Como os expliqué en el artículo clasificatorio de los instrumentos para practicar spanking, el azote picadura (también denominado quemazón o mordedura) se percibe como un dolor cortante y abrasivo, similar a una quemadura. Generalmente, el impacto del azote deja marcas finas y superficiales que se convierten en verdugones cuando la piel reacciona; aunque si se ha utilizado un instrumento como un látigo, se producen cortes sangrantes más o menos profundos en la piel, que pueden dejar cicatrices.
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Superficie y velocidad
Los dos factores determinantes para causar este efecto son la superficie y la velocidad, que se ajustan a las reglas «A menor superficie, menor impacto» y «A mayor velocidad, menor impacto», y dependen de las características del instrumento y de cómo se utiliza.
Características del instrumento
Los instrumentos indicados para producir el efecto picadura son finos, ligeros y flexibles. Finos, porque cuanto menor sea la zona de impacto, menor será la disipación de energía, que se concentrará de manera uniforme en la zona golpeada, causando un dolor más punzante y agudo en las capas superficiales de la piel; ligeros y flexibles porque a menor masa, menor fuerza y, por lo tanto, menor potencia. Estas características también influyen en la velocidad, ya que presentan menor resistencia al aire, lo que potencia la rapidez del azote.
Modo de azotar
La manera de utilizar un instrumento también influye en el tipo de dolor causado, por eso puede conseguirse el efecto picadura con algunos instrumentos como la zapatilla y la cuchara de madera, porque aunque se consideran instrumentos para provocar el efecto explosión, no son tan anchos, pesados, rígidos ni compactos como, por ejemplo, la paleta, y permiten imprimir velocidad al azote.
La velocidad depende de dos factores: rapidez del movimiento y trayecto recorrido entre el comienzo del azote y el impacto. Cuanto más rápido sea el movimiento del brazo o de la muñeca, menor resistencia presentará el instrumento al aire y menor será la rotundidad del impacto; lo mismo ocurre con la distancia: a mayor distancia, mayor resistencia al aire y menor velocidad.
Jugando con estos principios podrás obtener distintos efectos con un mismo instrumento, aunque, obviamente, nunca conseguirás un efecto explosión con un látigo ni un efecto picadura con una paleta, debido a sus características físicas.
Debes tener muy claro que aunque los instrumentos de picadura sean más cómodos por su ligereza, requieren una técnica más depurada y experiencia en el manejo porque su flexibilidad dificulta calibrar el punto exacto del azote y, además, puedes azotarte a ti mismo con el retroceso de instrumentos como el flogger o el látigo; por eso es vital para tu seguridad y la del spankee que practiques con el instrumento que hayas escogido hasta que aprendas a dominarlo.
Utiliza un cojín para afinar la puntería y probar distintos tipos de movimiento tanto de la muñeca como del brazo: de arriba abajo, de derecha a izquierda (o viceversa) o describiendo ochos (o el símbolo del infinito). Golpéate la palma de la mano con distintos grados de fuerza para calibrarla y zonas de tu cuerpo como la parte interna de los muslos para comprobar el dolor que puedes causar a tu spankee; aunque la percepción del dolor y la tolerancia al mismo difieren en cada persona, te permitirá darte cuenta de que el azote picadura no es ninguna broma.
Instrumentos de picadura
Los instrumentos de picadura más habituales son el cinturón, la fusta, la vara, el flogger y el látigo. Puede que algunos te parezcan relativamente inofensivos, pero no los subestimes: en la escala de dolor establecida por los practicantes del spanking, todos se encuentran en el rango del 8 al 10. Además, la vara puede provocar daños internos porque aunque es fina, es compacta al estar hecha de madera; y el látigo puede producir cortes intensos en la piel hasta el punto de producir heridas sangrantes que pueden infectarse y dejar cicatrices permanentes. Por ello, y dado que todos estos artículos están enfocados a principiantes, te explicaré cómo utilizar la fusta y el cinturón.
La fusta
La fusta se compone de tres piezas: un mango rígido que permite un mejor agarre, un cuerpo flexible (generalmente de madera o fibra de vidrio) y una punta del mismo material, que puede haber sido fabricada con distintas formas para intensificar su efecto simbólico.
Estas características harán que al spanker principiante le resulte más cómodo y sencillo utilizarla, calibrar la zona donde impactará el azote y oscilar entre el efecto mordedura y explosión; y en cuanto al spankee, la mordedura será intensa, pero no tan abrasiva como la que causan otros instrumentos como el látigo y además no deja verdugones, aunque sí morados si se golpea repetidamente en el mismo lugar.
El cinturón
El cinturón tiene el encanto del bricosado y el morbo de su simbolismo en los juegos de dominación/sumisión, pero cuenta con la desventaja de ser menos manejable para el spanker y muy doloroso para el spankee, aunque al igual que la fusta no suele provocar hematomas ni verdugones, pero sí marcas rojizas finas.
Escoge un cinturón de materiales naturales como lona, algodón o cuero auténtico (para evitar alergias), suave y flexible (cuanto más duro y rígido, más seco será el azote y menor el efecto picadura), sin adornos ni estrías (para no causar lesiones). En cuanto a la anchura, cuanto más estrecho y fino sea el cinturón, más punzante y abrasivo será el dolor causado y cuanto más ancho y grueso, más seco, pudiendo causar efecto explosión dentro de unos parámetros.
Parece obvio, pero jamás, jamás, JAMÁS, golpees con la hebilla. Para evitarlo, abrocha el cinturón alrededor de tu puño, dale un par de vueltas y sujétalo con fuerza. Si lo que deseas es imprimir un azote más seco y menos abrasivo, dóblalo por la mitad y da la nalgada con el lado que está doblado.
Zona y postura
Azota el centro de cada glúteo y el pliegue en el que termina la nalga y comienza el muslo, evitando la zona lumbar, los genitales y el ano porque puedes causar lesiones internas graves. Ten mucho cuidado, por favor, especialmente con el cinturón; no azotes a nadie sin estar seguro de dominarlo.
Siempre recomiendo a los principiantes la postura «Sobre el regazo o la falda» porque la distancia permite calcular con precisión y es muy cómoda, aunque si utilizas un cinturón es mejor «Sobre la mesa, de puntillas», porque dispondrás de una trayectoria más amplia para dar correazos y un ángulo más cómodo.
Reglas inquebrantables
Cumple a rajatabla tanto las reglas básicas del spanking (acuerdo, castigo y aftercare o cuidado posterior), como las básicas de cualquier relación sexual (sexo sano, seguro y consensuado).
Recuerda fijar la palabra de seguridad, esencial en cualquier práctica BDSM, así como la gradación del dolor que el spankee percibe con cada azote, en una escala del 1 al 10, para calibrar el efecto de cada nalgada y poder seguir el acuerdo previo fijado entre los dos.
Practica, practica, practica… ¡Y disfruta!