Películas eróticas

La película «porno» de Sylvester Stallone

La 44ª edición de los premios Golden Raspberry, popularmente conocidos como Razzies o anti-Oscars, ha supuesto un doble golpe para la autoestima de Sylvester Stallone, no solo por el Razzie al Peor Actor Secundario por su papel en Expend4bles (Mercenarios 4), sino también porque esta «frambuesa dorada» ha reforzado su récord como el artista más nominado y galardonado en estos premios, en los que se reconoce lo peor del cine. Reconozco que no he visto Expend4bles, pero si por mí fuera, sumaría a sus Razzies el Golden Raspberry a peor actor por su papel principal en The party at Kitty and Stud’s, una película softcore que, con el tiempo, se convirtió en una película porno con todas las letras.

Sylvester Stallone, A self-made hero

La vida se lo puso difícil a Sylvester Gardenzio Stallone desde el mismo instante de su nacimiento. Cuando su madre, cigarrera en el Diamond Horseshoe, se puso de parto en el autobús, alguien tuvo la desafortunada idea de llevarla a un hospital de caridad y como el bebé se negaba a salir, los obstetras utilizaron dos fórceps con tal negligencia que le cortaron un nervio de la cabeza, provocándole una parálisis facial permanente, que afeaba su rostro y le dificultaba el habla.

Las secuelas no le ayudarían a crecer en Hell’s Kitchen (lit., Cocina del Infierno), uno de los barrios más conflictivos de Nueva York, que hacía honor a su nombre. «Mi boca se inclina hacia la derecha, y a veces mi nariz y mis ojos también se inclinan hacia la derecha, y no hay nada que pueda hacer al respecto. Pasé muchas, muchas horas peleando por eso cuando era niño. A los niños les gusta burlarse y ridiculizar, y siempre me llamaban Slantmouth (El Bocatorcida)».

Además, la relación de sus padres era tormentosa y violenta, y sus trabajos para sobrevivir les impedían cuidar a los niños, que pasaron la mayor parte de su infancia en internados, en las calles de la Cocina del Infierno y en los cines, donde la magia del séptimo arte encandiló a Sly. «Era la vida que quería, los ideales, la grandeza, el trabajo duro y los triunfos sobre el mal. Siempre idolatré a esos héroes. Siempre quise ser ese tipo que salvaba al autobús lleno de niños. Eso quería ser, el hombre que salva a la gente», el Hércules de Steve Reeves.

Pero, como todo el mundo sabe, todo viaje del héroe está lleno de peligros y retos que superar, y el de Sylvester Stallone no fue una excepción. «Me crio un padre muy… físico. O sea, estaba acostumbrado al dolor intenso y eso pasó a no voy a ceder. Daba igual lo que me hiciese. No pensaba ceder». Y no cedió, ni a las palizas de su padre ni a los enfrentamientos con la policía ni a las expusiones de los colegios ni a la Charlotte Hall Military Academy para muchachos problemáticos.

Y, por fin, el milagro, el American College of Switzerland, un papel en Muerte de un viajante, el fuego de la interpretación, el público que le ovacionó de pie. Luego, sus estudios de teatro en la Universidad de Miami, el brillo de la Gran Manzana y sus gusanos, su primer papel en la obra teatral Desire Caught by the Tail, en el Bronx, donde interpretó a un Minotauro tan solo cubierto por un tupido merkin, de la que salió con la cara congelada por un chorro de CO2.

Y trabajos miserables, la mendicidad, la vida en las calles, durmiendo en bancos, portales, bibliotecas o estaciones como Port Authority Bus Terminal, durante el crudo invierno de 1970, «tratando de evitar a la policía, intentando dormir un poco y guardando mis bolígrafos y libros en un casillero de 25 centavos. Es decir, estaba desesperado».

Desesperado, sí, por eso, cuando vio aquel anuncio de un casting para una película softcore, no se lo pensó dos veces. «Cuando tienes hambre, haces muchas cosas que normalmente no harías. Es curioso cómo puedes reajustar tu moralidad en aras de la autoconservación. (…) Era hacer esa película o robar a alguien, porque estaba al límite, al borde del abismo. En lugar de hacer algo desesperado, trabajé dos días por 200 dólares y salí de la estación de autobuses».

The party at Kitty and Stud’s

En palabras de Sly, The party at Kitty and Stud’s es una película de sexploitation en la que interpreta «a Studs, que pone un cartel en un tablón de anuncios invitando a la gente a ir a una fiesta. Unas diez personas aparecen y se besan y se besan mucho, y eso es todo». Todo no, Sly, porque es difícil ver una película S o softcore tan… bizarra. Doy fe de ello.

Dirigida, producida y guionizada por Morton M. Lewis, y protagonizada por Sylvester Stallone en el papel de Stud y Henrietta Holm en el papel de Kitty, The party at Kitty and Stud’s cuenta la historia de una pareja de enamorados que organiza una fiesta como excusa para montarse una orgía interracial. La cinta softcore es una amalgama de escenas surrealistas que no tienen desperdicio: una misteriosa mujer exhibicionista en un parque nevado de NY, espejos voyeurs y danzas tribales (como el corro de la patata, pero colocados y en pelotas), que te hacen sospechar que los porros y el alcohol no eran precisamente de atrezo.

Y qué decir de la escena en la que Stallone se raja la mano tras golpear a un espejo, su novia le lame la sangre como una vampiresa de serie Z, le venda con mimo y uno no sabe muy bien por qué (bueno, sí, se intuye que le muerde durante una felación pero, ya sabes, es softcore) acaba en una sesión de spanking con un cinturón, en la que Sly pone una cara de ferocidad que ni en Rambo.

Y esa voz en off de la protagonista diciendo lo mucho que le pone que su chico sea malo, y los pubis frondosos, y la música de los 60. Todo tan hippie, tan psicodélico, tan underground… Inigualable.

No debo de ser la única a la que le fascinó The party at Kitty and Stud’s, porque entre 1970 y 1972 se proyectó en, al menos, cuatro estados de EEUU; aunque el éxito le llegó unos años después, gracias al estreno de Rocky y el ascenso de Sly al estrellato.

The Italian Stallion o El Semental Italiano

Sylvester Stallone tuvo muy claro que más que una película, The party at Kitty and Stud’ era pasta para rodar una seria, «Lo que es realmente ridículo es ponerse delante de una cámara en esa situación y engañarte a ti mismo pensando que estás haciendo algo artístico»; por eso, empleó ese dinero en seguir su viaje del héroe y, tras puertas cerradas, trabajo duro y papeles secundarios, en 1976, consiguió no solo que Chartoff-Winkler Productions apostara por su guion (basado en parte en su novela, por entonces inédita, Paradise Alley), sino también que la protagonizara. El resto es historia. 10 nominaciones al Oscar, 6 a los Globos de Oro, 5 a los BAFTA… Sly había conquistado Hollywood.

Como no podía ser de otro modo, los gusanos de la Gran Manzana empezaron a brotar de sus escondrijos; entre ellos, los propietarios de los derechos de The Party at Kitty and Stud’s, que le amenazaron con reestrenarla si no les daba cien mil dólares. Sly no cedió al chantaje. «Yo no lo compraría ni por dos pavos»; además, ¿por qué avergonzarse? ¿Porque se le viera el pene? «Según los estándares actuales, la película casi calificaría para una clasificación PG. Y el hecho de que tuviera que quitarme la ropa para hacerlo no era gran cosa. No había nada duro en la película, así que ¿qué me importaba?»

A los chantajistas sí les importaba, por lo menos ganar pasta, así que editaron la película con escenas descartadas del rodaje original, música de Kay Loedel (que imitaba en algunas piezas a la banda sonora de Rocky), un prólogo (en el que la pornógrafa Gail Palmer la presentaba como una película X) y una campaña publicitaria, en la que afirmaban que la película original era pornografía hardcore, pero que la habían editado para que fuera más suave.

La mentira surtió efecto y cuando la cinta, rebautizada como The Italian Stallion (El semental italiano), en alusión al apodo del boxeador Rocky Balboa, se distribuyó en los cines, los productores cobraron 10.000 dólares por cada noche de proyección. «¡Demonios, por 10.000 dólares olvídate de la película! ¡Yo mismo estaré allí!», soltó Sly.

Con los años, la re-rebautizada como «la película porno de Sylvester Stallone» se convirtió en una leyenda urbana que cobraba fuerza en forma de VHS cada vez que saltaba algún «escándalo sexual» sobre Sly.

La primera vez en 1987, cuando Brigitte Nielsen, en pleno proceso de divorcio con Stallone, afirmó que era impotente por la cantidad de esteroides que tomaba y follaba «como un conejo»; la segunda, en 1993, coincidiendo con el estreno de Demolition Man, debido a una escena censurada en la que Sly mostraba un desnudo total con un pene tan glorioso que no quedaba más remedio que buscar The Party at Kitty and Stud’s y comparar.

El salto al DVD y al hardcore tuvo lugar en 2007, gracias a la inventiva de Another World Entertainment, una distribuidora pornográfica que aprovechó la inauguración de la estrella de Sylvester Stallone en el Paseo de la Fama de Hollywood, para relanzar The Italian Stallion afirmando que «el DVD presenta secuencias raramente vistas de Stallone realizando penetraciones hardcore y corridas en una escena con su coprotagonista Henrietta Holm».

Nada más lejos de la realidad, ni el diálogo coincidía con la original, ni las escenas eran con Sly, sino un copia-y-pega de parte del metraje de White Fire (1976).

Mientras tanto, la Metro-Goldwyn-Mayer negociaba con Bryanston Distributors, propietaria de los derechos de The party at Kitty and Stud’s, la compra del material por un precio razonable, pero fue imposible llegar a un acuerdo. En noviembre de 2010, se subastaron en eBay los derechos mundiales de la película y los negativos originales de 35 mm, que fueron adquiridos por un comprador anónimo por la friolera de 412.000 dólares.

Probablemente, la MGM esté preocupada por la imagen de Stallone, pero creo que él tenía razón, la película softcore no afectará para nada a su carrera. También creo que tampoco lo hará el Razzie a peor actor secundario, ni los anteriores, ni el rechazo de la industria a verlo como un actor serio, a pesar de sus premios, sino que se crecerá, como siempre ha hecho; ya lo dijo en el documental Sly: «El rechazo es mi motivación, es un reto. ¿Vas a aceptar su evaluación o vas a evaluarte a ti mismo?».

Fuentes:
Sly. Documental de Thom Zimny (2023).
Italian Stallion. Cerebrin. La Abadía de Berzano.
The PlayBoy Interview. Sylvester Stalone (1978). PlayBoy.
Another World Entertainment Releases Hardcore Italian Stallion. Joanne Cachapero. XBIZ
Tráiler de Italian Stallion. DailyMotion.
Película The party at Kitty and Stud’s. Internet Archive.