Bienestar sexual

Sexualidad y depresión: Una relación compleja y bidireccional

El 13 de enero se celebra el Día Mundial de la lucha contra la Depresión, un trastorno emocional que afecta a más de 300 millones de personas en el mundo (cifra que va en aumento).

Dado que entre sexualidad y depresión existe una relación compleja y bidireccional (una influye en la otra y viceversa), es importante tener en cuenta el impacto negativo de la depresión en la actividad sexual (de hecho, los estudios indican que dos de cada tres personas afectadas por la depresión pierden el interés en el sexo), así como valorar una vida sexual sana como factor de protección ante la depresión.

¿Cómo afecta la depresión a la sexualidad de quien la padece? ¿Pueden las dificultades sexuales contribuir en el desarrollo de la depresión?

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¿Qué es la depresión?

La depresión es una enfermedad tan discapacitante que la OMS la considera la primera causa mundial de discapacidad.

Afecta a personas de todas las edades, pero especialmente en la adolescencia y en la tercera edad.

No se trata de un simple decaimiento del estado emocional, sino que puede incluso llevar al suicidio, por lo que necesita diagnóstico y tratamiento.

Algunos de los síntomas habituales de quien padece depresión son: tristeza, aislamiento, pérdida de interés en las cosas de la vida cotidiana, cansancio, trastornos del sueño y del apetito…

Las causas suelen ser variadas, incluyendo desde antecedentes familiares, acontecimientos estresantes, pérdidas (trabajo, divorcio, fallecimiento de algún familiar), enfermedades preexistentes, acoso escolar o laboral, etc.

¿Cómo afecta la depresión a la vida sexual?

Igual que la depresión influye en otros aspectos de la vida, el sexual no es menos, sobre todo, si tenemos en cuenta que esta enfermedad conlleva dejar de sentir placer con cosas que anteriormente nos aportaban bienestar. Del mismo modo, la falta de energía y el cansancio van a repercutir directamente en la disposición para la actividad sexual.

Además, sabiendo que en la depresión existe una alteración de la neuroquímica cerebral y que el cerebro es el órgano sexual más importante, podemos entender que la sexualidad se vea afectada en gran medida.

La falta de deseo sexual es un síntoma habitual, pero también está relacionada con muchos antidepresivos que interfieren con la libido. En casos en que sea posible reducir la dosis o cambiar de medicación, puede ayudar a mejorar en este sentido.

Asimismo, es posible que se vean alterados otros aspectos de la respuesta sexual, como la excitación y el orgasmo.

¿Cómo afrontar las relaciones sexuales ante la depresión?

Una mejora del estado de ánimo puede influir positivamente en el aspecto sexual y viceversa, pero tratar la depresión suele ser prioritario para poder abordar la vida sexual.

Hay que tener en cuenta que la persona que padece esta enfermedad no debe forzarse a mantener relaciones sexuales, pues probablemente no serán vividas como algo agradable. En cambio, en la relación de pareja será fundamental crear espacios de afectividad y cariño.

Una vez que mejora el estado de ánimo, se puede comenzar a trabajar en las fantasías y explorar nuevas formas de disfrute sexual.

Trabajar la autoestima del paciente y la relación con el cuerpo puede ser también muy beneficioso en la búsqueda del reencuentro con el placer erótico.

¿Las dificultades sexuales empeoran la depresión?

En ocasiones, las dificultades sexuales pueden ser un factor que precipita y mantiene la depresión. Por ello, es necesario hacer un abordaje integral y simultáneo de ambos trastornos. De esta manera, la mejoría de cada área va a beneficiar a la otra y retroalimentar positivamente el proceso terapéutico.

Desde un punto de vista preventivo de la depresión, tan importante es llevar una vida sana (con una buena alimentación, ejercicio físico, descanso, un buen manejo de las emociones, tener motivaciones y metas realistas, hobbies, vida social…), como también lo es cuidar nuestra vida sexual y nuestras relaciones, pues una sexualidad plena y satisfactoria aporta gran bienestar.

En definitiva, los problemas sexuales y la depresión son dos aspectos estrechamente unidos y relacionados con nuestra salud que tienen tratamiento y solución. En nuestras manos está cuidarnos y acudir a los profesionales de la psicología y la sexología, que están ahí para ayudarnos.