Las mejores posturas sexuales para estimular el Punto G

El Grafenberg Spot, o lo que comúnmente conocemos por Punto G, podrá ser un mito para algunos o la zona erógena preferida de miles de mujeres, pero tanto los detractores como los partidarios de su existencia coinciden en que su búsqueda es uno de los mayores placeres del sexo.

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Las mejores posturas sexuales para estimular el Punto G

Aunque la forma más eficaz de encontrar el tesoro es con un juguete íntimo específicamente diseñado para masajearlo, también hay algunas posturas del Kamasutra que os ayudarán a llegar a ese preciado lugar… ¡en cualquier momento!

Estilo Perrito

Posturas sexuales

Ya sabéis que se trata de la posición más fiable para estimular el Punto G. Pero ¿por qué? La entrada del pene, apuntando hacia la parte posterior de la vagina, ejerce una fricción precisa en el ángulo correcto. Cuando las mujeres se encuentran en esta postura, pueden maximizar la presión del miembro viril contra su Punto G: cerrar los codos, extender los brazos y arquear la espalda, apuntando con el ombligo hacia el colchón, pondrá vuestro cuerpo a disposición de sus manos.  Si os agarran la cadera para encajarse con un suave movimiento descendente, será uno de los momentos más placenteros.

Los Pros

El estilo perrito no es sólo la mejor postura para la estimulación del Punto G, sino también una de las más señaladas por las mujeres como postura infalible para alcanzar el orgasmo.

Los Contras 

También es la postura preferida entre los hombres debido a que pueden alcanzar penetraciones más profundas. Pero, aunque no les sucede a todos, existe una probabilidad elevada de que el acto termine antes de lo que se desea…

La Vaquera (también conocida como La Dama)

Posturas sexuales

Esta postura os permite ser las que llevéis las riendas, encima de la montura, cual vaqueras en un rodeo. Se trata de una postura que os permite cabalgar -botando una y otra vez, mientras aplicáis tanta presión como vuestro Punto G necesite. Tenéis todo el control: no solo dictando el ritmo, la presión y el ángulo de acción, sino también la profundidad. No en vano, esta postura también es denominada «La Mujer Poderosa».

Los Pros 

Aparte de tener el control, encontraréis posiciones cómodas, al tiempo que os mostraréis exuberantes ante sus ojos. Sabéis a que me refiero…

Los Contras 

En el caso de que ésta (o la versión de espaldas) no sea vuestra postura más frecuente, puede agotaros al poco tiempo de comenzar, pero no desesperéis, ¡cuanto más se practique más se prolongará el placer!

La Montaña y «Patitas al Hombro»

Posturas sexuales

Si la Montaña (posar los pies sobre su pecho, facilitando la penetración) es un Misionero avanzado, Patitas al Hombro es una Montaña mejorada. Con esta postura le habilitaréis bien a que os coja de las nalgas, bien a que frote vuestro clítoris con sus dedos, al tiempo que la penetración será, no solo más profunda, sino certera en lo que a vuestro Punto se refiere.

Los Pros

El ángulo de las caderas garantiza que su pene frote directamente la pared frontal de la vagina, mientras acaricia el Punto G en cada embestida.

Los Contras 

Como en el estilo perrito, las penetraciones son más profundas de lo normal, y cabe la posibilidad de que vuestro compañero se entusiasme en demasía y choque levemente contra el cérvix (cuello uterino). Lo cual, como bien sabéis, puede ser un auténtico anticlímax.

Chicas, toda expedición requiere un juego de herramientas y provisiones, y la búsqueda del Punto G no es diferente en este aspecto. Así que, cuando salgáis a encontraros con los placeres más increíbles, llevad con vosotras lo mejor. ¿O es que no os lo merecéis? Si queréis vibrar en pareja, probar a tener orgasmos simultáneos o simplemente llevar el sexo a otro nivel, os recomiendo el vibrador para parejas IDA: podréis aumentar el placer durante el acto sexual, combinando fuertes vibraciones externas con masajes rotatorios internos; estimulando el clítoris y el Punto G al mismo tiempo, ¿qué más se puede pedir? Pues bien, esas sensaciones se combinan para llevaros a un nuevo tipo de experiencia sensual que tenéis que vivir para creer.