Películas eróticas

Suzumibune: El primer anime pornográfico

Aunque se considere que Senya Ichiya Monogatari (1969), obra del dios del manga y del anime, Tezuka Osamu (Osamu Tezuka), es la primera animación erótica japonesa y su Kureopatora (1970), el primer largometraje animado en recibir la clasificación X en EEUU (el segundo fue Fritz the Cat), en realidad, la primera animación erótica/pornográfica japonesa es Suzumibune (1932), de Kimura Hakusan.

Suzumibune: El primer anime pornográfico

El mundo animado de Kimura Hakuzan

A pesar de ser reconocido como pionero en la animación japonesa y uno de sus artistas más relevantes debido a su estilo único (resultado de la combinación entre elementos tradicionales del Ukiyo-e y técnicas modernas), apenas hay datos biográficos de Kimura Hakuzan (ni siquiera su fecha de nacimiento ni fallecimiento), salvo que antes de dedicarse a la animación dibujaba carteles para cines y escenarios para exposiciones.

Su interés por el anime comenzó tras ver animaciones importadas del extranjero y, a principios de la década de 1920, se entregó en cuerpo y alma a aprender la técnica de la mano de Hisashi Hashiguchi (conocido por su trabajo en el departamento de arte de una de las primeras animaciones japonesas, Chimata no Ko (1924)), de Kitayama Film Production.

El primer trabajo de Hakuzan Kimura fue Akagaki Genzo (1924), una animación dramática histórica sobre Genzo Akagaki, artesano en la fabricación de tokkuri (botellas tradicionales de sake) y sus vivencias en un pequeño pueblo rural de Japón. En este anime ya empiezan a perfilarse algunas de las características del estilo de Hakuzan Kimura: pintura tradicional asiática con pincel y tinta, personajes expresivos y caricaturescos con grandes ojos y narices, y tramas en las que se combinaban lo cotidiano, el humor, el drama y la enseñanza moral.

Un estilo y tipo de trama que perfecciona en obras posteriores, como la adaptación animada del manga de Yutaka Asō, Nonkina Tosan (1925) o Tasuke Shiobara no Kenyakuka (1925), una animación basada en el famoso relato kabuki, Shiobara Tasuke Ichitai-ki.

Hakuzan Kimura también explora en sus animaciones mundos fantásticos a los que dota de cierto realismo, como en Nonkina Tosan Ryugu Mairi (1925), una de las primeras adaptaciones de la leyenda de Urashima Tarō, cuento tradicional japonés en el que el personaje principal (un hombre muy perezoso) viaja a un reino submarino, y Gyokai no Kuni o La nación de los peces (1928), cuyos protagonistas son peces antropomorfos que viven en un reino que refleja la sociedad humana.

Otra de las obras notables de Hakuzan Kimura es Kanimanji Engi o Kanimanji no Monogatari, (1925), una de las primeras animaciones japonesas realizadas con la técnica de siluetas (similar al stop-motion), consistente en usar figuras recortadas (de cartón papel o materiales similares), que se articulan con piezas móviles (para que cobren movimiento entre fotograma y fotograma), frente a una pantalla iluminada. Los materiales, el juego de luces y sombras, y la técnica de animación minimalista confieren a las animaciones una apariencia rústica, mágica y expresiva, que emula el teatro de sombras.

Hakuzan Kimura también dirigió animaciones sobre temas políticos y de crítica social, como Ajita Purota Shohi Kumiai no Maki (1930), producida por la Nihon Puroretaria Eiga Domei (Liga Proletaria de Cine de Japón), en la que aborda los retos a los que se enfrentaba El sindicato proletario de Ajita y temas sindicales relacionados con los derechos de los trabajadores; y

Dorei Senso (1931), también producida por la Nihon Puroretaria Eiga Domei, en la que critica la opresión y explotación del pueblo (de hecho, el título se traduce como La guerra de los esclavos).

Por otro lado, Hakuzan Kimura exploró técnicas experimentales y novedosas en Sankaku no Sekai o El mundo triangular (1931), una animación basada en una historia de ciencia ficción de Reikichi Inoue, en la que explora una dimensión alternativa triangular, empleando elementos gráficos (como figuras abstractas) con una estética única e innovadora que influenció a animadores posteriores.

El periplo de Suzumibune

Suzumibune (también conocido como Río Kanda, Fuegos artificiales o Frescura nocturna) es una animación muda de 35 mm, de 10 minutos de duración, que narra la historia de unas mujeres y su juegos eróticos/pornográficos con dos hombres, a la orilla del río Kanda, durante el periodo Edo.

Para animarla, Hakuzan Kimura dibujó más de 10.000 fotogramas con un estilo que combinaba el exquisito arte de la escuela Ukiyo-e (germen del Shunga) con el realismo de los cartoon occidentales. La idea era que el proyecto constara de dos volúmenes pero, por desgracia, la policía confiscó Suzumibune por obscena e ilegal y arrestó al artista, que sintió cómo la obra en la que había invertido más de tres años se enfrentaba a un futuro incierto que, probablemente, sería la destrucción, como le había ocurrido a la mayoría de los blue films de la época.

Sin embargo, Suzumibune no fue destruida; se realizó una copia en 16 mm que se distribuyó clandestinamente entre los nipones y, años después, entre el ejército estadounidense durante la ocupación, que la llevó al extranjero.

La experiencia debió de ser traumática para Hakuzan Kimura, porque tras la confiscación de Suzumibune y su detención, solo dirigió dos animaciones: Yoshichiro no keirei (1933), con un enfoque educativo y moral (sobre la importancia de ser cortés y respetuoso) y Arawashi (1938), que refleja el contexto político y social del Japón de entreguerras y ensalza valores patrióticos como la disciplina y el sacrificio, a través de su personaje, un joven piloto que recibe un duro entrenamiento para convertirse en aviador.

Durante la II Guerra Mundial, el artista dejó de lado la animación y se enfocó en dibujar libros ilustrados, como Nihon Mukashi Banashi Zue (1943), sobre cuentos tradicionales japoneses, Ehon Sengoku Monogatari (1944), recopilación de relatos históricos de la era Sengoku y Kodomo no Ehon: Momotaro (1945), versión ilustrada del cuento tradicional de Momotarō (el niño melocotón).

La vida y destino de Hakuzan Kimura tras el fin del conflicto es un misterio, aunque se han encontrado recientemente fotogramas con su firma en algunas animaciones y se aventura que su obra es más extensa.

Tampoco se supo nada de la suerte de Suzumibune hasta 2017, cuando el Centro Nacional de Cine del Museo Nacional de Arte Moderno de Tokio (ahora el Archivo Nacional de Cine) recibió la donación secreta de una copia de 35 mm.

Lamentablemente, aunque ha expirado el período de protección de los derechos de autor de Suzumibune y ha sido devuelta al dominio público, no se puede mostrar debido a un acuerdo con el donante. Quizá algún día podamos verla y disfrutar de su magia.

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Fuentes
Suzumibune. Wikipedia.
Hakuzan Kimura. Japanese Animated Film Classics. Disponible en
Fujitsu, R. (2007, 25 de noviembre). Shōwa shoki no «Hoshi no Koe»? «Suzumibune» (Nikikifū). Livedoor Blog.
Knight, M. (20 de marzo de 2017.). Mysterious Master Hakusan Kamura. Cartoon Research.