El Gekiga (Imágenes dramáticas) es un estilo de manga para adultos, serio, realista, violento y sexual, que predominó en Japón entre 1960 y 1980. El término se atribuye al artista o mangaka Yoshihiro Tatsumi, autor de Yūrei taxi (1957), historia publicada en la revista Machi, que es considerada la primera gekija de la historia.
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Apenas dos años después, Yoshihiro Tatsumi formó Gekiga Kōbō (Taller Gekiga), junto con otros artistas como Masahiko Matsumoto, Shōichi Sakurai y Takao Saito, para explorar este género y darlo a conocer a través del «Manifiesto Gekiga» y la revista Matenrō, en la que experimentaron sobre esta nueva tendencia artística, cuyo público objetivo era adulto y no kodomo (infantil) ni shōnen (adolescente masculino) como hasta ese momento, y cuyas historias y estilo diferían totalmente del popularizado por Osamu Tezuka o Gō Nagai .
El Gekiga se diferenciaba de los mangas anteriores no solo por sus historias cortas, más maduras, realistas, sociales y violentas (influenciadas por el género negro, el neorrealismo europeo y las noticias periodísticas de la época), sino también por su estilo, más cinematográfico (casi fotográfico), en el que los personajes muestran expresiones faciales realistas y tienen cuerpos proporcionados (a diferencia de los infantilizados y desproporcionados del manga anterior); al igual que los escenarios en los que se desarrollaban las historias, realistas, oscuros y angulosos, con una atmósfera de «líneas arenosas», según The Cartoon Museum.
Aunque el Gekiga Kōbō se disolvió en 1960 por diferencias irreconciliables entre sus miembros, el movimiento artístico caló en la sociedad japonesa hasta el punto de dar lugar a «La edad de oro del manga», en la que los mangas eran un modo de rebelión underground y las revistas, un lugar de experimentación artística.
Revista Garo
Una de las revistas experimentales más relevantes durante «La edad de oro del manga» fue Garo (1964). Su fundador, Katsuichi Nagai, tenía como objetivo publicar el trabajo de artistas de Genkija, a los que, si bien no se les remuneraba, sí se les ofrecía un espacio de total libertad artística siempre y cuando su propuesta fuera interesante y su contenido, social y político.
En sus primeros años de vida, Garo publicó a autores relevantes de Genkija como Sanpei Shirato, Yoshihiro Tatsumi o Yoshiharu Tsuge, y catapultó a desconocidos como Suehiro Maruo o Nekojiru. Su valor artístico y experimental era tan notable, que ni siquiera le pudo hacer sombra la innovadora y experimental revista COM, fundada en 1967 por el mismísimo Osamu Tezuka , dios del manga y el anime, que cerró en 1971 debido a su escaso éxito, mientras observaba la evolución imparable de Garo a otros temas más experimentales, que incluyeron surrealismo, arte abstracto, cultura punk y ero guro o erotismo grotesco.
Ero-gekija
En los 70, el movimiento Gekija no solo se consolidó, sino que también evolucionó al Ero-Gekija, un subgénero erótico/pornográfico, caracterizado por un estilo de dibujo fotorrealista y por historias cotidianas (aunque algunas podrían encuadrarse en el Hentai , debido a su perversión y fetichismo).
Aunque Garo publicó algunos mangas de este nuevo subgénero, la revista más relevante fue Manga Erotopia (1973), al ser la primera en editar solo este material. Debido a su gran aceptación, comenzaron a proliferar revistas especializadas en Ero-Gekija (en 1978, eran casi un centenar) cuyo único requisito era el sexo explícito y una cierta libertad creativa. Precisamente por ello, la mayoría tenía poca calidad artística y pronto desaparecieron, a diferencia de Manga Erotopia, Manga erogenika (1975), Manga Alice (1977) y Manga Adams o Gekiga Adams (1979), que se consolidaron en el mercado gracias a la calidad de sus historias y mangakas, como Chiyoji Tomo, Kei’ichirô Oki y Dirty Matsumoto.
Un mangaka ideal para iniciarse en el Ero Genika es Susumu Tsutsumi (seudónimo de Chiyoji Tomo). El fotorrealismo de sus ilustraciones, sus personajes (generalmente, mujeres maduras de grandes pechos y curvas pronunciadas) y sus historias sexuales (pero con una fuerte carga humorística) le valieron el reconocimiento tanto en Japón como en otras partes del mundo; de hecho, acabó trabajando para Ediciones La Cúpula España y su Hitozuma Reiko o Miss 130 es uno de los personajes de Ero Genika más apreciados por los lectores.