Seguro que en alguna ocasión te hubiera gustado ser más flexible o tener más resistencia… Personalmente me ha pasado, encontrarme con una pareja sexual maravillosamente deportista y que me dejaba atrás a la segunda curva… Bien, hoy te comparto varias técnicas y consejos comprobados en primera persona, para que no tengas que rendirte y sacar la bandera blanca.
Trabajar en estos aspectos está al alcance de todos y no solo mejora nuestra salud física, sino que también fortalece nuestra conexión emocional y profunda con nuestra pareja sexual, sea cual sea el vínculo que nos une.
Ejercicios físicos
Ya sabes que el cuerpo físico es solo parte de nosotros, así que empezaremos por él:
Respiración consciente y profunda
Es la base de la vida, respirar es algo que hacemos sin pensar, ¿verdad? Hoy te propongo darte cuenta, fijarte en cómo respiras… sin forzar, sin intervenir, solo respirar de forma consciente, es una forma de que la mente conecte con el cuerpo y le ceda el control. La respiración consciente y profunda es clave para aumentar nuestra resistencia y flexibilidad en la intimidad. Practica ejercicios de respiración abdominal para aumentar la capacidad pulmonar y mejorar la circulación sanguínea, lo que te ayudará a mantener la energía durante momentos de mayor intensidad. Tumbada sobre la cama o en posición de meditación, con una mano en el abdomen y otra en el corazón, permítete unos minutos de respiración consciente, para conectar con tu cuerpo físico.
Estiramientos diarios
Dedica unos minutos cada día a realizar estiramientos suaves y conscientes –siempre adaptados a la conveniencia y salud de cada persona, por supuesto–. Esto te ayudará a mantener y mejorar día a día la flexibilidad en tus músculos y articulaciones, lo que es esencial para disfrutar de una intimidad más plena y satisfactoria y evitar los inoportunos calambres, que pueden robarnos capacidad de disfrutar del momento, ¿te ha pasado alguna vez? No olvides prestar especial atención a zonas como la espalda y la pelvis, que suelen ser áreas muy activas en las relaciones íntimas.
Ejercicios de fortalecimiento del suelo pélvico
Los ejercicios de Kegel para hombres y para mujeres de todas las edades, no solo para mujeres en la menopausia, son fundamentales para trabajar esta zona. Ya sabes que el suelo pélvico es un conjunto de músculos que juega un papel fundamental en la resistencia y flexibilidad, también durante la intimidad. Seguro que has oído hablar de estos ejercicios. Realizarlos de forma regular te ayudará a fortalecer esta zona, lo que no solo mejorará tu rendimiento físico, sino que también te brindará mayor control, conciencia y sensibilidad en tus relaciones íntimas.
Por supuesto Yoga
El yoga es una práctica milenaria que combina movimiento, respiración y meditación, respiración consciente, que proporciona infinidad de beneficios a quienes lo practicamos. En primer lugar, eres mucho más consciente de tu cuerpo, de los movimientos, equilibrios, estiramientos, torsiones y aprendes a sentir la respiración como un cómplice perfecto para las transiciones, los cambios de postura o asana, Por supuesto, estoy hablando dentro del mat de yoga, pero ¿necesitas que te hable de los beneficios fuera del mat…? En resumen, practicar yoga puede ser beneficioso para mejorar la salud y el bienestar en todos los aspectos de nuestra vida, incluida la sexualidad. Dedica tiempo a explorar posturas de yoga específicas para fortalecer y flexibilizar el cuerpo, como la postura del arado, la cobra y el gato vaca. Estas posturas no sólo te ayudarán a mejorar tu resistencia y flexibilidad física, sino que también te conectarán con tu ser interior y tu pareja de una manera más profunda.
Ejercicio mental
Y ahora es momento del cuerpo emocional y espiritual:
Mindfulness en la intimidad
Como ya comentamos en un artículo anterior sobre meditación y bienestar sexual, te invito a practicar el mindfulness o la atención plena durante tus encuentros íntimos. No se trata de pasar una hora meditando aisladamente, mi propuesta es que, en lugar de dejar que la mente divague por pensamientos que nos sacan del momento o se preocupe por el futuro, el trabajo o lo que sea, invertir unos minutos compartidos, por ejemplo en la cama, con un clima facilitador, tal vez ropa íntima, unas velas, un aroma de intimidad en la habitación… Sentarse cara a cara, coordinando la respiración, mirándose a los ojos, sintiendo la unidad, uniendo las manos… Es una buena forma de confluir juntos en el momento presente, en las sensaciones físicas y emocionales que experimentamos, y en la conexión profunda que compartes con tu pareja, encontrando encajes únicos, posturas nuevas y acompañándonos mutuamente. El mindfulness en la intimidad puede ayudarte a liberar inhibiciones y expectativas.
¡Bueno, eso es todo por hoy! Hemos visto que mejorar la resistencia y la flexibilidad en la intimidad no se trata solo de ejercitar el cuerpo, sino también de conectar con una actitud abierta, amorosa y compasiva hacia ti mismo y hacia tu pareja. ¿Te parecen suficientes beneficios para invertir unos minutos…?
¡Te deseo todo el éxito y la felicidad en tu viaje hacia una intimidad más plena y satisfactoria…!