Todos los juguetes eróticos se pueden usar en pareja cuando la pareja está predispuesta a jugar. Pero es cierto que hay algunos que requieren echarle más imaginación y otros que ya traen ciertas características «de serie» que nos permiten sacar el máximo partido entre dos. TIANI 3 entra sin duda en esta última categoría y, aunque escribo esta experiencia en primera persona, sería injusto negar que no hubiera sido posible sin que mi pareja me ayudase con la mitad del trabajo… Con la más divertida, todo sea dicho, que es la de probarlo.
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Fotografía por Laura Marcilla.
Cena, cine y vibrador
A estas alturas de la vida, a mi pareja poco le sorprende que llegue a casa con un nuevo juguete erótico, pero con TIANI 3 me propuse cambiar el momento y el lugar en el que le contaba que tenemos un nuevo compañero de cama. Y aprovechando que este juguete en particular es inalámbrico y puede llevarse discretamente, ideé un plan…
Una tarde de finales de verano, teníamos pensado ir a cenar y ver una película (sí, suena muy a cita de serie americana, lo sé) y me decidí a llevar a TIANI 3 conmigo. No en el bolso, no. En mi vagina. Al principio de la velada, me sorprendió que era capaz de olvidarme de que llevaba un vibrador bajo la ropa interior, pero cuando íbamos a pedir el postre y se acercaba poco a poco el momento de la revelación, me di cuenta de que me estaba excitando cada vez más, con la anticipación de los juegos que nos esperaban esa noche.
Debo explicar, además, que había decidido no probar el juguete a solas antes de la noche del «estreno». Me había limitado a recargarlo y asegurarme de que fuera suficientemente silencioso como para atreverme a probarlo en un sitio público. También tuve que dedicar unos minutos para leer el manual de instrucciones, cosa que hacía mucho tiempo que no me pasaba, ya que muchos juguetes funcionan de manera similar. Aunque TIANI 3 en principio es bastante intuitivo (3 botones: uno para cambiar el modo de vibración y otros dos para aumentar y reducir la intensidad respectivamente), también presenta una novedad que hasta ahora no había tenido ninguno de mis juguetes: ¡tecnología SenseMotion™!
Para que nos entendamos, significa que, además de poder usar los botones del control remoto o del propio vibrador, también se puede controlar con el movimiento del mando a distancia. ¡Es alucinante! Según la inclinación del mando o la velocidad a la que se mueva, las vibraciones de TIANI 3 se acompasan como si fuera un músico siguiendo las instrucciones del director de orquesta. Más adelante contaré más sobre esta función.
Un refresco pequeño, palomitas medianas y extra de orgasmo, por favor
Tras una cena en la que mi mente se evadía de lo que iba a ocurrir un rato después, mi pareja y yo llegamos al cine. Ese día había elegido yo la película y procuré que fuera una que no me diera mucha pena perderme, ya que podía anticipar que iba a estar bastante distraída durante una importante parte de la trama. Después de hacer cola en el mostrador de palomitas (no se puede ir al cine sin comprar palomitas), cogí lo que me habían servido y le dije a mi pareja: «¿Puedes aguantarme esto? Que me faltan manos para coger las cosas», y le puse en la palma de la mano el mando a distancia para tener el control sobre la estimulación de mi clítoris.
Bastaron unas milésimas de segundo para comprobar por la expresión de su cara que, efectivamente, le había sorprendido. Por suerte, fue rápido en guardárselo en el bolsillo, antes de que alguien sospechase que no era precisamente el mando de nuestro coche.
Una vez sentados en la sala, le ofrecí un breve tutorial sobre el manejo del juguete, mientras los tráileres se sucedían en la pantalla. De repente, se apagaron las luces y nos dimos cuenta de que el mando tenía una potente luz que llamaba la atención en un espacio oscuro… No volvió a salir de su bolsillo hasta el final de la película.
Al principio, pensé que estaría deseoso de empezar a controlar mi placer a su antojo, pero, para mi sorpresa, me tuvo en vilo casi la mitad de la película. El muy puñetero esperó a que la trama se pusiese interesante para encender el vibrador, precisamente en un momento en que me notó especialmente concentrada. Di un pequeño brinco en el asiento que espero que los espectadores cercanos no notasen (o como mucho lo atribuyesen a un hipido o un estornudo contenido).
He de decir que los juguetes con mando a distancia siempre me han parecido interesantes para «calentar motores» y por el morbo de cederle el control de tu excitación a otra persona. Pero nunca había sido capaz de alcanzar el orgasmo gracias a ellos. Quizá porque la mayoría concentran su vibración en el interior de la vagina, que nunca ha sido mi punto predilecto. TIANI 3, en cambio, al tener doble estimulación, se encontraba en un lugar más que adecuado para hacerme temblar en silencio en la sala de cine.
No sé cuánto tiempo en total dedicó mi pareja a excitarme sin tocarme ni si tenía un plan diseñado sobre cómo ir variando la estimulación o si se dedicó simplemente a improvisar sobre la marcha. Solo sé que, llegado el momento, tuve que cerrar los ojos, apretar los labios y cogerle fuerte de la mano para concentrarme y disimular lo que estaba ocurriendo al sur de mi ombligo.
Ahora mismo me costaría haceros un resumen de la segunda mitad de la película, pero puedo asegurar que ha sido, sin duda, la vez que más he disfrutado en el cine.
Y por la noche, sesión doble
¿Recordáis que dije que volvería a comentar lo del sensor de movimiento de TIANI 3? Pues bien, pensaba que sería un poco molesto tener que estar moviendo el brazo constantemente para mantener el vibrador en funcionamiento, pero algo más tarde, esa misma noche, descubrimos que el propio vaivén de dos cuerpos haciendo el amor era suficiente para cumplir esta función. Es más, el hecho de que ese movimiento lo reprodujese el vibrador, situado en mi vulva, hacía que la sincronía fuese perfecta con el ritmo del momento.
Por poner alguna pega, y aunque TIANI 3 está pensado para usarse también durante la penetración vaginal, he de decir que la única postura en la que esto me resultaba cómodo fue en la del misionero. En las demás, el propio «brazo interno» del juguete se descolocaba y podía llegar a ser algo molesto. Pero, obviamente, esta es una apreciación personal y no tiene por qué ser el caso para todas las personas que lo usen. Omitiendo este pequeño detalle, el juguete se adaptaba bien para poder usarlo durante la masturbación, el sexo oral, el sexo anal y todo tipo de masajes y caricias.
Habiendo explotado todas estas funciones de TIANI 3 en pareja, ya solo me quedaba probarlo a solas en la bañera (ya he comentado en otras publicaciones que me encantan este tipo de baños, ¿verdad?). Si a un juguete que ya es de por sí divertido se le añade la posibilidad de pegarse un chapuzón contigo, la cosa promete. Y aunque no fue aquella misma noche cuanto tuve la ocasión de probarlo bajo el agua, doy fe de que no desmerece lo bien que se había «portado» anteriormente.
Así que, hagas lo que hagas, y donde lo hagas, TIANI 3 puede ser un magnífico compañero que, por seguir con las metáforas cinematográficas, aporta placer durante el inicio, el nudo y el desenlace. Y además, no tienes que llevarlo en el bolso…
Puedes visitar la página oficial del producto aquí.