Striptease

Striptease… ¡a bailar!

Ya sé que muchas de nosotras no somos ni Elizabeth Berkley en Showgirls, ni Demi Moore en Striptease pero ¿es que acaso no nos gusta bailar? ¿No nos gusta seducir? ¿No nos ponen unos buenos preliminares? Todo tiene su momento y el cortejo inicial a veces está de sobra. De hecho, si no nos dedicamos a la danza, no lo vamos a hacer todos los días. Pero, aunque no seamos profesionales del baile, seguimos teniendo esa parte de animalidad que intuitivamente despierta para encender al amante con una buena puesta en escena. Y es que una pequeña representación puede crear una gran obra sexual… o todo lo contrario. ¿Quieres saber cuáles son las pautas básicas de un stripshow? ¿Te gustaría que tu amante sintiera que tiene a tod@ una stripper en el dormitorio? Esto se pone caliente…

Striptease
Ya sea una danza femenina o masculina, realizada por una mujer o por un hombre, el baile desata pasiones y libera la femineidad del cuerpo. Esencialmente, sirve para expresar los pensamientos y emociones, excitar y dar rienda suelta a tus instintos básicos. Y si esa danza se hace como preludio al sexo, desnudando los cuerpos en juego, puedes hacer que la animalidad se convierta en un todo sensual o que la sensualidad desencadene toda la fiereza que llevas dentro. ¿Quieres aprender?

Consejo #1: La práctica

Como no quieres arruinar el momento, lo mejor es practicar para que a la hora de la verdad los movimientos salgan solos. ¿Qué necesitas? Muy poca cosa: música (la que más te guste o te ponga a tono); un espejo en el que puedas ver las posturas y pasos que vas a dar; ensayar movimientos sin olvidar que tienes manos y caderas; y sin perder de vista tus ojos, prueba miradas que vayan en sintonía con la canción que elegiste (la sensualidad va desde la inocencia hasta el desafío). ¿Tienes una barra de stripper?… ¡Úsala! ¿Te gustaría bailar sobre una silla a lo Liza Minelli?… ¡Monta tu propio cabaret! Sobre todo, ensaya la forma en la que te vas a quitar la ropa, acompasándola con el ritmo musical. Y más que eso, olvida que existe la vergüenza. Tu cuerpo es una canción y esta es tu intimidad, así que ¡prepara la melodía del placer!…

vibrador musical

Consejo #2: El Stripshow

Elige el entorno en el que vas a salir a escena: el salón es más apropiado porque suele ser más amplio y concede el efecto sorpresa por sí mismo. Selecciona dirección e intensidad de la luz sin olvidar que un baile a oscuras ¡no tiene sentido!. Pon elementos en juego: sillas, sofás o mesas sobre las que deslizarte o apoyarte. Cada ambiente tiene sus canciones y cada música un volumen para ser oída: haz que todo sea agradable.

Consejo #3: La vestimenta

La que mejor te vaya para seducir, pero utilizando el sentido común: la falda es más sensual que el pantalón, da más opciones durante el baile y es más fácil de quitar. Lleva tu lencería preferida para los momentos más especiales, a ser posible contrastando con el resto. Por ejemplo, si llevas una camisa blanca, falda y zapatos de tacón negros (modelo oficina), puedes sorprender con un conjunto íntimo en rojo carmín…  Elige el tipo de medias que quieras: de encaje, de rejilla, transparentes o semitransparentes, pero ¡ponte medias! No te empeñes en lo contrario, los ligueros y tacones altos a juego fueron, son y seguirán siendo seductores hasta el final de los tiempos. Y viste también a tu víctima… con unas esposas. Si algo nos han enseñado el BDSM de las 50 sombras, es que ese oscuro deseo de sumisión y/o dominación está latente en el común de los anhelos.

Consejo #4: El Striptease

¡Llega el momento! Adopta una actitud acorde con el ambiente, música y vestimenta seleccionadas, y… ¡actúa! Como somos hispanoparlantes no nos tiene que preocupar mucho que una letra anglosajona no sea de contenido erótico, así que elijamos una canción con melodía sensual. None of us are free de Solomon Burke

se me antoja perfecta para principiantes en el dormitorio. Luz tenue y accesorios de lencería semitransparente en tonos blancos para contrastar; su ritmo contenido, la melodía apacible para desarrollar movimientos sencillos y una voz emotiva nos traerán una mirada que ingenuamente esconde sabiduría… Desliza las manos ascendiendo sobre tus piernas, caderas y senos…; roza o toca a tu pareja mientras te mueves; todo tiene que ir in crescendo y las prendas han de ir paulatinamente tocando el suelo… hasta que tu cuerpo vista lo que la situación requiera. Quizás zapatos y sujetador, quizás nada: esto es a gusto del consumidor pero, cuando termine la canción has de tener a tu pareja cerca, muy cerca.

Consejo #5: Otras opciones para principiantes más acrobáticas

Si has optado por el salón, y el físico te permite realizar movimientos enérgicos, puedes empezar con música electrónica sin variaciones melódicas, pero con distintas intensidades sobre las que dar juego: levanta las caderas mientras bajas en cuclillas, gira y cae al suelo deslizándote con las tibias, al tiempo que te acercas a tu pareja mirando fijamente, y lanza el pelo al aire para que caiga sobre uno de tus hombros Se me ocurre Can you kiss me first de College:

a contraluz de tu pareja, apareciendo con un conjunto de falda, camisa y tacones de oficina, puedes desabrocharte al compás de los beats que marca la canción. Y si eres un poco más atrevida, introduce teasers o fustas con las que acariciarte mientras ejecutas la performance… Aunque me vienen muchas más a la mente, voy a dejar que pongas algo de imaginación en tus primeros stripteases, para que les cojas todo el gusto que tienen…

¿Se te ocurren más canciones? Deja tu comentario…