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La «exofilia» o el sexo que no has visto en «Alien»

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Tal vez, la profusa producción de ácido, la mandíbula enjoyada con dientes de aspecto platinado y una segunda mandíbula retráctil no os parezcan elementos que, en su conjunto, resulten en un dechado de erotismo, pero os aseguro que el xenomorfo en su fase adulta es de lo más sexi.

Para empezar, tras el alienígena, estaba el artista y escultor, H. R. Giger (suizo tenía que ser, que diría mi madre por aquello de hacer patria); este combinaba de modo sublime el surrealismo con el erotismo y la biomecánica.

La «exofilia» o el sexo que no has visto en «Alien»
Hans Rudi Giger (aka H. R. Giger)

Su estilo fue engendrado, a grandes rasgos, por una fascinación temprana por «calaveras, momias y cosas así», como declaró en una entrevista de 2009, así como de miedos de la infancia y situaciones traumáticas; véase, por ejemplo, la muerte de su novia, Li Tobler, en 1975 (se suicidó con veintisiete años), que la convirtió en la protagonista de dos de sus obras más célebres:

La «exofilia» o el sexo que no has visto en «Alien»
«Li I»
La «exofilia» o el sexo que no has visto en «Alien»
«Li II»

Las creaciones de Giger, arquitecto y escultor de la carne, han marcado un hito ya no solo en el mundo cinematográfico gracias a Alien: El octavo pasajero, de 1979, sino también en el diseño de interiores, la moda, la música (sobre todo en los géneros rock y metal al diseñar portadas de vinilos y CD para bandas musicales como Korn, Carcass, Magma, entre otros, a la par que en la línea de instrumentos), en los videojuegos («Dark Seed», «Metroid», «Scorn» …) y en el ámbito de los tatuajes (inspirando a otros artistas como Paul Booth, Víctor Portugal…).

No obstante, volvamos a Alien: El octavo pasajero: esta cinta, hoy de culto, en su primer guion era, digamos, mucho más erótica, pero es que de por sí, el xenomorfo adulto y cuya base se asienta en «Necronom IV» y «Necronom V» (en orden de aparición a continuación), de Giger, presenta una facha bastante fálica:

La «exofilia» o el sexo que no has visto en «Alien»
«Necronom IV»
La «exofilia» o el sexo que no has visto en «Alien»
«Necronom V»

¿Y qué decir del Abrazacaras? Si os fijáis, tanto la parte inferior del mismo y su orificio (por el que extiende una trompa y libera al embrión xenomorfo) se asemejan a la vagina de una mujer:

La «exofilia» o el sexo que no has visto en «Alien»
Abrazacaras

Se cuenta que el guion de Alien: El octavo pasajero se escribió en original con personajes y personalidades bien definidas, pero sin un sexo en concreto; más tarde, se pensó en que los distintos miembros de la tripulación mantuvieran relaciones sexuales. Al fin y al cabo, era una vía de afianzar la camaradería y de matar la monotonía que suponía estar viajando a través del basto espacio. Si bien destacaba un encuentro, y este era entre Ellen Ripley (Sigourney Weaver) y el capitán Arthur Dallas (Tom Skerritt) después de la muerte de Kane a causa del Rompepechos.

La «exofilia» o el sexo que no has visto en «Alien»
Rompepechos

Dallas se hallaba en la cúpula de observación de la nave estelar de carga de los Estados Unidos (USCSS), Nostromo, la cual acabó cambiándose por la lanzadera Narcissus, donde el capitán estaba relajándose entretanto escuchaba música clásica y Ripley entra y se desnuda, buscando así su propio desahogo.

«Es algo muy siniestro y no sé si encaja una escena de amor ahí. ¿De verdad te lo montarías con alguien mientras esa cosa anda suelta por ahí?». Estas fueron más o menos las palabras de Sigourney Weaver, que lograron que el bueno de Ridley Scott descartase la secuencia que, según dicen, era una de sus favoritas. Mas, en Alien: Convenant, de 2017, sí se nos regala una escena amatoria en la que el bichejo aparece y no con el cometido de realizar un trío con los otros dos humanos.

Escena sexual en Alien

Alien: El octavo pasajero estuvo a punto de ganarse la clasificación X, aunque, incluso de haberse añadido esa mencionada secuencia, lo habría hecho más por la violencia que por el sexo per se.

Sea como fuere, aquí irrumpe la «exofilia», término que supuestamente se acuñó de forma extraoficial en el año 1957 tras la presunta abducción del brasileño Antônio Vilas-Boas y que alude al deseo de mantener relaciones sexuales con seres extraterrestres u otros tipos de vida de carácter no humano. Por ello, sitios como PornHub se han llenado de escenas lujuriosas (algunas un poco turbadoras) de xenomorfos en cualquiera de sus distintas fases, Ripleys u otros personajes pertenecientes al universo Alien, o no.

Valga terminar este escrito apuntando que H.R. Giger falleció en 2014, mas su legado obscuro, inquietante y erótico sigue de lo más vivo, ahora y en especial, para los cinéfilos con Alien Romulus, los cuales, quizás, a continuación de leer este artículo disciernan con mayor claridad ese velo libidinoso que gira en torno a la cinta en un tonto símil por mi parte hacia los anillos de Saturno, pero son las vicisitudes de ponerse un tanto «espacial».

P.D.: En el espacio nadie puede oír tus gritos, ni siquiera los de placer.

Lecturas recomendadas:

«Sexploration»: El programa espacial de «Pornhub»

Venido de las estrellas (1) – Relato erótico

Venido de las estrellas (2) – Relato erótico

«There’s a Starman waiting in the sky» o los problemas de erección en el espacio