Tras aprobar el Máster no-oficial en Mamadas con Hielo, muchas nos habéis pedido uno sobre cubanas. «¿Como en el Masterchef?», pregunta un ingenuo al fondo. Noooo, no vamos a enseñaros a cocinar arroz (aunque una cubana pueda terminar en una buena comida), sino a masturbar una polla con los pechos.
Una sueca, una turca, una española, una chaqueta rusa, una cubana, spanischer sex, branlette espangole… son distintos modos de denominar esta práctica sexual deliciosa. Es una de las masturbaciones favoritas de los hombres porque aúna placer físico y placer psicológico. Físico por la suavidad de la piel y la calidez de los senos; psicológico por el componente de dominación, que se acentúa en las posturas en las que el hombre se folla los pechos y aquellas en las que la mujer masturba arrodillada. Si además le realiza una semi-felación en el glande… PUF. ¿Qué más te puedo contar? ¡Mucho! *ejem*
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Cómo hacer una cubana
Si crees que solo le da placer al hombre, estás equivocada. También es una práctica sexual muy satisfactoria para la mujer. En un nivel físico, porque las mujeres podemos llegar al orgasmo si se nos estimulan los pechos, especialmente el pezón, como demostró Barry Komisaruk en su famoso estudio publicado en The Journal of Sexual Medicine; y en un nivel psicológico porque, al igual que en la fellatio, la dominada también domina, es la hacedora del deseo del otro, y nuestros pechos se muestran como la fuente infinita de placer.
Tamaño de los pechos
«Tengo los pechos pequeños» ¿Y qué?
Para hacer una buena cubana no es necesario tener la delantera de Dolly Parton (ni mucho menos cantar melodías de country tan horteras). Como ya he dicho, el componente de dominación es uno de los pilares de esta técnica. Es cierto que cuanto más grandes sean los pechos, mayor será la fricción y más sencillo será realizarla, pero al final es una cuestión de deseo y técnica.
Consejos básicos para hacer cubanas
El lubricante es aconsejable
Aunque tu piel sea suave como la de un albaricoque, la fricción puede acabar resultándole incómoda o dolorosa. Usa lubricante. Si vais a utilizar preservativo, recuerda usar uno de base acuosa para que el condón no pierda eficacia.
Los condones también
Si tu amante no es tu pareja estable, usa protección. Según un estudio realizado por The American Infertility Association and Organon Pharmaceuticals USA Inc., el semen eyaculado puede alcanzar los 50km/h (como la avestruz que perseguía a dos ciclistas en aquel vídeo) y los dos metros de distancia (más o menos, la misma que hay de tu televisor al sofá); si entra en contacto con tus ojos o tu boca corres el riesgo de contraer enfermedades de transmisión sexual. ¡No vale cerrar los ojos! ¡No es una peli de terror! ¡Ponle una goma y evita las pesadillas!
Cubana activa y pasiva
Hay dos modos de hacer una buena cubana: activa y pasiva. Activa, masturbándole con los pechos; pasiva, permitiendo que él se los folle (sí, que se los folle). En ambos casos, puedes doblar el cuello para que su glande llegue a tu boca. No hace falta que te diga qué puedes hacer con tu lengua…
Técnica activa
Lubrica bien tus senos y su pene, juega con él, acaríciate los pechos y los pezones con el glande, excítate, excítale. Luego, introduce su pene entre tus senos y júntalos simulando una vulva o una vagina. Si los tienes grandes, apriétalos con los antebrazos, eso te permitirá acariciar su escroto, sus muslos, sus glúteos y hasta estimular su Punto P con el dedo. Si son medianos o pequeños, únelos con la mano izquierda y usa la palma de la mano derecha (al revés si eres zurda) para arropar el lado del pene que queda en el aire. ¡Qué no pase frío!
Posturas para hacer cubanas
El hombre sentado o tumbado
Él se sienta con las piernas totalmente abiertas, al borde de la cama o de un sillón; puede tumbar el tronco o permanecer sentado. Arrodíllate o ponte en cuclillas entre sus piernas, rodea su pene con tus senos y comienza a moverte rítmicamente de arriba a abajo.
La mujer recostada de cara a él
Recuéstate en una cama o un sillón con la parte superior de la espalda apoyada en un cojín hasta ajustar la postura. Él debe arrodillarse frente a ti, con una pierna a cada lado de tu tronco. Aprieta tus senos con las manos o los antebrazos para simular una vulva o una vagina; de este modo, él podrá follársela a su gusto, apoyando las manos en tus hombros, en el cabecero de la cama, en la pared o en el respaldo del sillón para marcar el ritmo.
La mujer recostada de espaldas a él
Es una postura ideal para una cubana activa. Variante de la anterior, en este caso, él se arrodillará de espaldas a tu cara y apretará tus pechos para determinar la presión que ejercen en su pene. Mientras, tú puedes chupar su rafe, sus testículos y practicarle un beso negro.
Lo que siga a partir de aquí será decisión tuya: continuar hasta eyacular en los senos o pasar a otro juego sexual: lo que os dicte la imaginación y el deseo.
¿Tienes algún consejo extra para practicar una buena cubana? ¿Sí? Por favor, compártelo, tras escribir este artículo me muero de ganas de disfrutar de una.