Sexo

Cómo tener un orgasmo simultáneo

¿Es necesario alcanzar el orgasmo al mismo tiempo que nuestra pareja? ¿Hemos elegido mal a nuestros pares si no se vienen a la vez? ¿Es culpa de mi amante o es mía? De verdad, ¿es posible culminar al unísono? Podemos discutir si hace falta o no concurrir en el clímax, pero no tenemos que olvidar que esta preocupación nace de un hecho histórico, que no es otro que el reconocimiento social del goce sexual femenino. Solo a partir de aquí nos podemos ocupar de los Kegels y el momento de la excitación porque ahora hablamos del sexo en pareja, y no únicamente de darle placer al macho alfa de la relación.

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Aunque no es el momento de hablar del goce sensual femenino, tenemos que dejar claro que el hecho de que sea femenino no lo hace propio de la mujer. Esto es, habrá y hay hombres que gozan femeninamente del sexo y mujeres que no, con total independencia de si se trata de una relación homosexual o heterosexual. Mientras dejamos esto para un futuro artículo, vamos a ir de lo básico a lo complejo. ¿Queréis llegar al orgasmo al mismo tiempo? ¿Por qué?

Control del orgasmo y de la excitación 

El control del orgasmo suele representar un problema mayor para los hombres. Y las razones no son porque «las mujeres tardan más» o «los hombres se corren muy pronto» sino, simple y llanamente, porque todos los hombres tienen un periodo refractario luego de eyacular, tras el que necesitan un tiempo de espera hasta que su miembro puede volver a un estado de erección. No caigamos en tópicos estereotipados, pues existen muchas mujeres que pueden alcanzar el clímax con suma facilidad y hombres que apenas son capaces de tener una eyaculación rápida y placentera. Además, hay mujeres que no entienden el cuerpo de sus parejas mujeres, y hombres que tampoco saben cómo funciona el de sus compañeros. Por ello, esto vale tanto para relaciones homosexuales como para heterosexuales y, además, no se trata del control del orgasmo en sí, sino de mantener la excitación en una línea paralela a la de la pareja: el timing de las sensaciones viene dado por caricias, palabras, penetraciones y todo lo que ocurra o todo lo que se haga a la vez. Existe un truco excepcionalmente sencillo y, por desgracia, excepcionalmente utilizado para mantener una línea paralela de excitación: hablad con vuestra pareja de lo que sentís y de lo que os gusta; aplicadlo y guiadles si se pierden; y, sobre todo, hacedlo –explicadlo– en la forma en la que vuestro amante se sienta importante –imprescindible– en la consecución de las fantasías comunes.

Ayuda física: Kegels

Hemos explicado cómo hacer ejercicios de suelo pélvico para caballeros y las ventajas del masaje prostático en otros artículos. En este sentido, cabe añadir que las rutinas para fortalecer el músculo pubocoxígeo, tanto en hombres como en mujeres, no solo mejorarán el control de la excitación de cara a la intensificación del orgasmo sino que también harán que cada uno entienda en qué punto de placer se encuentra su pareja. En el caso de las mujeres, las señales son la intensidad y frecuencia de las contracciones de los músculos vaginales, además de la producción de flujo; y, en lo que respecta a los varones, se pueden identificar en la dureza de la erección así como en incipientes goteos seminales. Pero, lo más importante de todo es que cada uno tendrá un mayor control sobre esos signos, pudiendo originar orgasmos dobles o múltiples en ellos mismos o en sus parejas.

El orgasmo simultáneo

Una vez que ya sabemos qué hacer para poder tener orgasmos simultáneos, nos queda averiguar lo que deseamos en la cama. Como muchas y muchos ya habréis pensado, el sexo no se trata de programar orgasmos a conveniencia. Es más, tenerlos al mismo tiempo tampoco es señal inequívoca de haber encontrado al «amante ideal». De hecho, esta es la única parte mítica de los orgasmos simultáneos. Son tan reales como poco significativos del amor que se profesen dos personas. Que un individuo ame a otro tiene que ver más con la comprensión en la que se ejerciten cada día: que no se dejen de hablar, es que no se dejen de amar. Y después, en ese pequeño habitáculo privado que llamamos alcoba –hablando o no– puedan dedicarse a un sexo en el que los orgasmos vengan con gemidos sincrónicos o sin ellos. Porque también puede ser que haya mucha empatía sexual en observar como «el otro» culmina a solas con un juguete erótico, con un cunnilingus o con una felación. Aunque, también es verdad que explotar al mismo tiempo puede dejar unas bellas sonrisas en la habitación…