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Sadismo, terror y perversión sexual: Las «Shudder Pulps» o «Weird Menace Pulps»

Vampiresas, femme fatales, científicos locos, monstruos con mil ojos, rudos detectives, héroes semidesnudos, gángsteres sádicos, azotes, bondage, cera… y sexo, mucho sexo. Bienvenidos a las Shudder Pulps.

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Imágenes extraídas de Eliteguías

Las revistas Pulp o Pulp Magazines

Las revistas Pulp (Pulp Magazines) fueron publicaciones de literatura popular producidas en Estados Unidos entre 1861 y 1950. Dignas herederas de las Dime Novels (novelas de 10 centavos, conocidas en España como «novelas de a duro»), este tipo de revistas se llamaron Pulp en referencia al material en el que se editaban: un desecho de pulpa de madera con el que se elaboraba un papel amarillento, áspero, de baja calidad, sin guillotinar, con una encuadernación poco cuidada (las hojas estaban adheridas al lomo con pegamento y las tapas eran blandas), que abarataba los costes y, por lo tanto, el precio de venta al público.

Sin embargo, a partir de la década de los 20, se empezó a denominar Pulp (o Pulp Fiction) a toda la ficción que tuviera las características de la publicada en las revistas Pulp: una literatura de aventuras, wéstern, ciencia ficción, intriga, terror… con ciertos tintes eróticos, en la que primaba la acción y la aventura sobre la calidad de la narración.

En una época en la que el único entretenimiento de las masas era la radio, el cine y (con suerte, debido a los altos niveles de analfabetismo) la lectura, las revistas pulp y sus historias trepidantes, con poco texto y mucha ilustración, arrasaron. En apenas unos años, decenas de revistas competían en los quioscos por captar la atención de los consumidores; ¿cómo hacerlo? Con portadas llamativas e impactantes, repletas de acción y erotismo.

El auge imparable de las revistas Pulp dio lugar a una gran cantidad de subcategorías: aventuras, espada y brujería, hard-boiled, men’s adventure, gángster, romance… y un subgénero que había que leer con la luz encendida: Weird Menace.

Auge y caída de las Weird Menace o Shudder Pulps

Las Shudder Pulps o revistas de Weird Menace destacaron sobre el resto de las publicaciones Pulp por sus historias terroríficas y bizarras, en las que la violencia, el sadismo y la perversión sexual alcanzaron cotas similares a las del género ero guro nonsensu japonés. Las ilustraciones y portadas no se quedaban atrás, mostrando abominables villanos (seres de otros mundos, científicos megalómanos, monstruos tentaculares, despiadados gángsters) torturando a bellas mujeres (ligeras de ropa y en posturas sexualmente sugerentes) con instrumentos que harían palidecer de envidia a los honorables miembros de la Santa Inquisición.

El sexo y la violencia del Weird Menace llegaron a sus cotas más altas con el subgénero Spicy & Saucy, en el que los personajes vivían historias plagadas de abusos sexuales, parafilias y BDSM, con ilustraciones que mostraban desnudos y sexo explícito. El miedo nos excita,  es un hecho que los editores de revistas como Terror Tales, Horror Stories, Thrilling Mysteries o Startling Mistery supieron explotar hasta el infinito.

No es de extrañar que asociaciones ultraconservadoras y periódicos amarillistas iniciaran una campaña de acoso y derribo contra ellas, como un artículo publicado en 1938 en The American Mercury, en el que se criticaba este subgénero Pulp: «Este mes, como todos los meses, las 1 508 000 copias de las revistas de terror, conocidas como Shudder, se venderán en todo el país… Contendrán suficiente perversión sexual ilustrada como para poner nervioso a Krafft-Ebing»; sí,  Krafft-Ebing, el autor de Psychopathia Sexualis que dio origen al concepto del Hentai como «deseo anormal o perverso», casi nada.

Las críticas surtieron efecto y durante la década de los 30, los políticos iniciaron cruzada para expulsarlas de los quioscos o, al menos, censurarlas. Esta persecución, sumada a las restricciones al uso del papel impuestas durante la II Guerra Mundial y la aparición de los shows televisivos y el cine de terror y ciencia ficción, dio sus frutos: la muerte de las revistas Pulp fue inevitable.

La reivindicación de un género mítico

A pesar de ser despreciada por los académicos como literatura bazofia de usar y tirar, muchos estudiosos y admiradores intentan reivindicar la importancia de las Pulp Magazines no solo como entretenimiento, sino también como herramienta didáctica para iniciarse en la lectura y aprender nociones básicas de ciencia, historia y geografía. Además, aunque es cierto que muchos de los autores eran menores, también hubo grandes maestros (como Joseph Conrad, Mark Twain, Tennessee Williams, H. P. Lovecraft, Horace McCoy, H. G. Wells, Isaac Asimov, Ray Bradbury, Arthur C. Clarke, Philip K. Dick, Raymond Chandler, Dashiell Hammett, Jim Thompson, Elmore John Leonard o Charles Bukowski) que no solo crearon personajes míticos (Conan el Bárbaro, Flash Gordon, Cthulhu, Tarzan o El Zorro), sino también revolucionaron géneros como el negro, el terror o la ciencia ficción.

Un ejemplo perfecto de esta justa reivindicación es My Favorite Thing Is Monsters (publicada en español como Lo que más me gusta son los monstruos), la primera novela gráfica de Emil Ferris, cuyo eje es la infancia de la autora y su afición por las revistas pulp de terror, el erotismo de sus portadas (que despertaron el suyo), el programa de televisión Creature Features (que emitió películas clásicas de ciencia ficción, terror y kaiju japonés, de 1960 a 1980) y los monstruos, con los que se identificaba (de hecho, la protagonista de la novela gráfica es Karen, una niña/loba, que refleja cómo se veía a sí misma de pequeña).

Considerando que el germen de la idea fue un guion de Ferris sobre «una mujer lobo lesbiana que era protegida por los brazos protectores de un chico trans Frankenstein», que está plagada de guiños a las revistas Pulp, a las historias de terror de EC Comics (a quien debemos, Tales from de Crypt y Weird Fantasy entre otras maravillas) y a carteles de películas de terror clásicas, os podéis imaginar por qué apasiona a los amantes del género pulp de terror… y a los de los cómics, ya que esta obra de arte de 700 páginas, dibujada con un bolígrafo bic durante casi siete años, mereció el Ignatz Award de «Novela Gráfica Destacada», tres Premios Eisner, una nominación para un Premio Hugo y el premio a mejor «Novela Gráfica LGBTQ» en la 30ª edición de los Premios Literarios Lambda, entre otros.

Interesante también el libro Terror Tales y los Pulps Bizarros. Historia de las Revistas de Horror Gótico, de Javier Jiménez Barco, en el que hace un exaustivo repaso por este subgénero de la literatura Pulp, incluyendo a los escritores, artistas y dibujantes más significativos, las revistas más prestigiosas, decenas de reseñas y resúmenes de los relatos más relevantes, con ilustraciones a todo color de portadas e interiores originales. Un sentido homenaje a las Shudder Pulps o revistas de Weird Menace y sus bizarras historias, que cambiaron el género de terror para siempre.

Fuentes
Clark Ashton. Terror Tales y los Pulps Bizarros. Historia de las Revistas de Horror Gótico. Reseña
El solitario de Providence .
Armado Boix. Los pulp magazines en Norteamérica. Ciencia Ficción .
Bruce Henry, The American Mercury, April 1938; quoted in Jones, The Shudder Pulps, pp. 138–39.
Emil Ferris. My Favorite Thing Is Monsters.
Javier Jiménez Barco. Terror Tales y los Pulps Bizarros. Historia de las Revistas de Horror Gótico.