Orquídea salvaje (Wild Orchid) es una película americana realizada por Zalman King que se estrenó en 1989.
El rodaje tuvo lugar en Nueva York, Bahía y Río de Janeiro. La versión original de King tenía escenas sexuales demasiado explícitas. Este hecho hubiese limitado su explotación comercial, al ser clasificado el film de pornográfico. Así que, al final, se distribuyó una versión menos explícita sin la escena de amor entre Mickey Rourke y Carré Otis que, originalmente, aparecía. Sin embargo, esta escena, demasiado golosa como para ser ignorada, fue relatada en los medios de comunicación, lo que aumentó obviamente el morbo alrededor de este largometraje.
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Orquídea salvaje
Sinopsis
Emily Reed (Carré Otis), una mujer joven y guapa, es contratada por un gabinete internacional de abogados y enviada inmediatamente a Rio de Janeiro, acompañada de una ejecutiva de la empresa, Claudia Dennis (Jacqueline Bisset), para ayudarla a supervisar las obras de un lujoso hotel de playa.
Pero Claudia tiene que irse a Argentina para otros asuntos. Emily se encuentra de repente sola en Río y es presentada a un amigo de Claudia, Wheeler (Mickey Rourke), un millonario enigmático y un tanto marginal. Emily se muestra inmediatamente intrigada por él y no tarda en sucumbir a sus encantos. Pero lo que Wheeler desea realmente es someterla a una serie de tests psicológicos y sexuales para intentar desinhibirla e introducirla en una sexualidad sin reglas. Los juegos eróticos que se establecen entre ambos rozarán el límite del peligro…
Tráiler
Análisis
Pese a ser poco sorprendente, la película es bastante correcta. El espectador se beneficia de un contexto exótico (brasileño) simpático: no se puede negar, la fotografía tiene cierta elegancia y el realizador, a pesar de ofrecernos un catálogo de imágenes de «papel couché», consigue ofrecer un erotismo bastante sensual.
La película desprende cierta humedad (literal y figurada), eso es un hecho, pero está claro que el lado siempre limpito y burgués (en la línea de la película Emmanuelle) puede cansar al espectador, porque no reserva sorpresa alguna.
Más que la forma, la película, que en un nivel estético tiene cosas buenas, nos decepciona en el fondo. No hay casi nada. Solo una especie de historia de hotel en venta que justifica la presencia de la heroína y de la mayoría de los protagonistas… El largometraje se convierte rápidamente en una sucesión de escenas erotizantes teñidas de un pesado propósito cuasi alegórico que estorba a las situaciones oscuras que se nos proponen. A veces, incluso, rozando el ridículo. Lenta, sin ir a ninguna parte, al menos dejando a los espectadores siempre al borde del camino, Orquídea salvaje es este tipo de película sin objetivo real, pero que intenta transmitir cierta «intelectualidad», cuando solo es una mezcla de diálogos muy escasos y escenas eróticas que aparecen, a veces, como un simple pretexto. Es difícil dejarse seducir por este film, que se parece a un sucedáneo de Emmanuelle, con la estética de Nueve semanas y media.
Un casting que prometía, pero…
Y es una pena porque el casting es bastante bueno, en teoría, pero en los hechos, no hay nada interesante que subrayar. Mickey Rourke es inexpresivo y parece aburrirse sobremanera en su papel (normal, el pobre, salvo en el epílogo, no puede tocar nada, mientras observa cómo sus compañeros se lo están pasando de maravilla).
Jacqueline Bisset solo está para una secuencia de sexo a tres (o casi); Bruce Greenwood, para una secuencia de sexo a dos; y Carré Otis atraviesa la película con cierta convicción, pero sin poder arreglar por sí sola el conjunto. Es cierto que su físico extraordinario y muy fotogénico ayuda, pero su personaje sin sabor y demasiado clásico le juega un flaco favor. Orquídea salvaje es la típica película con cierto erotismo de lujo, que no sabe muy bien a dónde ni con quién va, pero que apuesta por la imagen y el desnudo de actrices sensuales. No hay casi nada en el guion para hacer una película, y menos para suscitar el interés durante una hora y cincuenta minutos.
Lo mejor
La gran belleza de las protagonistas, Carré Otis y Jacqueline Bisset.
El momento «cougar» de Jacqueline Bisset.
Algunas anécdotas alrededor de la película que quizás desconocías
Durante el rodaje, Mickey Rourke y Carré Otis mantuvieron una relación amorosa. Se casaron en 1992 y se divorciaron en 1998. Juntos rodaron también en 1996 Exit in Red.
Orquídea salvaje obtuvo un gran éxito a pesar de la acogida desastrosa que los críticos le dieron. Pero fue lo suficientemente popular como para que se hiciera, unos años más tarde, en 1992, una segunda parte, titulada Orquídea salvaje 2 (Wild Orchid II: Two Shades of Blue). Esta continuación, sin embargo, solo salió en videoclubs en dos versiones, una soft y otra para adultos.
Al inicio, el papel de Emily Reed no fue pensado para Carré Otis. Brooke Shields era la candidata para ser la protagonista. Pero rechazó el papel al no querer rodar escenas desnuda.
Conclusión
A pesar de lo escrito arriba, me gusta esta película, sobre todo por la nostalgia de mis veinte años… Creo, además, que todas en aquella época nos queríamos parecer a esa mujer tan bella que es Carré Otis. Todavía suspiro cuando la veo en el tráiler…