el cuándo», me refiero al sentido más amplio, pues no es solo en qué momento de la interacción sexual es conveniente estimularlo, sino en qué momento de la biografía sexual de la mujer esta zona pasa, parafraseando a Freud, de zona histérica a zona erógena. Para ser más clara, pregúntate si estás en ese momento de la vida en que te encanta la estimulación interna. De modo contrario, quizá sería mejor usar vibradores de clítoris para estimularlo desde la zona externa visible.

GIGI 2, El Maestro Ebanista

Sucede que, y esta es una buena noticia que te doy, además de falsos aprendices de carpintería, también existe algún maestro ebanista… y GIGI 2 es un buen ejemplo.

Cuando ves GIGI 2…

De buenas a primeras, es decir, «estéticamente» (las sensaciones que algo produce al verlo y su porqué), me encuentro con un artilugio discreto en tamaño y peso. Sobre todo, si lo comparo con otros estimuladores del Punto G. Formalmente, su diseño tiene una particularidad: está hecho y pensado cabalmente para el Punto G. Se ve, conociendo la ingeniería y la investigación de LELO, que saben (y saben crear a partir de lo que saben [¡benditos científicos y diseñadores!]) que, para estimular la zona, es mucho más sencillo hacerlo con una superficie plana.  Y esa «orientación» hacia el Punto G no impide, en cualquier caso, su polivalencia, pues GIGI 2 se muestra como un versátil estimulador de la plataforma orgásmica, incluido el clítoris en su parte visible externa (una, cuando se pone a probar, lo prueba todo).

En lo demás, siguiendo con la estética, GIGI 2 mantiene las características que ha hecho de la firma sueca un referente de estilo en el sector: líneas romas, estilizadas y elegantes, que evitan cualquier sensación de «agresividad» o de simbología evidente (como sabrás, LELO crea artefactos eróticos tecnológicos, no imita pollas u otras orgánicas parcialidades) y líneas que, en definitiva, remiten a aquella antigua analogía entre lo bello y lo bueno. Nada más tocarlo, especialmente en la parte superior «introductoria» (aquella que una se va a degustar con la entrepierna), dan ganas de eso, de introducirlo, saborearlo, comérselo. Ello se debe, sin duda, a las particulares texturas que, a base de siliconas de grado médico, consiguen la calidez de sus colores.

¿Por qué GIGI 2 es el mejor estimulador del Punto G?

Tecnológicamente, su motor presenta ocho intensidades progresivas de vibración y cinco modos alternativos, con los que las variaciones en su manejo son extraordinariamente altas. Tan variadas, que son capaces de satisfacerte en todas las posibilidades de encendido ¡en las que tú te encuentres! Silencioso (solo tú te vas a enterar de que lo estás usando), potente (al Punto G, cuando quiere bailar, le suele gustar el Heavy Metal), y enormemente sólido (no hay fragilidad alguna en su manejo, por lo compacto de su constitución y la robustez de su interfaz) y, además, es recargable por USB.

Su manejo es frontal, es decir, una vez introducido, tienes una perfecta visión y facilidad de acceso a las posibilidades operativas (de izquierda a derecha, controlas de menor a mayor la intensidad, y, de arriba abajo, los modos de vibración) que permiten un único botón de control, con lo que siempre puedes mantener el dominio del aparatito (aunque tus vistas sean a Cuenca).

Así que, no me quedan más opciones que recomendarte que lo uses. Después de utilizarlo, la cara del maestro ebanista del chiste será poca cosa con la que se te va a quedar a ti.

Algunas dudas que puedes tener sobre el mejor estimulador del Punto G

¿Puedo mojarlo? Sí, es más, salvo que tengas problemas de lubricación, lo vas a mojar mucho. Pero, si a lo que te refieres es si puedes tenerlo encendido dentro del agua (bañera o ducha), pues también. Solo ten la prudencia de que, después que el ingenio haya hecho sus funciones, no te quedes dormida.

¿Estás segura que me procurará un orgasmo en el Punto G? Si GIGI 2 no te ayuda a procurarte un orgasmo, te recomiendo que visites a un/a sexólogo/a. No es nada grave, pero antes revisaría tu Punto G que el aparatito. ¿Has visto alguna vez actuar un perro perdiguero con una perdiz? Pues, más o menos, esa es la actitud de GIGI 2 con el Punto G.

¿Puedo comprarlo y seguir pagando la hipoteca? Sí, especialmente si este mes hubiera bajado el Euribor y, aún más, si tuviera algún descuento en la página de ofertas de la web de LELO.

¿Si lo pierdo, me devuelven el dinero? No, lo que garantiza LELO después de usar sus dispositivos es que pierdas, por unos instantes, la cabeza. Por lo demás, tienes un año de garantía total y una garantía de 10 años de calidad; si entre el segundo y décimo año se avería, te reembolsarán el 50% de su valor en tu próxima compra.

¿Puedo recibirlo sin que se entere el repartidor? Envío discreto, querida, tanto que, hasta si te lo pasan por rayos X, creerán que eres aficionada a la escultura. Cosas del talento en el diseño…

Puedes acceder a la página oficial de este producto en la web de LELO, aquí.

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