Escoger una película erótica mala para hacer una reseña sobre ella suele tener su dificultad, no se vayan a creer: pululan estas pelis más que los champiñones en época otoñal. Así que, tuve que recurrir a mi memoria a corto plazo ya que suelo olvidarlas en un abrir y cerrar de ojos, afortunadamente para mi salud mental.
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Película erótica: El Amante Doble
El Amante Doble del director francés François Ozon es un thriller erótico. No es ni por asomo la peor película erótica que haya visto, no, pero es la más reciente. Más que mala, diría que es una película sin pies ni cabeza, pretenciosa e histriónica, por lo que no os preocupéis si no la entendéis. Como decía Woody Allen en una entrevista a la prensa: ya saben que los franceses siempre ven más allá. Vamos, que encontramos sentido en cualquier chorrada ¡Ah, la Grandeur!
Sinopsis
Chloé (protagonizada por la bellísima actriz y modelo Marine Vacth, que ya trabajó para Ozon en Joven y Bonita) es una joven frágil y atormentada que se enamora de su psiquiatra, Paul (el actor Jérémie Renier). Al final, deciden irse a vivir juntos. Hasta aquí, es relativamente fácil de seguir…
Unos meses más tarde, al salir del trabajo, Chloé cree ver a Paul charlando con una mujer. Como él lo niega, Chloé, presa por la curiosidad y decidida a llegar hasta el fondo del asunto, vuelve al lugar donde creyó ver a su pareja. Y descubre que aquel hombre que vio es, en realidad, un psicoanalista, Louis, hermano gemelo de Paul. Por motivos familiares que no suelen quedar del todo claros al principio, ninguno de los dos quiere saber del otro. A partir de este momento, Chloé, que se debate entre la represión y el deseo, entabla una relación pasional con Louis (con sexo del duro incluido), a espaldas de Paul.
Tráiler
Para vender una película, nada mejor que unos buenos clichés
Ozon recurre a topicazos más que trillados para dar vidilla a su película y despertar el interés de los espectadores. Voy a destacar dos.
¿Quién de nosotras no ha fantaseado en algún momento de su vida con encamarse con gemelos absolutamente idénticos? Idénticos en su físico pero totalmente diferentes en su personalidad. El plan lúbrico perfecto. Uno es un hombre bueno, amoroso, atento y tremendamente comprensivo que te hará el amor con ternura. Y el otro tiene ese lado canalla de empotrador con martillo pilón que folla a todas horas (y no se cansa) y somete pero, eso sí, con un toque chic parisino lacaniano; trajes hechos a medida salidos de Savile Row (bueno, vale, no todo iba a ser París) y aquel puntito de James Bond sexual (no negaré que le encontré un ligero parecido a Daniel Craig). Y otro topicazo más: ¿quién, durante una larga terapia no siente “algo más” que una simple empatía hacia su psicoterapeuta? (Aquí habla la sexóloga…).
Estos clichés se podrían perdonar, si no fuera porque, al final, la película cae en un delirio que haría babear al mismísimo Freud. Y para delirios y paranoias, prefiero volver a ver una y otra vez a mi querido David Lynch y su magnífica Mulholland Drive.
Lo peor y lo mejor de la película
Lo peor de la película: la historia es tan enrevesada, retorcida y disparatada que ni siquiera dan ganas de darle al coco después de su visionado, más bien al contrario.
Lo mejor de la película: el precioso minino Maine Coon, propiedad de Louis, que sale en algunas escenas. También, el precioso minino azul ruso, propiedad de Chloé, que sale en otras escenas. Y el culo de Jérémie Renier, ¿para qué negarlo? Sí, me encantan los gatitos y los culos. Me pasaría la vida acariciándolos.
Los altibajos en la filmografía de François Ozon
No es la primera vez que François Ozon decepciona, y eso que esta película prometía (a pesar de los tópicos). Una belleza de la talla de Marine Vacth siempre asegura cierto éxito. Y si le sumábamos desnudos bonitos, sexo y tormento, ya teníamos todos los ingredientes para hacer de El Amante Doble un éxito en taquillas. Y si además aparece Jacqueline Bisset, esa actriz por la que no pasan los años, mejor aún. Pero ni las escenas de sexo, un tanto subiditas de tono (que tanto nos gustan, admitámoslo), ni los propios actores han podido salvar El Amante Doble. Cabe decir que Ozon suele alternar grandes películas con otras que no han pasado a la posteridad. Sin embargo, es un director al que siempre solemos darle otra oportunidad. ¿Por qué será? Quizá porque los críticos le han hecho caso a Woody Allen (nuevamente) que, por la buena acogida de sus películas en Francia, suele proclamar: “Gracias a Dios que existen los franceses.”
Pues eso. ¡Vive la France… y tal!
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