Hablemos con claridad: alcanzar el orgasmo con un cunnilingus no es algo matemático. El sexo oral no es sumar 2 + 2; el sexo, en general, no es una ciencia exacta, sino un arte al servicio de una sensibilidad específica que, además, es variable. Lo expliqué en el artículo 5 formas de hacer el mejor cunnilingus y, desde entonces, he recibido muchos mensajes en los que me preguntaban si había una forma más concreta de hacer que la mujer alcance el tan deseado clímax. Mi respuesta inmediata siempre fue no, pero, tras muchas conversaciones con amigas y amigos, he descubierto que hay un patrón que resulta efectivo.
¿Sabías que hay una técnica popular para llevar a la mujer al orgasmo con el sexo oral?
El orgasmo con cunnilingus
Datos sobre cunnilingus
Lo cierto es que las dudas, sobre si había o no un modo común, surgieron cuando revisé los datos de nuestra encuesta permanente cobre cunnilingus. Hoy, refleja un 38% de parejas que declaran que sus mujeres alcanzan una o dos veces el clímax cuando le proveen cunnilingus; y un no menospreciable 35% que aseguran que casi siempre tienen un orgasmo. Es decir, casi tres cuartas partes de las parejas afirman que ellas se derriten.
Sin embargo, había algo turbador en las respuestas a la última pregunta del sondeo: el hecho de que un tercio de las mujeres solo lo «pide de vez en cuando» podría ser justificable por algún tipo de vergüenza; pero lo que se resiste a una explicación coherente es que el 11% dice que a su pareja «le hace cosquillas», y el 32% que ellas «presionan demasiado sus cabezas».
No pongo en duda que, en el ardor del momento, las seseras sufran la fusión con el pubis femenino, pero (¡ojo chicos!) esto puede deberse a que no estáis ejerciendo la presión que corresponde para ese instante preciso. Es más, puede que se trate de eso…
Preliminares para el sexo oral
Seré muy concisa: suavidad, intensidad y pasión. Estos son los elementos que han de sucederse en los prolegómenos al cunnilingus. Por supuesto, todo depende del nivel de excitación de la mujer. Si ella te pide que no des rodeos, simplemente, no los des.
Por el contrario, si empiezas desde cero, las caricias, incrementando paulatinamente la presión sobre sus zonas erógenas, han de preceder la llegada de tu lengua al pubis. Poco a poco, mucho a mucho, déjate envolver y sincronízate con la alteración de su piel, y sus suspiros.
La receta de sexo oral para alcanzar el orgasmo
Igual que en la peluquería
Antes, después o sin coito, lo más importante es la sensibilidad de su región clitoridiana. Por ello, comienza como lo haría tu peluquero: si quieres raparte, antes pasará la maquinilla a un número superior, para ver si realmente lo quieres más corto. Pues eso, desliza la lengua suavemente entre los labios, desde arriba hacia abajo, y vuelve en cortos zigzags hacia el clítoris.
La pelvis se acerca a tu maxilar… intensifica los círculos y arrima la boca a sus labios; la pelvis se aleja… círculos amplios sobre su vulva, rozando, de vez en cuando, el clítoris. En este último caso, usa la yema de los dedos para excitar la zona.
Cunnilingus en plena excitación
Con la cara bien pegada al pubis, mueve la lengua con presión de arriba abajo, alternando, cada cierto tiempo, con un fuerte movimiento circular que abarque toda la vulva. Cuando notes que ella está lubricando suficientemente, sujeta con pasión sus caderas e introduce la lengua en la vagina, para hacer un fugaz beso de colibrí (lo expliqué en el artículo del beso negro o anilingus). Esto se puede repetir, sin perder de vista que la finalidad es aumentar su deseo por llegar al orgasmo.
Si haces estas variaciones, es muy probable que en poco tiempo ella alcance el clímax. Pero, si el mismo se resistiera, insiste con la lengua sobre el clítoris, a la vez que insertas la yema del índice hacia arriba, para masajear su Punto G. Al tiempo que la lengua deleita sus terminaciones nerviosas, estimula su interior dibujando formas circulares y/o llevando el dedo de arriba hacia abajo.
He explicado esta técnica porque me lo habéis pedido. Pero quiero recordaros que el sexo no tiene por finalidad alcanzar el orgasmo (aunque este sea de lo más agradable), sino disfrutar del cuerpo de vuestros y vuestras amantes.