Falling
As the world falls down
Falling
Falling in love
Desconozco si a vosotros las citadas estrofas de As The World Falls Down, de David Bowie, para la banda sonora de Dentro del Laberinto no os transportan a la mítica escena y, de no ser el caso, aquí os la dejo con ánimo de avivar vuestros recuerdos:
Vídeo Jim Henson Company ©
Si bien es verdad que, por mi parte y durante años (nací en 1990 así que visioné la película en la tierna infancia y proseguí reversionándola en la adolescencia), el personaje de Jareth me provocó inquietud, miedo, conforme crecía, me resultaba cada vez más seductor, hipnótico. ¿Contradictorio? No, y por favor, permitidme desarrollarlo pues, quizá, algunos os halléis aún en el laberinto y os están animando a compartir una tacita té.
La mentada cinta de fantasía musical de 1986 fue dirigida por Jim Henson y con la producción ejecutiva de George Lucas. Terry Jones, miembro de los Monty Python, fue quien escribió el primer borrador del guion; después de él lo toquetearon otros; sin embargo, se rumorea que Henson se lo devolvió a Terry, ergo, la historia había perdido encanto. Lo que un buen puñado de gente ignora hoy en día es que el libreto de Jones contaba con una considerable carga sexual y, a pesar de que se eliminó lo grueso del asunto, en el film quedan ascuas del concupiscente fuego…
En los albores de la creación, Jareth iba a ser un goblin de marioneta, no obstante, se terminó determinando que lo mejor sería que le diera vida un hombre y, para más inri, que este fuera músico. Se barajaron nombres de artistas tales como Michael Jackson, Prince, Sting o Mick Jagger. Mas el papel recayó en David Bowie.
Vayamos al meollo de lo que nos concierne, al «paquete» y recalco «paquete», ya que el bulto que reclamaba atención en las prietas mallas del Rey de los Goblins no fue una cuestión estética o de puro derroche.
Brian Froud, diseñador conceptual de la cinta, argumentó que el hecho de acentuar los atributos de Jareth era preciso debido a que Sarah había irrumpido en la etapa del despertar sexual y, por tanto, la proyección del mismo en el soberano debía reflejar los ensueños de ella: Jareth es una mezcla entre el típico malote con chupa de cuero, un bailarín de ballet, Heathcliff de Cumbres borrascosas y un valiente caballero con armadura.
El cénit del inicio de ese despertar es alcanzado en el célebre baile dentro de la burbuja, de inspiración veneciana, en el que vemos danzar a Sarah y Jareth, valga la redundancia. Y, en especial, lo acontecido en su contexto original, que era mucho más explícito y con referencias manifiestas al deseo que Jareth siente por la chica. Aunque se le dio la vuelta para rebajar la naturaleza erótica de la escena, esta conserva un ambiente sugerente y cálido, repleto de lámparas chandelier. Véanse, por ejemplo, las máscaras cuyas narices presentan formas fálicas…
U otros elementos igual de balanos:
Incluso llega a apreciarse cómo una de las asistentes a la velada acaricia una de esas falo-napias:
Además, la vestimenta de Sarah la ensalza como a una joven, rehuyendo a la niña, aunque, como se puntualiza en el documental, Cómo se hizo Dentro del Laberinto, ella sabe que es demasiado cría para un mundo tan adulto (y exento de marionetas) que la atrae y a su vez la repele.
A la par, nos muestran a Jareth con cierta actitud que tildaríamos de cariñosa con más de una fémina:
O hasta juguetona:
La historia de «Dentro del Laberinto», más allá de su espléndida fantasía y los firmes mensajes de la importancia de la amistad, el compañerismo y el crecimiento personal (toma de decisiones y sus consecuencias, confianza, resiliencia…), reivindica el viaje hacia la madurez en todos los sentidos, incluido, y como ya hemos comentado, el sexual.
Habida cuenta de lo redactado, no es de extrañar que, como a mí en su día, aquella incomodidad, aquel miedo hacia Jareth se tornara interés (carnal) y de ahí la infinidad de fanfics y fanarts de lo más spicy que atiborran Internet. Eso sí, cabe destacar que la gran mayoría se adelantan en el tiempo y sitúan los encuentros íntimos entre los protagonistas[1] años después, con una Sarah mayor de edad.
Y como cierre a este escrito un tanto melancólico, ya es oficial que el director Robert Eggers será el encargado de llevar a cabo una secuela de Dentro del Laberinto (hay quienes hablan de un remake), la cual se espera alrededor del año 2027. Como es demasiado pronto para aventurar qué derroteros emprenderá la película, yo prefiero proferir lo siguiente:
𝔒𝔧𝔞𝔩á 𝔳𝔦𝔫𝔦𝔢𝔯𝔞𝔫 𝔩𝔬𝔰 𝔤𝔬𝔟𝔩𝔦𝔫𝔰 𝔶 𝔰𝔢 m𝔢 𝔩𝔩𝔢𝔳𝔞𝔯𝔞𝔫…, 𝔞𝔥𝔬𝔯𝔞 𝔪𝔦𝔰𝔪𝔬.
P.D.: Algunos de los datos son susceptibles de variar dependiendo de las fuentes. Aquí se han contrastado y recopilado los más fidedignos.
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