Masturbación

Cómo estimular el clítoris y llegar al orgasmo, a solas y en pareja

El placer de estimular el clítoris comienza cuando se posee identificación y clave de acceso.

Ya sabes que el clítoris tiene miles de ramificaciones nerviosas y que va mucho más allá de donde se ve; que tiene 10 o más centímetros de longitud, y que su glande suele llegar a un ancho de unos 3 cm. ¿¡Glande!? ¿Eso no es la punta del pene? Sí, pero es que el clítoris, o la región clitoridiana, se considera el pene femenino: a diferencia del miembro masculino, es más interno que externo, y flexible. Pero ¡yo veo mi clítoris! Lo que se ve es precisamente el glande, que aumentará o disminuirá de tamaño según la excitación, pues es retráctil. Masajearlo es todo un arte, pero también masturbar todo su conjunto, Punto G y labios incluidos, aumentará las posibilidades de llegar al orgasmo (¡y que el clímax sea más intenso!). Y sí, también abordamos la nueva estimulación con los «succionadores» de clítoris, al final de este artículo. Pero no corras, antes te contamos otras 12 formas de masturbarse igualmente exquisitas.

¿Vemos cómo estimular el clítoris? Sigue leyendo…

Masturbación

Si el cuerpo femenino es la mezcla de los misterios que esconden sus fuentes de placer, el clítoris es el fósforo de la cerilla que prende el fuego interno. O lo que es lo mismo, la región clitoridiana es la conexión de las sensaciones internas y externas. La intensidad y la presión de las caricias sobre la piel y los masajes en el Punto G, simultáneos o no, son el quid de la cuestión.

Cómo estimular el clítoris, a solas

Por si acaso eres una de esas mujeres que está leyendo este artículo a escondidas, por cualquier tipo de pudor o idea por la que crees que eres la única interesada en estos temas, te aconsejamos que eches un vistazo a los datos que se muestran en este breve artículo, sobre los mitos y las verdades del autoerotismo en la mujer: Sobre la masturbación femenina: Yo no me toco, eso es de guarras.

Pues bien, una vez que ya sabes que la mayoría de las mujeres investigan y encuentran los placeres de lo que antaño llamaban “tocamientos”, y que estos son de lo más saludable, vamos a intentar que explores tu sexualidad y aproveches las posibilidades eróticas.

Al igual que manejas un ordenador sin ser informática, y conoces mejor sus programas cuanto más los utilizas, la progresiva exploración y estimulación del clítoris te dará más conocimiento sobre tu cuerpo y su respuesta. Es más, como en las redes sociales, la comunicación comienza cuando se tienen identificación y clave de acceso.

1. Masturbándome con las manos desnudas

Identificar el glande de tu clítoris no debe representar un ejercicio complicado, pero ¡recuerda que el password es la lubricación! Seguro que lo sabías, pero no está de más insistir en que los placeres que se deslizan con suavidad, fuertemente generan sensaciones sublimes. Incluso cuando pases algún periodo de bajura de libido, esparcir tu propia saliva o un hidratante puede traer la estimulación que necesitabas para ponerte en marcha, rumbo al clímax. Pero ¿cómo me toco?  

En nuestra Guía para la masturbación femenina. ¿Cómo hacer un dedo? hacíamos hincapié en 5 premisas: la comodidad; el aprovechamiento de todas las zonas erógenas (por ejemplo, acariciar tus pezones, mientras masajeas tu clítoris); el acompañamiento de las fantasías sexuales (bien sean imaginadas, extraídas de relatos eróticos o proyectadas en forma de película pornográfica); y las posturas más ergonómicas y/o excitantes. Si, además, habitualmente realizas ejercicios de Kegel, notarás como un suelo pélvico tonificado te otorga la posibilidad de alcanzar orgasmos más intensos y con mayor facilidad.

2. El clásico de los círculos 

Es casi intuitivo. La suave yema del dedo anular se desliza circularmente por encima del capuchón, ganando en intensidad conforme la excitación aumenta. Serpenteando sobre y entre los labios, para volver a un glande abultado con el que, aplicando más velocidad y presión, se alcanzará uno de los orgasmos más habituales.

3. La variante mecanográfica

Hay muchas mujeres que se deleitan con el simple pulso de la yema de su dedo sobre el clítoris, variando la presión y la velocidad, como si estuviesen oprimiendo una tecla de una máquina de escribir. Aunque, lo cierto es que esta suele ser una fase consecuente al masaje circular, como colofón masturbatorio a las puertas del clímax.

4. Las palmaditas

No es muy común que esta sea una técnica continuada para estimular el clítoris. Más bien, se trata de un modo de iniciar la estimulación y recrearse en el camino al orgasmo, si bien, a veces se alcanza con palmadas muy rápidas de corto recorrido. No se trata de abofetear vuestro sexo, en realidad las palmaditas se dan con los dedos, no con la palma de la mano, la cual se apoya sobre el pubis.

5. Punto G

Si ya has identificado tu Punto G, debes tener un montón de contraseñas con las que iniciar las más intensas sesiones. Porque encontrar esa zona rugosa, áspera o estriada, es abrir un mundo nuevo de posibilidades sensuales al gozo erótico. Y si aún no lo has descubierto, simplemente, siéntate e introduce tu dedo anular unos tres centímetros, hasta que notes una textura distinta, con pequeños pliegues. A partir de aquí, prueba a masajearlo en círculos y de arriba abajo, variando la presión y velocidad.

6. Masturbándome con objetos eróticos

Hoy, existen miles de juguetes eróticos para estimular tu clítoris y Punto G, y una razón muy sencilla que justifica su existencia: el placer y los caminos del orgasmo femenino son, en términos generales, inescrutables. Es decir, la forma de gozo solo se puede averiguar individualmente, en un momento o periodo concreto. Por ello, tiene que haber una gran variedad de productos eróticos entre la que podamos distinguir el tipo de placer que deseamos tener (¡o descubrir!). De hecho, muchas mujeres encuentran placentero estimular su clítoris con objetos, tales como una almohada, el chorro de agua de la ducha, el respingón doblez de un edredón, o incluso frotándolo con las borlas de un látigo de ante.

7. Vibradores

Los vibradores de clítoris son los juguetes sexuales más vendidos del mundo. La razón es doble: de un lado, la estimulación totalmente externa es la que provee orgasmos con mayor facilidad. De otro, hay un número considerable de mujeres que disfrutan, pero no se deleitan con las vibraciones internas. Por eso, normalmente el primer vibrador que se adquiere suele ser uno pequeño y de uso externo.

Como venimos diciendo, una vez que hayas identificado el tipo de vibrador que deseas, tienes que testar cuáles son las contraseñas más fuertes. Para ello, existe una amalgama de juegos eróticos individuales para poner en práctica. Desde una básica aproximación a la respuesta de la estimulación clitoridiana externa: por ejemplo, deslizando sobre el glande y los labios, y alternando los modos de vibración e incrementado progresivamente la potencia de un pequeño y suave vibrador como LILY™ 2; hasta una abrumadora estimulación doble y simultánea de clítoris y Punto G, combinada con el balanceo y la placentera presión del mejor conejito rampante del mundo, INA Wave™. No en vano, ambos juguetes son recurrentemente recomendados por sexólogas y expertas.

8. Dildos

Las traducciones de «dildo» al castellano dejan mucho que desear. Así que, comencemos por decir que entendemos «dildo» como aquel objeto, de forma fálica o no, diseñado para estimular el clítoris, Punto G y/o vagina, sin producir vibraciones (lee este artículo sobre la historia y las diferencias entre dildos y vibradores). Una vez que ya tienes el ID, te damos el mejor password: la manera más común, cómoda y efectiva de usarlo es introducirlo ligeramente para masajear el Punto G, al tiempo que te excitas aplicando círculos, pulsaciones y palmaditas sobre el glande del clítoris. Todo un clásico, toda una delicia.

Cómo estimular el clítoris, en pareja

Sabemos que hay muchas parejas que adoptan una actitud brusca cuando se dirigen a masturbar a las mujeres. Pero también hay otras que pecan de excesiva delicadeza. Como siempre, hay un punto medio cuya intensidad viene marcado por los deseos y la respuesta corpórea del momento en cuestión.

Como ley erótica, comunicarse durante cualquier acto sexual, de un modo sensual, incrementa exponencialmente la excitación y ayuda a entender qué y cómo se tiene que dar placer. Como norma general, la masturbación no tiene que ser «un favor» o «el pago de un débito» que se haya de honrar; es un acto sexual en sí, y como tal, será más placentero (¡y pedagógico!) para ambos, cuanta más técnica, pasión y sensualidad le otorgues. ¿Has leído nuestro Kamasutra ilustrado para masturbarse en pareja? La masturbación puede ser un acto incluso más sexi si probamos con distintas posturas sexuales.

 9. Masturbando con las manos

Partimos de la base de que la pareja puede aplicar las mismas técnicas que hemos recomendado, para estimular el clítoris a solas. Ahora bien, según el nivel de confianza y conocimiento, el método puede variar. Por ejemplo, para una pareja que se esté descubriendo, es muy aconsejable llevar la yema de su dedo índice al clítoris (lubricado previamente) para presionar levemente y de manera pausada, alrededor y sobre el glande.

Haz de lazarillo, para que tu amante entienda a través del tacto la localización del placer, y los ritmos con los que tu cuerpo alcanza esos estadios de ardor que tanto disfrutas. Este es un maravilloso ejercicio, pero ¿qué más se puede hacer? En realidad, se pueden hacer tantas cosas vayáis descubriendo que os excitan, aunque lo normal es que, cuando tu pareja tenga el conocimiento básico, la confianza os lleve a probar distintas posturas en las que sus manos se activarán progresivamente. Por ejemplo, estilo perrito, dando palmaditas desde atrás (la palma contra los labios, las yemas de los dedos aumentando el grosor del capuchón), mientras la otra mano acaricia y/o pellizca los pezones.

10. Masturbando con manos y lengua

Cuando tu pareja descubra lo que provoca en tu cuerpo la estimulación combinada de su húmeda lengua y su entrenada mano, no dejará de hacerlo. Desde el más iniciático rito, que comienza por separar el clítoris suavemente con la yema del dedo, para recorrer los labios y alrededor del capuchón con la lengua; hasta el clásico cunnilingus, en el que tu amante introduce el dedo para masajear simultáneamente tu Punto G, la combinación de boca y manos en la estimulación de la región clitoriadiana se conviertirá en una de las artes más placenteras.

11. Masturbando con juguetes eróticos

Si estás en una de esas relaciones en las que ambos os habéis sacudido la caspa de los prejuicios y vais derribando tabúes cada día, encontrarás que el uso de juguetes eróticos es más allá del vicio más sano, la adicción sexual que encarnará la felicidad de perseguir juegos y compartir gemidos y sonrisas de gozo.

Identifica un vibrador con el que estimularte mientras tu pareja te mira (y, también se masturba). Es la mejor forma de memorizar la contraseña del placer. En este apartado, y especialmente aconsejable para las fans de la estimulación del Punto G, hay un vibrador muy recomendable, por su versatilidad y desempeño: la punta plana  de GIGI™ 2 permite comenzar por el clítoris con intensidades más bajas, pero igualmente placenteras, para incrementarlas una vez que masajea esa deliciosa conexión interna. Tu pareja aprenderá de inmediato.

Y si no quieres vibraciones, ¿por qué no pedir que te masturben mientras llevas puestas unas bolas vaginales?

12. Masturbando ¡durante el coito!

Sin duda, una de las posturas sexuales más agradables para ambos, y eficientes para la estimulación del clítoris, es la vaquera. Puedes coger su dedo pulgar y llevarlo a tu sexo para que haga círculos, mientras tú marcas los ritmos del coito; o puedes hacer “la vaquera de espaldas” facilitando que su dedo anular llegue cómoda y ágilmente a tu clítoris.

En la misma postura (¡o en cualquier otra!) puedes ponerle un anillo vibrador para el pene y jugar a pausar la penetración, mientras el anillo sigue vibrando sobre tu vulva.

O bien, si te apasionan las sensaciones totales, puedes llevar tú misma un vibrador para parejas que no solo estimule tu clítoris, sino también tu Punto G, mientras las penetraciones no cesan.

13. Estimulando con «succionadores» de clítoris

En realidad, no existe tal cosa y Laura Marcilla lo explica a la perfección en el artículo Los (mal) llamados succionadores de clítoris. En él, nos cuenta que los (mejor) llamados estimuladores de clítoris, normalmente, funcionan con ondas sónicas, que penetran en esa parte del clítoris que no ves, estimulándola y produciendo unas sensaciones nuevas, un clímax muy intenso y rápido que, además, suele desembocar en orgasmos múltiples. Todo un nuevo mundo de sensaciones femeninas (que no por ello tienen que producirse a solas), gracias a la ciencia y a la tecnología. Si deseas explorar en el funcionamiento de estos estimuladores, te recomendamos que leas este artículo.

Identifica las sensaciones que quieres obtener para llegar al orgasmo, y aplica la clave del placer para que el clímax sea siempre más intenso, a solas y en pareja.

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