Sexo oral

El beso negro: Origen, higiene, tipos y placeres del sexo oral anal

Beso negro, beso de colibrí o polaco, el analingus o annilingus (en inglés, rim job, rimming o tossing the salad) está de moda. Es decir, la gente ya habla del sexo oral anal de un modo más o menos abierto. Hay lectores del blog que nos piden consejos para practicarlo y seguidoras que nos preguntan si es normal que les guste a los hombres; l@s hay que nos cuestionan si es saludable y la gran mayoría nos envía correos para que escribamos un artículo que verse sobre el qué, el cómo y el porqué de esta práctica sexual. Pues bien, vuestros deseos son órdenes.

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Sexo oral

Qué es el beso negro o analingus

Bueno, ya habréis deducido que se trata de cualquier forma que adopte el sexo oral con el ano. Y así es, cuando la lengua lo acaricia decimos que es un beso negro y cuando se introduce en el esfínter, lo denominamos beso de colibrí o polaco. Como sabéis, el movimiento de las alas del colibrí es híper veloz, por lo que la referencia es obvia. Lo que no nos queda claro es de dónde viene que sea «polaco»…

Hemos leído que, con cierto sarcasmo escatológico, también lo llaman «calamares en su tinta» o «lavado de cazuela». Precisamente, una de las formas en inglés remite a algo parecido: «sacando/comiendo ensalada» o tossing the salad. Dicen que esta expresión se forjó en las cárceles, cuando los reclusos la practicaban untándose el trasero con hortalizas y vegetales… Aunque, lo más común es denominarla como rimming o a rim job.

Beso negro: medidas higiénicas y de prevención

A todas las ETS (Enfermedades de Transmisión Sexual) que se pueden contagiar a través de un cunnilingus o una felación, habría que añadir otras tantas más. Desde LELO te aconsejamos hacerlo con una pareja de confianza y adoptar medidas higiénicas y de prevención tales como depilar el vello del perineo y alrededor del ano, lavar el exterior del esfínter con la espuma del jabón (¡solo con la espuma!) y llevar a cabo un cepillado bucal y enjuague intensos de quien lo vaya a realizar. Por supuesto, si tenéis cualquier mínima herida en la boca o en el ano, tendréis que aplazarlo hasta que sane.

De otro lado, introducir un condón es una gran idea, sobre todo si se va a hacer un beso de colibrí: recuerda insertar el preservativo con un lubricante a base de agua para evitar tanto la rotura del mismo como cualquier posible reacción alérgica (consulta este artículo, si padeces alergia al látex).

Cómo se hace un beso negro

Vamos a ir a la práctica, no sin antes recordaros que no suele ser algo que tenga buena acogida cuando se hace por sorpresa. Es decir, ¡habladlo antes con vuestra pareja!

Annilingus externo

Podéis comenzar con otros juegos eróticos preliminares como masajes, antes de que vuestra lengua acaricie la zona. También, es aconsejable empezar lamiendo el perineo (la parte que hay entre el pene o la vagina y el ano) para acostumbrar a vuestra pareja al tipo de sensación que va a experimentar. Aquí, quien provee el sexo oral puede jugar con la presión que ejerce con la lengua: muchas personas encuentran agradable esa leve fuerza húmeda contra su suelo pélvico. Ahora, llevad la punta de la lengua convenientemente ensalivada hacia los extremos del esfínter. Con independencia de que vuestra pareja sea un hombre o una mujer, la masturbación simultánea en este punto hará las delicias de quien lo está recibiendo.

¿Cómo mover la lengua? Probad con distintas velocidades, presión y direcciones (fundamentalmente, de arriba abajo o con movimientos circulares) y esperad a oír los primeros gemidos de vuestro amante, para saber cuál es el ritmo más apropiado.

En lo que respecta a las posturas sexuales, estas pueden ser muy variadas: es factible hacerlo de pie, sentados o tumbados y, por supuesto, durante un 69.

Annilingus interno

Antes de comenzar un beso polaco o de colibrí, es más que recomendable haber iniciado otros juegos sexuales. Y tras ellos, hacer un beso negro externo que, paulatinamente, conduzca a la introducción de la lengua. En este punto, caben 2 posibilidades; a saber, que la penetración anal se mínima o total.

El primer caso es muy sugerente para principiantes pues podréis testar si el beso anima eróticamente a vuestra pareja. Si así fuera, seguid las mismas instrucciones que en el externo. Esto es, probad velocidades y direcciones con la lengua.

Cuando esta se introduzca en su totalidad, lo mejor es hacer grandes círculos lentamente acompañados con la masturbación del pene o incluso agarrando los testículos, si vuestra pareja es un hombre y esa fuera una técnica masturbatoria deseable; o con el masaje de clítoris o del Punto G, en función del placer onanista más agradable para la mujer.

¿La postura sexual? Pues 69 o de pie (mientras quien lo provee se encuentra en cuclillas). Si poseéis una bañera de amplias dimensiones, tendríais un lugar sexual muy adecuado para un baño estilo perrito, mientras que quien juega con la lengua en posición sentada, también puede sumar fácilmente sus manos a la encomiable tarea de la excitación ajena.

Placeres del sexo oral anal

Seguramente os hayáis preguntado el porqué de esta moda, el porqué os atrae o por qué vuestra pareja no deja de pediros que se lo hagáis. Pues bien tenemos respuesta para todo.

En primer lugar, si el sexo oral como el cunnilingus o la felación han sido tabúes hasta hace unas décadas, cualquier práctica sexual que remita a la estimulación del ano sigue siendo –de algún modo– un fruto prohibido. Aunque, cada vez lo es menos, en muchas ocasiones persiste como un tema de conversación que se evita o provoca sonrojos. Sin embargo, estos elementos coercitivos, lejos de ser un freno, se configuran como un acicate para ejecutarlo. Y es que no hay mejor incentivo que un «no hagas esto». Además, lo cierto es que esta es una práctica sexual tan antigua como la humanidad.

Pero, ¿por qué queremos probarlo? Sencillamente, ninguna moral puede ir en contra de las sensaciones que nos otorgan nuestras zonas erógenas. Y sí, el ano y el perineo son dos de ellas; y, aunque no lo reconozcamos de palabra, lo sabemos de facto. Por decirlo de otro modo, intuimos el gozo sexual con independencia de las razones con las que encorsetamos nuestras acciones diarias. Y, por añadidura, el beso negro permite masturbar cómoda y simultáneamente a la pareja, añadiendo toneladas de satisfacción a esta práctica.

Finalmente, si a esto le sumamos que el sexo oral es uno de los placeres más deseables y demandados por lo que de íntimo, sensual y placentero tiene, entonces tenemos una bomba de relojería como deseo sexual.

Señoras y señores, ¡no dejen que estalle!; háblenlo con sus parejas como si de probar otra postura sexual se tratara; tomen las medidas higiénicas y de prevención oportunas; y gocen (y hagan gozar) de un annilingus, si ese es su anhelo.