En 2014, una famosa encuesta de la Universidad de Montreal en Canadá reveló que, con independencia de la práctica del BDSM, entre el 50 y el 60% de las fantasías sexuales femeninas versaban sobre la dominación. En concreto, la mayoría de las mujeres reconoció que sus ensoñaciones eróticas contienen un potente imaginario sumiso.
Sin embargo, cuando una mujer hace este tipo de afirmaciones, provengan o no de estudios empíricos, siempre encuentro a alguien que la encasilla en la ‘columna de pervertidas’ o en la ‘fila de fetichistas’. Pues bien, cada cual tiene su eje de coordenadas, y el nuestro solo pretende trazar una línea ascendente entre las posturas sexuales y la materialización de las fantasías, que represente la experimentación del placer. Y en este caso, la combinación de rol sumiso y la confianza pueden traer mucho a nuestras vidas sexuales.
Si te has despojado de las etiquetas, este es el momento de alimentar las ensoñaciones con algo de técnica. Kamasutra en mano, veamos las 5 posturas del macho dominante… para el placer de mujeres –u hombres– con apetencias sumisas.
Las 5 posturas sexuales del hombre dominante
1. Postura sexual: ‘Contra la pared’
Dificultad: 3/5
Cuando la energía rebosa, el sexo exige algo más duro que el colchón sobre el que duermes. Claro que también requiere –por regla general– a un hombre fuerte más alto que su pareja y –por amor a tu espalda– una pared que no sea de gotelé.
Los pros: A parte del lado romántico que implica ver el reflejo de la excitación en la cara del otro, esta postura permite una penetración profunda. Además, la pared alivia parte del peso y fuerza que tenéis que imprimir.
Los contras: A pesar de tener un tabique como compañero de cargas, es una postura extenuante. Suele ser más satisfactoria para un kiki o como calentamiento pasional de un coito más largo. Así de claro…
2. Postura sexual: ‘Estilo Perrito’
Dificultad: 1/5
Sí, un clásico pero ¿quién no ha gozado (¡o ladrado!) haciéndolo a lo perrito? También es una postura óptima para iniciarse en el bondage de un modo sutil; idónea para las primeras nalgadas (con o sin látigo), esposas o cintas allá donde encuentres comodidad y placer.
Los pros: Ya sabes que no solo es una de las mejores posturas para tener penetraciones más profundas, sino también para regalarse sensaciones multiorgásmicas.
Los contras: Precisamente, lo bueno que tiene esta postura se puede convertir en su gran inconveniente. Hay ocasiones en que la profundidad de las embestidas son causa de dolor. Asegúrate de que tu pareja lo entiende, lo comparte y comprende que usar un lubricante antes de comenzar el coito disminuirá las probabilidades de interrumpirlo.
3. Postura sexual: ‘Divide y vencerás’
Dificultad: 1/5
Si a tu chico le ha dado complejo de Napoleón, Divide et Impera pasará de ser una máxima sobre el control territorial a una fórmula perfecta del placer: es imposible que tu Julio César no sienta la necesidad de masajear tu clítoris mientras lo estáis haciendo.
Los pros: Además de aumentar las posibilidades de alcanzar un orgasmo doble, facilita la comunicación. Lo he dicho muchas veces, decirse guarrerías durante el coito es una de las mejores conversaciones que se pueden tener.
Los contras: No constituye un gran problema dado que el hombre nos puede ayudar fácilmente con sus brazos. Sin embargo, es cierto que si no tenemos flexibilidad en las piernas convertiremos esta postura en un aburrido misionero. Aunque si notas molestias, agujetas o calambres, igual cambiar al misionero es una buena opción.
4. Postura sexual: ‘La Estatua’
Dificultad: 4/5
La quintaesencia del dominante partícipe de la sensualidad, esta romántica postura necesita complicidad y fuerza. Como sumisa, puedes dejarte llevar por sus embestidas o cruzar los pies cual lazo en la nuca, mientras posas tus manos sobre un mueble. Él pensará que domina el mundo, y tú podrás alternar fácilmente los ángulos de penetración para encontrar más comodidad y placer.
Los pros: Como decía, con ligeras variaciones en la posición de tus piernas conseguirás múltiples ángulos de penetración. También, puedes probar a masajear tu clítoris con una mano o ayudarte con un potente vibrador.
Los contras: Está claro que necesita mucha fuerza y resistencia por ambas partes, además de una alfombra suave si no quieres ver sus rodillas despellejadas o tener otro tipo de lesión sexual leve.
5. Postura sexual: ‘El Tobogán’
Dificultad: 5/5
El sexo no tiene por qué ser acrobático, pero hay ocasiones en la que nos podemos dar algunos caprichos aventureros y lanzarnos por el tobogán de la pasión. Esta postura carece de los elementos románticos del sexo (como el de observar la cara del otro o fijarse las miradas) y puede provocarnos lesiones graves si no la ejecutamos correctamente.
Es importante que la mujer abra ligeramente las piernas y mantenga su pelvis alzada, para otorgar un fácil acceso a la penetración. Simplemente, hay que presionar levemente la tripa contra el suelo para producir un buen ángulo de entrada. Y él, como macho dominante, tiene que encargarse del resto…
Los pros: Al no tener contacto visual, el sonido del sexo va a jugar un papel muy importante de cara a la excitación. Tus gemidos y sus jadeos suplirán aquella carencia de romanticismo.
Los contras: El mayor problema de esta postura es la técnica para evitar que el miembro viril se salga de la vagina y enfríe el momento. Por supuesto, el tipo de pene cobra importancia desde el momento en que una excesiva longitud se presta a rotura.
Como ves, las posturas del macho dominante se pueden disfrutar más en el lado sumiso. La cuestión es, como casi siempre, que ambos os queráis dedicar al placer del otro.