Posturas sexuales

Yab Yum o la postura favorita de los dioses

El tantrismo es un sistema religioso y filosófico inspirado en los tantras, escritos atribuidos a Buda por unas fuentes y a la religión bon tibetana y el taoísmo chino por otras, que aspira a la unión con la divinidad a través de los ritos y de la filosofía de estos textos sagrados.

Entre esos ritos, se encuentra el sexo tántrico, con el que se pretende alcanzar la apertura de la conciencia o iluminación. No es mi intención ahondar en él ni en su misticismo, sino explicaros su postura sexual más importante, el Yab-yum, con la que lograréis una conexión muy profunda con vuestro amante y un placer intenso que os invadirá por oleadas hasta alcanzar el multiorgasmo en la mujer y un orgasmo fuerte y largo en el hombre.

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Posturas sexuales

¿Qué es el Yab Yum?

Es la unión sagrada con la que la diosa madre Shiva y el dios padre Shakti crearon el mundo; es el símbolo de los opuestos que se complementan, un yin yang perfecto. Con ella, los practicantes del tantrismo buscan una experiencia mística a través del sexo. Aun despojándola de toda espiritualidad, esta postura os permitirá disfrutar del sexo con una intensidad que hará palidecer de envidia a los polvos banales del porno mainstream.

Para llevarla a cabo, el hombre se sentará con la espalda recta y las piernas cruzadas en la postura de loto (si no puedes realizarla, simplemente apoya la espalda en la pared y estira las piernas), la mujer se colocará frente a él, se sentará sobre las piernas cruzadas,  entrelazará las suyas en las caderas del hombre e introducirá el pene en su sexo.

Posturas sexuales
La postura Yab-yum entre el dios padre y la diosa madre es uno de los símbolos más relevantes del arte budista.

Los movimientos deben ser lentos, apenas perceptibles, de adelante a atrás, no de arriba abajo. El vaivén estimulará todos los puntos erógenos de vuestros sexos y el goce crecerá como una marea imparable.

También podéis quedaros totalmente inmóviles para disfrutar de la técnica Pompoir, en la que la mujer, como expliqué en este reportaje, moverá las paredes vaginales succionando el pene, empujándolo, apresándolo en su interior, describiendo movimientos circulares hasta que los espasmos del orgasmo os arrastren.

Claves del Yab Yum

La clave de esta postura es el completo disfrute de los sentidos y la conexión entre los amantes. Es esencial que busquéis un momento solo para vosotros, acondicionando la habitación con velas o luz tenue, incienso, música que os relaje y erotice. Os recomiendo daros antes un baño juntos en el que simplemente disfrutéis del agua caliente y las caricias mutuas. Luego, sentaos uno frente al otro como os he indicado, pero sin introducir todavía el pene en la vagina. Miraos a los ojos, acompasad las respiraciones, disfrutad abriendo la mente fijándoos en cada detalle. El olor, el sabor, la textura, el gemido, el estremecimiento de la carne. Acariciad toda la piel, no solo los puntos erógenos, besad, morded, susurrad…

Luego, guiad el pene al interior de la vagina, moveos de un modo acompasado o disfrutad del Pompoir sin dejar de acariciar toda la piel, sin dejar de besarla, sin dejar de oler, de mirar a los ojos del otro. También podéis modificar la postura inicial adoptando la de la fotografía que ilustra este artículo para que los movimientos en vez de ser de vaivén, sean de arriba abajo; pero siempre lentamente. Cuando sintáis que llegáis al punto de no retorno, parad. Respirad hondo. Seguid besando, acariciando, oliendo, besando. Luego, seguid. Una y otra y otra vez.  ¿Para qué acabar con este placer que os invade? ¿Acaso el orgasmo no es el fin de todo?

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