Como toda gran causa, el fetichismo tiene su día internacional. Socialmente entendemos los genitales, pechos femeninos y nalgas como las partes más apreciadas en lo erótico. ¿Por qué el resto no puede serlo? Todo nuestro cuerpo es sexuado. Incluso los objetos también pueden adquirir esta característica. Pues bien, el fetichismo, es decir, la atracción erótica hacia un objeto o hacia una parte del cuerpo no considerada sexual celebra su día el tercer viernes del año. Y este 2024 es el 19 de enero.
Se trata de una conmemoración de origen reciente, apenas tiene una década de historia, y es poco conocido. Se originó en Reino Unido, país en el que la ley prohibió los vídeos de prácticas sexuales no convencionales en Internet. El Día del Fetichismo se convirtió en una forma más de apoyar y fomentar las sexualidades no normativas. Y de aquí nació el lema «Los pervertidos visten de púrpura».
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Día Internacional del Fetichismo
La celebración empezó con cierta polémica por el lema escogido: Perverts Wear Purple o lo que es lo mismo Los pervertidos visten de púrpura. El morado es un color usado en el BDSM y se proponía a los fetichistas llevar una prenda de ese tono.
Pero el debate se avivó por el uso de la palabra «pervertido», un concepto vinculado tradicionalmente a la sexualidad no convencional. Por un lado, había quiénes reclamaban apropiarse de la palabra y darle la vuelta, convertirla en un signo de identidad positivo. De manera similar a lo que ha ocurrido con la palabra «Queer», que de ser un insulto ha pasado a ser un movimiento social.
Los contrarios a su uso alegaban precisamente la connotación negativa de la palabra, usada para describir actividades consideradas inmorales. Asociar pervertido al día del fetichismo les parecía que iba a hacer más daño que otra cosa.
El concepto «pervertido», efectivamente, tiene miga. La RAE lo define como «dicho de una persona: De costumbres o inclinaciones sexuales que se consideran socialmente negativas o inmorales». Más allá de la definición, está la interpretación que cada uno hace de ella. Aquí es donde está el quid de la cuestión. Para unos, que el fetichismo sea una perversión es una losa que les impide disfrutar de sus gustos. Se sienten señalados, raros e incomprendidos. Para otros, en cambio, «ser un pervertido» es una etiqueta que les da morbo porque les sitúa en el contexto de lo alternativo. De no ser así, pierde parte de su encanto.
Hay una tercera voz, claro, aquellos que ni una cosa ni la otra. Que disfrutan de su fetiche sin darle muchas más vueltas. Espero que con la normalización de estas otras sexualidades, los últimos sean cada vez más.
Vínculo con el BDSM
El lema Perverts Wear Purple contiene otra idea: la vinculación de los fetichismos con el BDSM (prácticas eróticas de dominación y sumisión). Los objetos, la ambientación y la vestimenta en el BDSM son muy importantes. Látex, cuero, zapatos de tacón, vinilo… son prendas de carácter muy fetish habituales en el contexto.
Pero ni todo el BDSM es fetichista ni todo el fetichismo es BDSM. Hay muchas personas que pueden sentir atracción hacia objetos o hacia partes del cuerpo y no tener ningún interés en las prácticas de dominación o sumisión. Hay fetichistas de pies, de globos, de ombligos o de lencería, por decir algunos, que nada tienen que ver con los juegos de poder.
BDSM y fetichismo comparten el hecho de ser sexualidades fuera de la norma y ambas tienen cabida bajo ese mismo paraguas. Pero fomentar una relación unívoca, dejaría fuera a muchos fetichistas. El fetichismo reclama su propio espacio.
¿Es necesario un día internacional?
El fetichismo sigue siendo una sexualidad poco conocida y, por tanto, arrastra prejuicios. Quizá el más tópico es el de considerar a los fetichistas como «raritos obsesionados con un objeto». Algunos se sorprenderían al saber que la mayoría de fetichistas tienen relaciones eróticas como todo el mundo, pero le añaden un poco de diversidad al asunto.
No ayudan los artículos que aparecen periódicamente en ciertos medios con titulares del tipo: «conoce los 10 (o 15 o 20) fetiches más extraños». Siguen poniendo el foco en señalar lo diferente y no en integrar los deseos con naturalidad.
Un Día Internacional del Fetichismo puede ser una acción más de visibilización, pero la mejor acción es la que se hace todos los días. Por un lado, aceptando con normalidad el propio fetichismo y, por el otro, teniendo la mente abierta para conocer y respetar otras formas de disfrutar. En definitiva, creernos todos, de una vez, que lo diverso no es ni raro ni perverso.