Relatos eróticos

No puedo esperar – Relato erótico con música

Después de leer esta historia, puede que no te quede más remedio que hacer una videollamada muy especial a tu pareja o a tu cómplice. Disfruta de la intensidad sensual de Brenda B. Lennox, acompañada de la versión de Hardly Wait (PJ Harvey), por Juliette Lewis.

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Relatos eróticos

No puedo esperar

«Say angel come
Say lick my face
Let fall your dress
I’ll play the part
I’ll open this mouth wide
Eat your heart
I can hardly wait»
-PJ Harvey

Escucho los audios que me enviaste ayer mientras me acaricio. Gimes, balbuceas mi nombre, dices que vas a correrte. Me preguntas si puedes hacerlo en mis tetas. Te contesto que sí aunque no puedes oírme; obedeces como si pudieras.  Te corres.  Me gusta que te corras. Me gusta que te corras para mí.

El círculo verde del Messenger revela que estás en línea; el mío, que yo también lo estoy. ¿Me sientes? Sí. Comienzas a escribir. El vientre me arde. No puedo esperar.

— Dime qué quieres hacerme.

Estás leyendo en la cama el libro que te regalé. Te lo quito y lo tiro a un lado. Protestas  hasta que ves las esposas. Te pregunto si quieres. ¿Quieres?

—Sí.

Te ordeno que te tumbes y extiendas los brazos. Me dices que te los extienda yo. ¿Me estás retando?

—Sí.

Te los agarro con fuerza y te tumbo con mi peso contra el colchón. Te esposo una mano en el cabecero y clavas las uñas de la otra en mi antebrazo. ¿Quieres jugar fuerte, B.B.?

—Sí.

Juguemos fuerte. Te sujeto la muñeca mientras intentas morderme. Te esquivo y esposo la otra. Apresas mi cadera con las piernas para tirarme de la cama. Dejas de hacerlo cuando sientes mi polla dura en tu vientre a través del pantalón. Te beso y nuestras lenguas se entrelazan, me la chupas como si me la estuvieras chupando. Me la estás poniendo más dura que nunca, B.B., pero me separo. Dime qué quieres hacerme, susurras.

— ¿Qué quieres hacerme?

No contesto. Me gusta ver cómo te vas poniendo más y más cachonda. Yo también estoy muy cachondo, B.B., muy cachondo, tengo ganas de meterte la polla hasta la garganta. ¿Quieres que lo haga?

—Fóllame la boca.

  1. Todavía no. Lamo tu cuello. Te hago un chupetón que acariciarás mañana pensando en mí. Te aprieto las tetas. Tus pezones se clavan en la palma de mis manos. Los muerdo por encima de tu camiseta. ¿Quieres que te la quite? ¿Quieres que te la quite, B.B.? Suplícamelo.

—Por favor, quítamela.

La subo hasta tu cara y te cubro los ojos. Lamo tus pezones, los chupo, los muerdo, tiro de ellos como si quisiera arrancártelos. La verdad es que quiero arrancártelos, B.B., quiero engullirte, joder, pero me controlo. Me levanto y me quedo inmóvil. Te preguntas qué haré ahora. Te retuerces porque la espera te está matando. ¿Qué quieres hacerme?, susurras.

—¿Qué quieres hacerme?

No contesto. Lo hago. Me tumbo entre tus piernas y separo tus rodillas. Te muerdo los muslos mientras separo los labios de tu coño con los dedos. Estás empapada, B.B., ¿quieres que te lo coma?

—Cómemelo.

Lamo tu raja desde el culo hasta el clítoris, desde el clítoris hasta el culo, desde el culo hasta el clítoris una y otra vez. Lo chupo, mientras te follo con un dedo, luego con dos, luego con tres. Me pides más y te meto uno por el culo. Cierras los muslos y me aprisionas. Comienzas a mover la cadera. Estás tan cachonda que tu coño es agua. Dices que vas a correrte y acelero. Te corres en mi boca, pero sigo chupando. Me pides que pare, pero sigo chupando. Me suplicas que pare, pero sigo chupando. Sigo chup…

—No quiero que pares, por favor, no pares. Sigue.

Deja de escribirme, joder. Tócate, mete tus dedos en tu coño, mete tus dedos en tu culo, córrete. Córrete, B.B., grábame un audio mientras te corres. Venga, B.B., fóllate. Fóllate y córrete. Te estoy follando con los dedos, te estoy follando con la lengua. Venga, B.B. Córrete. Quiero oírte. Córrete.

Aprieto el botón de grabación. Gimo contra el micrófono. Gimo mientras me corro. Gimo hasta que el audio llega al minuto y se para. Sigo gimiendo mientras lo recibes. Sigo gimiendo mientras lo escuchas.

El círculo verde del Messenger me revela que sigues en línea. El mío, que yo también lo estoy. ¿Me sientes? Comienzo a escribir. Mis dedos humedecen las teclas. No puedo esperar.

—Dime qué quieres que te haga.

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