¡Hola Arola! Estoy pensando en regalar el nuevo LELO de las ondas sónicas. Con sinceridad, ¿te puedo preguntar si es recomendable? Leo muchas reseñas positivas pero no sé distinguir cuáles son las que, de alguna forma, son publicidad.
Esta consulta me la envió un seguidor y amigo hace unas semanas. Así que, con sinceridad, voy a responderle.
SONA Cruise… con sinceridad
Yo también había leído muchas y muy buenas referencias de SONA Cruise, el masajeador de clítoris con ondas sónicas de la marca de juguetería erótica LELO. También me había preguntado si era realmente tan excelente como contaban. No es la primera vez que leo maravillas de algún juguete erótico, y al probarlo pienso que no era para tanto. Y no porque el producto sea mejor o peor, sino porque hay que moderar las expectativas. Así que, por curiosidad y afán investigador, me dispuse a probar SONA Cruise.
Apuntes sobre el clítoris y las ondas sónicas
Empezaré por aclarar qué es eso de «masajeador de clítoris con ondas sónicas».
Qué es masajear y qué es el clítoris, me parece sabido. A lo mejor, lo es menos que el clítoris es un órgano de unos 13 centímetros de tamaño que, en su parte interna, rodea la vagina y del que vemos externamente una pequeña porción de unos 0,5-1 cm. Esa parte reúne unas ocho mil terminaciones nerviosas y, si nos fijamos en el desarrollo embrionario, es el equivalente al glande del pene masculino. Es decir, allí es donde las mujeres sentimos mayor placer.
Bien. ¿Y qué significa «por ondas sónicas»?. Las ondas sónicas son el movimiento que produce el sonido. SONA Cruise no emite vibraciones sino ondas sónicas, consiguiendo que la estimulación se amplíe más allá de la parte externa, hacia la parte interna del clítoris. Y, según había leído, el masajeador generaba unas sensaciones diferentes y aumentadas de placer.
Con esta descripción teórica, no os voy a engañar, mi curiosidad fue en aumento. Pero no se lo iba a poner fácil a SONA Cruise: un masajeador de estas dimensiones tenía que demostrar su valía. Manos a la obra.
Masturbándome con SONA Cruise
No sé vosotras, pero yo cuando me masturbo pienso en algo que me ponga. Las fantasías eróticas son una magnífica forma de estimular la imaginación para entrar en situación. Porque, no lo olvidemos, el erotismo empieza por la mente, así que dejemos que la cabeza elucubre sin censuras, para que nuestro cuerpo lubrique al compás. Pues bien, en esta ocasión decidí prescindir de fantasías sexuales y opté por estimular el cuerpo directamente, para dejar que SONA Cruise trabajara.
No puse de inmediato el masajeador en mi clítoris, me pareció demasiado brusco. Lo probé inicialmente en los pezones. Por forma, por sensibilidad, ¿por qué no? Una sensación curiosa, pero no me excitó demasiado, quizá porque no es su objetivo.
Tras algunas caricias y estimulación –insisto, solo física– que hicieron que mi cuerpo empezara a reaccionar, bajé, ahora sí, al centro del placer.
Probé primero las sensaciones en la entrada de la vagina (me resultaron francamente interesantes) y luego apunté hacia el clítoris (un punto extra: además de estimularnos, aprendemos sobre nuestra propia anatomía ya que tenemos que enfocar bien el masajeador).
Hay que colocarlo de forma plana para sentir correctamente el efecto. Pero no nos preocupemos demasiado por esto, si escuchamos a nuestro cuerpo, este nos guía. SONA Cruise tiene 8 formas diferentes de emitir ondas, algunas más continuas, otras a toquecitos, con intensidad más potente o más suave. Así que podemos seleccionar el modo que nos siente mejor. A mí, personalmente, me gustan más los modos continuos, al menos inicialmente. Cuando la excitación va en aumento (que fue, y mucho) los toques intermitentes son una deliciosa tortura. El cambio de modo es sencillo, con una sola mano se maneja.
Las sensaciones y mi mesita de noche
Las sensaciones, intensas y envolventes, son cosa aparte. El primer impacto con el clítoris fue… ¡¡¡guau!!! y el contacto continuado generó un aumento progresivo del placer, que llegó a envolver toda mi zona genital, haciendo que, al llegar a la cumbre, mi vagina realizara contracciones rítmicas. Sin retirarlo, la sensación placentera y completa continuó proporcionando más momentos increíbles.
¡Qué difícil es explicar sensaciones! ¡Qué difícil es explicar el placer! Bueno, para complementar lo que os he contado, aportaré un dato muy relevante. Tengo juguetes eróticos que he probado un par de veces y no los he vuelto a usar (incluido uno de LELO, que no se diga). No soy la más fanática de la estimulación con objetos, pero debo confesar que SONA Cruise produce un efecto diferente y, además, engancha. Lo tengo bien a mano en mi mesita de noche. Otro día lo probaré en la bañera.
Si habéis llegado hasta aquí, puede que, igual que en la consulta que me enviaron, os preguntéis si este es otro artículo publicitario. Esa duda solo podréis resolverla vosotras. ¿Cómo? Probando SONA Cruise. Y luego me lo contáis… con sinceridad.
Puedes acceder a la página de este producto en la web oficial de LELO aquí.
Haz que te succionen…
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