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Instrumentos para azotar o dar nalgadas: Spanking con la zapatilla

La elección de los instrumentos para azotar o dar nalgadas depende de tantos factores como practicantes de spanking haya. Atendiendo a sus efectos, los más apropiados para los que se inician en esta práctica sexual son, además de la mano (a la que ya le dedicamos este reportaje), la zapatilla, la pala de azotar, el cepillo del pelo y la regla, al considerar que son menos peligrosos que otros dentro de unos parámetros.

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Spanking con la zapatilla

Personalmente, no incluiría la regla porque al ser un instrumento fino y flexible el dolor es muy agudo y el impacto del azote es profundo, siendo habituales los hematomas así como la posibilidad de lesiones internas permanentes. Tampoco recomiendo la pala de azotar; aunque la presión se reparte de manera uniforme en toda la superficie golpeada, causa un efecto de entumecimiento en los nervios que impide percibir el dolor de una manera inmediata, por lo que cuando estos despiertan, el dolor es muy intenso, aparte de que deja cardenales durante varios días. A esto se suma que es un instrumento pesado, ancho y duro que debe manejarse con pericia para golpear justo en el centro de cada nalga.

«Entonces, ¿con qué instrumento debería iniciarme en el spanking, Brenda?», pregunta mi becario favorito. Con una zapatilla sin duda. Coge una: empezamos.

Cómo dar nalgadas con una zapatilla

Elección del material

Aunque la zapatilla sea un clásico de los amantes del bricosado y los azotes caseros por sus connotaciones psicológicas y la facilidad de uso, obviamente no vale cualquiera. Debes elegir una que sea fácil de manejar, sin estrenar (para evitar infecciones) y con una suela sin estrías, rugosidades o tacón (para evitar lesiones y marcas). En cuanto al material, el mejor es el cuero porque no corres el riesgo de provocar alergias cutáneas como ocurre con otros materiales como el PVC; además, es ligero y flexible, reduciéndose el peligro de dañar la piel.

Zona a golpear

Azota en el centro del cada glúteo, repito, en el CENTRO. Jamás golpees la zona lumbar, los genitales ni el ano porque puedes lesionar huesos, nervios, tendones, músculos y órganos de manera irreversible. Si eres spankee (azotado), en cuanto adviertas que te ha golpeado en alguna de esas zonas, grita la palabra de seguridad, detén la sesión y no permitas que te vuelva a tocar. Es evidente que no sabe azotar y está poniendo en peligro tu integridad.

Técnica de azote

La fuerza, velocidad y efecto de la nalgada dependen del movimiento del brazo y la muñeca, así como de la distancia. Cuanto más eleves el brazo, más fuerte será el impacto, menor la velocidad y el azotado lo sentirá como un golpe seco, agudo y más profundo. Si en vez de elevar el brazo, imprimes el movimiento con la muñeca y a una distancia corta, el azote será más veloz y superficial, y al spankee le picará la piel.

Recuerda que no debes empezar golpeando la piel, sino dando nalgadas sobre la ropa para calentar la zona y estimular la circulación sanguínea poco a poco. No obstante, no siempre hay que terminar azotando la piel, dependerá de las sensaciones que experimente el azotado y su tolerancia al dolor. Como os estáis iniciando, os recomiendo que las primeras sesiones sean siempre sobre la ropa y tengan una duración muy corta.

Posturas

Considero que entre todas las posturas ideales para azotar, dar nalgadas o chicotazos que os expliqué en este artículo, la mejor tanto a nivel físico como psicológico cuando utilizas una zapatilla es la que se denomina «sobre el regazo o sobre la falda».

A nivel físico, es una postura cómoda para los dos, el culo queda bien expuesto y a una distancia idónea para arrear un zapatillazo, y permite un aftercare que incluya una masturbación delicada de la vulva y el punto P masculino; a nivel psicológico, el spankee experimenta una potente descarga de adrenalina debida a la incertidumbre por no poder ver cuándo le van a dar el siguiente azote, el spanker tiene el control casi absoluto y unas vistas inmejorables del culo y los genitales, y ambos disfrutan de una postura que se considera «infantil y humillante», ideal para los juegos de rol de profesor@/alumn@, jef@/secretari@.

Reglas inquebrantables

En el spanking, las tres reglas básicas son el acuerdo, el castigo y el cuidado posterior o aftercare. Acuerdo porque es indispensable que se dialogue sobre lo que se pretende con la sesión de azotes, los límites que nunca deben traspasarse y la palabra de seguridad para que el spanker pare en cuanto el spankee la pronuncie; castigo como sinónimo de sesión de azotes, aunque castigar no sea su único propósito; y el cuidado posterior o aftercare del que ya os hablé en el artículo introductorio sobre el spanking. Jamás debe omitirse ninguna de estas reglas, al igual que tampoco las básicas de cualquier relación sexual, íntimamente relacionadas con estas: sexo sano, seguro y consensuado.

Es muy importante que como spankee tengas claro que esta práctica sexual puede dañarte física y emocionalmente si no se hace de manera adecuada o das con un abusador emocional y/o físico que utiliza esta práctica sexual para manipular, someter y dañar. Si te estás iniciando o simplemente te apetece probar, es de vital importancia que extremes las precauciones al escoger a tu spanker y conserves el dominio de la situación sabiendo que si quieres parar, TIENE QUE PARAR.

Si eres spanker, debes grabarte a fuego que puedes dañar a tu spankee, que en tus manos está la responsabilidad de no hacerlo y que su palabra es Ley; aunque también debes reconocer cuándo ha perdido el autocontrol por la descarga de adrenalina y por ello tienes que parar para no causarle lesiones, aunque no haya pronunciado la palabra de seguridad.

Finalmente, ten muy claro que son la práctica y el perfeccionamiento los que permiten que golpees con precisión en una zona concreta, así como la fuerza con la que lo haces. Practicar sobre objetos antes de hacerlo sobre tu amante es la manera adecuada de conocer tu puntería y la fuerza que imprimes al golpe. Practicar directamente sobre una persona es una irresponsabilidad, no lo olvides.

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