Esta semana vengo con una postura sencillísima, relajada y pasional y con muchas más posibilidades de lo que, en un principio, aparenta.
Pros: que sea una postura relajada y movimientos limitados no significa que no sea muy satisfactoria.
Para practicar esta postura solo tienes que tumbarte de lado, como en la ilustración, y tu pareja sentarse a horcajadas sobre ti para penetrarte. Como comprobarás cuando la practiques, las rodillas de tu amante no quedan a la misma altura, como quedan cuando se hace un misionero, por ejemplo. La pierna que fija su posición de manera cómoda es la que se sitúa a tu espalda. Por ello, recomiendo que tu pareja flexione la otra rodilla y pose el pie, para que el juego de cadera no solo sea más agradable, sino mucho más efectivo y erótico.
Tú también puedes jugar con las sensaciones, en función de si te apetecen embestidas más cortas y ceñidas o más profundas y holgadas: solo tienes que recoger o estirar la pierna superior.
Además, como ya se te habrá pasado por la cabeza, la postura invita al sexo anal o a usar un masajeador para tener sexo en pareja.
Contras: la mayor pega es que si quieres pasar a la acción, tienes que cambiar de posición.
Pero si quieres añadirle más picante y darle un toque BDSM, puedes usar unas ataduras de seda que, además, sirven para que tu pareja las agarre, se sujete en ellas y genere más restricción del movimiento y tensión de los cuerpos…