Masturbación

¿Por qué me masturbo antes de dormir?

A día de hoy, no sé cómo imaginar mi vida sin la masturbación. Me ha mostrado mi cuerpo, me ha abierto las puertas del placer y me ha enseñado a quererme más y mejor.  Me gusta llamarlo darse amor, me parece más bonito y apropiado. Porque no es solo una manera de tener un orgasmo y ya está, sino que lo hacemos adorando nuestro cuerpo y dedicándole un poco de atención. Así lo veo yo, por lo menos.

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¿Por qué me masturbo antes de dormir?

De entre los beneficios de la masturbación podemos destacar el que creo que es más importante: el autoconocimiento. Darse amor ayuda, y mucho, a conocer mejor nuestro cuerpo, a ser conscientes de él, a detectar nuestros puntos de placer y a ser dueñas de nuestros orgasmos. Así fue como descubrí y probé, en mi propia piel, que masturbarse antes de dormir ayuda a conciliar el sueño.

Siempre me he considerado una persona inquieta, con muchas cosas en la cabeza. Acostumbro a planificarlo todo, a pensar en lo que haré ese mismo día, al día siguiente o dentro de un mes. Y por la noche se acentúa nada más me meto en la cama: mi cabeza no deja de dar vueltas, anticipándose al mañana. No recuerdo cuándo empecé a masturbarme antes de dormir, pero entonces lo hacía exclusivamente porque estaba excitada o me apetecía.

Hace unos meses me compré un reloj inteligente, de estos que cuentan los pasos, miden las pulsaciones y monitorizan el sueño. Una noche, tras uno de esos orgasmos antes de dormir, decidí tomarme las pulsaciones por pura curiosidad. Quería saber cómo de rápido latía mi corazón después de llegar al clímax… Cuando lo vi, me satisfizo ver aquella cifra tan elevada, pero no le di más importancia.

Al menos, hasta el día siguiente, cuando sincronicé el reloj con la aplicación de mi móvil para ver qué tal había dormido. Me llevé una gran sorpresa: desde que me había tomado las pulsaciones post-orgasmo, tan solo había tardado tres minutos en quedarme dormida. ¡Tres minutos! Yo, que siempre había tenido problemas de insomnio. Yo, que había tomado infusiones de valeriana y suplementos de melatonina. ¿Cómo podía haberme dormido en tres minutos con solo un orgasmo?

Los días siguientes repetí el mismo proceso: me di amor, me tomé las pulsaciones y a la mañana siguiente anoté los resultados. Debo decir que los orgasmos que tengo antes de dormir no son tan satisfactorios como los que tendría en otros contextos, por varios motivos. El primero, porque empiezo a masturbarme sin estar excitada. El segundo, porque selecciono una imagen en mi mente que me excita lo suficiente para llegar al orgasmo, y siempre es la misma. No hay sorpresas. En cambio, cuando me masturbo porque estoy excitada intento hacer cosas más creativas, como poner en práctica el edging, estimularme zonas nuevas o conocer mejor mis límites con otros juegos sexuales. A pesar de que estos segundos son más intensos, el contexto me pide más y acabo teniendo más de uno, lo cual no suele ocurrir cuando me doy amor para dormir.

El caso es que, sin darme cuenta, masturbarme para conciliar el sueño se había convertido en una rutina y ahora me parece difícil no hacerlo. Para mí, es mi momento. Son unos minutos en los cuales escucho y atiendo a mi cuerpo, liberándome de todo el estrés y las emociones fuertes del día. No solo siento que tardo menos en quedarme dormida, sino que me despierto menos veces durante la noche y descanso mejor.

Para demostrar esta pequeña investigación, he pensado en mostraros las evidencias. La pantalla naranja muestra las pulsaciones, indicando la hora y el día en el que son tomadas. La pantalla azul, en cambio, analiza el sueño y da varias informaciones, entre ellas la hora exacta a la que consigo quedarme dormida. Échale un ojo a las siguientes imágenes:

¿Por qué me masturbo antes de dormir?

La imagen superior es del miércoles 12 de octubre. Se puede apreciar que me tomé las pulsaciones a la 1:29 con 101 pulsaciones por minuto. Debo decir que fue un orgasmo difícil porque recuerdo que me costó mucho alcanzarlo, más tiempo de lo que suelo tardar. ¡Cuando llegué estaba agotada! A la 1:31 exactamente me quedé dormida. El siguiente miércoles 19 de octubre me tomé el pulso a la 1:03, con 75 pulsaciones por minuto. Me quedé dormida a la 1:05. Por último, el miércoles 26 de octubre me tomé las pulsaciones a las 0:59, con 75 pulsaciones por minuto, y a la 1:01 ya me había quedado dormida.

He elegido tres miércoles para que las estadísticas fueran lo más fieles posibles, por razones de horario y rutina. Es decir, que los tres días estaba igual de cansada al irme a la cama y empecé a darme amor sobre la misma hora. Asimismo, tengo los registros de casi todo el mes de octubre y he llegado a la siguiente conclusión: tardo una media de 2,5 minutos en quedarme dormida tras un orgasmo. El mínimo ha sido 1 minuto y el máximo 5 minutos.

Después de estos datos solo podemos preguntarnos: ¿por qué un orgasmo es más efectivo que todos los remedios que ya conocemos? ¿Qué ha sido del vaso de leche, la meditación, las infusiones y todo eso? La respuesta se puede resumir en dos palabras: serotonina y endorfinas. Tras el orgasmo, durante el periodo conocido como resolución, todo vuelve a la normalidad y comenzamos a sentir agotamiento y somnolencia, gracias a esas dos sustancias.

La serotonina es conocida también como hormona del placer u hormona del humor. Es una sustancia que se encuentra en nuestras neuronas y funciona como neurotransmisor. Esta hormona se ocupa de muchas cosas, entre ellas de regular nuestro estado de ánimo y nuestra temperatura corporal. Al alcanzar el orgasmo aumenta nuestra dosis de serotonina haciéndonos sentir placer y tranquilidad. Además, es indispensable para que nuestro cuerpo fabrique la melatonina, una proteína que regula el sueño.

Si la serotonina es la hormona del placer y del humor, las endorfinas son las hormonas de la felicidad. Aunque quizá no sea muy académico, yo las veo como una especie de opiáceos naturales que produce nuestro organismo, y tienen muchas funciones, por ejemplo: ayudan a generar un estado de bienestar, reducen el dolor, mejoran el humor y calman. La mayoría de magazines médicos asegura que las endorfinas son casi 20 veces más potentes que los medicamentos para el dolor. ¡Imagínate cómo debe reaccionar nuestro cuerpo a ellas!

Después de conocer toda esta información, me resultó más fácil comprender por qué y cómo nos ayudan a conciliar el sueño, tras un orgasmo. Parece increíble que obtengamos tantos beneficios para dormir con unos minutos de autoplacer. Y lo mejor de todo es que es un remedio gratuito, y para el que no necesitas más que tus manos.

Yo quería dormirme antes y dormir mejor, y recurrí a la masturbación como solución terapéutica. Uso mi imaginación para crear situaciones que me lleven al orgasmo y disfruto de la sensación al sentir mi cuerpo relajándose, y mis latidos disminuyendo despacio hasta que llego a los brazos de Morfeo…