Historias de amor

Rupturas sentimentales: El Brangelina que llevamos dentro – Historias de amor

Las rupturas sentimentales son traumáticas. Sobre todo cuando rompe una de esas «parejas perfectas». Brad Pitt y Angelina Jolie lo tenían todo. Dinero, fama, éxito, belleza… Incluso más que eso. A través de las noticias, de las fotos, de las declaraciones, los espectadores de su relación podíamos imaginar una historia de amor no solo de cara a la galería, sino una familia de verdad, un amor verdadero como el que todos quisiéramos alcanzar.  Parecía una de esas historias destinadas a durar para siempre. Hasta que el sueño se rompió.

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Rupturas sentimentales

En periodismo nos enseñan que para que algo sea noticiable debe destacar por su peculiaridad. Ser un hecho atípico o muy llamativo. Sin embargo, que una pareja rompa parece un hecho de lo más mundano. Entonces, ¿por qué la separación de los Brangelina supuso una avalancha de titulares?

Quizá porque su ruptura nos supone un dolor compartido. Porque si los representantes del ideal de la pareja perfecta no consiguen su final feliz, ¿qué podemos esperar los simples mortales?

Rupturas sentimentales: El mito del amor romántico

Hollywood, dentro y fuera de la pantalla, sigue alimentando fervientemente el mito del amor romántico. Ese que habla del solo nosotros y para siempre. Ese en el que, pese a todo, seguimos creyendo en un rinconcito de nuestro corazón. Porque sí, sabemos que hoy en día las parejas van y vienen, que ya es difícil tener un amor para toda la vida y, pese a eso, en cada nueva relación seguimos depositando la secreta esperanza de que sea la definitiva. La que podrá cogernos de la mano  en un balcón, tomando un té, cuando seamos mayores.

Por eso la ruptura de los Brangelina es la ruptura de todas nuestras expectativas. Y leemos todas esas noticias buscando y anhelando una explicación, intentando pensar que su fracaso no tiene por qué ser también el nuestro.

Porque seguimos sin entender que el éxito está en haber vivido esa relación, esa experiencia, incluso aunque se acabe en algún momento. Que el fin de la relación no es un fracaso, sino simplemente una parte de un ciclo.

Rupturas sentimentales: El dolor de la pérdida

Pese a que nuestra parte racional sepa todo eso, las rupturas siguen siendo muy temidas. Porque igual que nadie nos enseña a amar, nadie nos enseña cómo superar el dolor de la pérdida, en muchos sentidos. Al fin y al cabo, una ruptura sentimental es traumática porque supone romper la relación con una persona y con un modo de vida. Con nuestra vida, a grandes rasgos.

Se trata de un dolor similar al de la pérdida de un ser querido. Porque aunque esa persona siga estando ahí, deja de estar en nuestra vida, deja de ser una parte de nosotros, y nosotros dejamos de ser parte de ella. Algo muere en el sentido casi estricto de la palabra.

Algo que nació, quizá no la primera vez que nos vimos ni en las primeras citas, sino seguramente en los primeros encuentros sexuales.  Esos momentos piel con piel en los que ansiábamos fundirnos con el otro para dejar de ser nosotros y convertirnos en algo nuevo. Fue entonces cuando nos miramos a los ojos y empezamos a tejer los hilos de nuestra fantasía.  Pensábamos que sí, que podríamos pasar la vida siempre así, el uno en el otro.

Rupturas sentimentales: La fusión de la pareja

No hay nada que vincule tanto a dos personas como el sexo. Tiene una explicación lógica. Durante el orgasmo segregamos oxitocina, la hormona del amor. Esa que se segrega durante la lactancia para crear un vínculo entre madre e hijo. La misma que, de hecho, segrega un perro cuando se derrite de amor por su amo. La responsable, aunque solo en parte, de seguir pensando que el mito del amor romántico puede ser algo más que un mito.

Cómo afrontar las rupturas sentimentales

Durante el principio nunca podemos saber cuál será el final. Hay rupturas menos dolorosas, como las que suponen un adiós sin sentimiento. Algunas más traumáticas, como las que involucran a terceras personas, sobre todo si se ha pillado a tu supuesta media naranja con las manos en la masa. Y las hay llenas de amor, pero también llenas de razones, en las que hay que decir adiós con un te quiero.

Nadie quiere pasar por ese dolor de un sueño roto. Aceptar que todos los planes y promesas se quedarán en papel mojado. Aceptar que nuestro amor no era tan especial, irrompible y que, como todo en esta vida, tiene un fin.

Los Brangelina seguirán cosechando éxitos por separado, pero no serán nunca más ese tándem que les hacía más grandes estando juntos, que separados. Por supuesto, seguirán su vida, conocerán a otras personas, se volverán a enamorar, a separar, a hacer películas que sean éxitos de taquilla. Pero no serán nunca más aquello que fueron y que ya no es.