Tras leer el reportaje en el que os explicaba las reglas básicas para iniciaros en el Spanking, algunos me habéis preguntado cuáles son las mejores posturas para azotar, dar nalgadas o chicotazos. Como vuestros deseos son órdenes, la Academia para Mentes Perversas de Brenda B. Lennox ofrece un nuevo curso en el que aprenderéis no solo cuáles son algunas de las mejores, sino también el porqué.
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Las 7 mejores posturas para un buen Spanking
Hay que tener muy claro que las posturas tienen su razón de ser en el Spanking y que elegir una u otra dependerá de lo que se pretenda en la sesión de azotes, aunque todas deberán cumplir un requisito básico para asegurar el sexo SANO, SEGURO y CONSENSUADO: permitir al spanker azotar correctamente para no lesionar al spankee.
Motivación de las posturas o cómo quieres azotar
Clasificar las posturas que podemos emplear para azotar es complicado y subjetivo porque el sexo no es una ciencia y cada persona tiene su propia manera de vivirlo. Por mi parte, intentaré ordenarlas atendiendo a su motivación: ¿qué se pretende con cada una de ellas?
Cercanía y contacto físico directo. En un nivel emocional, cuanto mayor sea la distancia, mayor será el alejamiento emocional y la sensación de sumisión e indefensión del azotado y de dominación del azotador. En un nivel físico, una distancia más amplia permite usar algunos instrumentos como varas, fustas o cuerdas y aumentar el recorrido de la nalgada.
Inmovilidad. Obviamente, cuanto menos pueda moverse el spankee, más sumiso e indefenso se sentirá. Además, una menor movilidad le impedirá relajar el cuerpo, por lo que el chicotazo será más doloroso. Mmm, esto va calentándose…
Comodidad. Una posición incómoda es ya de por sí un castigo para el azotado, físico y emocional, y una demostración de intenciones por parte del azotador. Pero este debe tener en cuenta que si el spankee está cómodo, su mente se centrará en las nalgadas con más intensidad, por lo que deberá sopesar qué desea en esa sesión en concreto.
Ángulo y dirección del azote. Un ángulo natural permite al spanker azotar con precisión durante más tiempo y con la fuerza que desee imprimir a cada nalgada. En cuanto a la dirección de esta, puede ser de abajo arriba o de derecha a izquierda (o viceversa, si es zurdo), provocando sensaciones físicas distintas.
Otros efectos que pueden producir y favorecer una u otra postura son el visual, la sorpresa, la parte que se desee azotar, la sonoridad del cachete, el dolor que se quiera causar, el rol de dominación/sumisión…
En cuanto a las mejores posturas para practicar spanking, según mi humilde opinión, son las siguientes: las he dividido entre las clásicas, para disfrutar de una buena sesión de chicotazos, y aquellas que permiten la penetración mientras se azota, ideales para iniciarse en esta práctica desde el sexo «vainilla». Si eres principiante, por favor, recuerda los consejos básicos de mi reportaje para iniciarse en esta práctica sexual si no quieres lastimar a tu spankee. Sexo SANO, SEGURO y CONSENSUADO, nunca me cansaré de repetirlo.
Las posturas clásicas de spanking
- 1. Sobre el regazo o «sobre la falda»
El spanker debe sentarse cómodamente en una silla sin brazos, con las piernas juntas; el spankee se tumbará boca abajo sobre el regazo del azotador, con la cabeza hacia la izquierda de este y los pies hacia la derecha (o viceversa si el spanker es zurdo). Con la cabeza, los hombros y las rodillas inclinadas hacia abajo, separándolas al menos quince centímetros para que su sexo quede expuesto (sí, hay que darlo todo). Para evitar que se mueva, el azotador puede sujetarle por la cintura con la otra mano.
Físicamente, no es una postura muy incómoda para el spankee, porque tiene los músculos relajados. Y para el spanker es ideal porque los glúteos y los muslos quedan totalmente expuestos, a lo que se añade que el azotado no tiene movilidad. A nivel psicológico, es «infantil y humillante» porque este se coloca en esa posición voluntariamente para recibir «el castigo» y expone totalmente su sexo, a lo que se añade, como en todas las posturas en las que está de espaldas al azotador, el morbo y miedo de la incertidumbre, al no saber cuándo recibirá el chicotazo.
- 2. Sobre la mesa, de puntillas
El spankee debe estar de pie, recostar su pecho y cara sobre una mesa, con los brazos extendidos, y ponerse de puntillas para exponer su culo al spanker, que le azotará de pie, desde la distancia.
Es una postura más dolorosa que la anterior porque se azota contra un objeto duro e inmóvil y el golpe es más sólido, a lo que se suma que las piernas están en tensión, aunque el azotado tendrá más movilidad. En cuanto al azotador, este dispondrá de una trayectoria más amplia para dar las nalgadas y un ángulo más cómodo. Esta posición intensifica el rol dominación/sumisión por la incomodidad y el hecho de no poder ver cuándo recibirá el azote.
- 3. «Posición del pañal»
El spankee se tumbará boca arriba sobre una mesa, con las piernas extendidas hacia arriba y los brazos apoyados en la superficie, mientras el spanker aprisiona sus piernas con un brazo y le azota con la otra mano de pie.
Esta postura está considerada como la más humillante y dolorosa de las tres por la indefensión, la connotación psicológica y porque tiene los músculos de las piernas en tensión y la piel estirada. Además es muy incómoda y proporciona poca movilidad, así que no podrá patalear o mover los pies relajando el cuerpo. El azotador, por su parte, tendrá el total dominio de la situación, un buen ángulo de azote y podrá acceder con facilidad a la unión entre la nalga y el muslo y a los genitales (que están totalmente expuestos).
Posturas con posible penetración
- 4. Unión del Emú
El spankee se coloca de pie, de espaldas al spanker, que se sitúa muy cerca de su cuerpo. Como en todas las posturas en las que el azotador está de pie, no solo puede dar la nalgada moviendo el brazo, sino también rotar el cuerpo para imprimirle la máxima energía. Aunque, en este caso, al estar más cerca del azotado, la distancia es menor, por lo que debe tener cuidado para golpear en la zona correcta para no causar una lesión.
La Unión del Emú también permite agarrar de las caderas para controlar mejor si hay penetración, y es una de las posturas que favorecen la estimulación el Punto G en el caso de las mujeres. A nivel psicológico, combina la intimidad de la cercanía de los cuerpos, el factor sorpresa, al estar de espaldas, y una mayor movilidad permitiendo «escapar» del azote.
- 5. Vaquera invertida
El spanker se tumba boca arriba en la cama con las piernas estiradas y el spankee se sienta a horcajadas sobre su cuerpo, en cuclillas o arrodillado, con la espalda estirada. Esta postura presenta todas las ventajas e inconvenientes a nivel físico y emocional de la cercanía, ángulo de azote (de lado a lado) y el factor sorpresa. Si hay penetración, se estimula el Punto G de la mujer y, además, ella puede frotar su clítoris contra el vello de su amante. Su mayor inconveniente es que es una de las posturas que pueden lesionar el pene si el spankee no controla los movimientos, algo difícil si consideramos que está recibiendo nalgadas.
- 6. Variante perrito o galga 1
El spankee se coloca sobre la cama o en el suelo a cuatro, con la parte superior del torso apoyada y los brazos estirados, mientras el spanker se sitúa detrás, arrodillado, con la espalda estirada.
Esta postura presenta, como la anterior, todas las ventajas e inconvenientes de la cercanía, ángulo de azote, el factor sorpresa y la movilidad (relativa); además, es incómoda porque los músculos están en tensión y el chicotazo escocerá más. Si hay penetración, esta será muy profunda; no es una de las posturas ideales para penes grandes ya que puede lastimar el útero de tu spankee.
- 7. Variante perrito o galga 2
El spankee se coloca sobre la cama o en el suelo a cuatro, con la parte superior del tronco apoyada y los brazos estirados. El spanker se sitúa detrás, arrodillado, con la espalda estirada. Finalmente, el spankee entrelaza sus piernas en la cadera o cintura del azotador estrechando el contacto.
Esta postura es la más íntima de todas las que os he enseñado y también implica, como la anterior, todas las ventajas e inconvenientes de la cercanía, el ángulo de azote (de lado a lado), el factor sorpresa y la inmovilidad (alta), a lo que se suma que es incómoda porque los músculos están en tensión y la nalgada escocerá aún más. Si hay penetración, será muy profunda, así que recuerda que hay que tener cuidado si tienes un miembro grande para no lesionar el útero de la spankee.
Estas son mis propuestas. Si quieres compartir una postura ideal para practicar spanking, soy toda nalgas oídos. Eso sí, no te acerques sin avisar para darme una lección práctica: soy una astable con muy mal carácter…