Bienestar sexual

Mujeres: Apariencia genital y satisfacción sexual

Sin que ello suponga un rasgo o comportamiento narcisista, todos nos miramos al espejo y evaluamos nuestro aspecto. Comparamos lo que vemos con el ideal de belleza y con los valores que nuestra sociedad califica actualmente como bello, atractivo o sexi. Y, muchas veces, lo que vemos se aleja de ese ideal, ya sea en su conjunto o en lo que respecta a ciertas partes de nuestro cuerpo.

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¿Son mis genitales normales?

Es cierto que el descontento con la propia imagen física no es un aspecto residual en nuestra sociedad. Sin embargo, la influencia actual de la pornografía ha acrecentado las inseguridades de algunas personas, así como agudizado el deseo de complacer un ideal de belleza. En ese contexto, la preocupación por nuestra imagen genital ha ido in crescendo.

Aunque muchas personas están familiarizadas con los estereotipos físicos, tanto en cuerpos vestidos como desnudos, pocas conocen detalladamente el aspecto diverso de los genitales. En lo que respecta a las mujeres, podemos encontrar una gran variedad en el tamaño, forma y color de los labios menores de la vulva. Sin embargo, la mayoría de las representaciones que se exhiben en la cultura sobre esta parte del cuerpo muestran que los labios menores no sobresalen de los labios mayores.

Puede que algunas de estas imágenes estés manipuladas digitalmente o que las mujeres que se muestran se hayan sometido a una labioplastias o se caractericen, de forma natural, por tener ese aspecto. Sin embargo, la exposición de un único modelo genital supone la representación no realista y distorsionada de las vulvas. Ante ello, y en relación a su propia imagen genital, muchas mujeres se preguntan: ¿Son mis genitales normales?

El aspecto físico, incluido el que respecta a la zona genital, es un importante factor en el estímulo sexual. Sin embargo, ni la atracción sexual ni la satisfacción erótica se despliegan por un mero criterio estético. Una investigación publicada en Journal of Sex & Marital Therapy confirmó lo que muchos profesionales de la sexología ya sospechábamos: los sentimientos positivos sobre nuestro propio cuerpo se asocian con una disminución de las preocupaciones durante el encuentro erótico y una mayor satisfacción sexual.

Durante esta última década, podemos encontrar otros estudios que arrojan conclusiones similares. Por ejemplo, en el caso de las mujeres, una buena valoración de su imagen genital se relaciona con comportamientos eróticos concretos, por ejemplo, un mayor interés en el cunnilingus[1].

Es realmente complicado poder disfrutar del sexo cuando la atención recae en la apariencia de nuestros genitales, en lo que nos disgustan o en lo que pueda pensar nuestra pareja de ellos. Nadie puede concentrarse en las sensaciones placenteras cuando percibe su cuerpo como un enemigo, como si hubiera algo que está mal en él por no representar un ideal. Esto no solo puede ser señal de una mala autoestima sexual, asimismo puede suponer una ruptura con la conexión mente-cuerpo, fundamental para alcanzar la satisfacción sexual.

Habrá quien recurra a la cirugía para aliviar su malestar y obtenga una disminución inmediata de su insatisfacción. Si bien, a largo plazo, es muy posible que la inseguridad, la distorsión corporal, la baja autoestima y las comparaciones con los demás vuelvan a aparecer.

Si queremos disfrutar plenamente de la sexualidad, es muy importante hacer un ajuste realista de nuestra propia imagen, así como cuidar nuestra autoestima. Nuestros genitales, al igual que todo nuestro cuerpo, nos proporcionan sensaciones de placer e intimidad. Merecen amor y aceptación.

[1] Ackard, Kearney-Cooke y Peterson, 2000; Berman, Berman y Miles, 2003