Consejos sexuales

En la educación afectivo-sexual, «Las cosas claras»

Tradicionalmente, la educación sexual ha consistido en hablar de riesgos, de peligros, de precaución. A veces, algo de biología centrada en los genitales y, en el mejor de los casos, saber poner un preservativo. Y poco más. Sin embargo, con esto, poniendo el foco en prevenir, resulta que últimamente las noticias apuntan a un aumento de los contagios de ITS (Infecciones de Transmisión Sexual). Parece claro que este modelo educativo no está funcionando.

Entonces, ¿qué tal si le damos una vuelta?

Eso es lo que pretendo en mi libro Las cosas claras (Plataforma Editorial, 2019): plantear una educación afectivo-sexual para jóvenes que aporte una visión integral de la sexualidad. Con una perspectiva sana y positiva, esta visión integral incluye hablar del cuerpo (nuestra principal herramienta para la sexualidad), de las identidades y orientaciones sexuales (desde el respeto a la diversidad), de la prevención (porque hay que seguir haciendo énfasis en ello), de las prácticas eróticas, del consentimiento, de las relaciones de pareja sanas, de Internet, de la pornografía…

Desde una visión actual, el objetivo es que chicos y chicas tengan información clara y rigurosa que les ayude a desmitificar y a enfrentarse a diferentes situaciones. Por ejemplo, cuando se habla de prevención y de que hay que protegerse, planteo ¿por qué no se usa el preservativo?,  y enumero y desmonto algunas de las excusas habituales. O cuando se habla de consentimiento sexual y se recalca que «no es no», planteo ¿por qué no se entiende un no? Y expongo situaciones reales que van más allá de la teoría y resulten cercanas.

Las cosas claras está escrito directamente para chicos y chicas, pero también resulta muy útil para padres y madres que quizá necesiten una base de información clara y rigurosa que les ayude a afrontar el tema con sus hijos e hijas. Y es que, seamos sinceros, los adultos no hemos tenido educación sexual. Es decir, nadie nos ha enseñado eso de «conocerse, expresarse, cuidarse y disfrutar». En el libro, pretendo dar información y pautas para todo esto. Cada uno desde su propia identidad. Y es que Las cosas claras plantea algunas respuestas pero, sobre todo, anima a pensar, a reflexionar y encontrar, cada uno, su propia sexualidad.

Nota sobre derechos de autor y publicación: este extracto ha sido escogido y autorizado para su publicación online por la autora y su editorial (Plataforma editorial) para Volonté, el blog de LELO.

Consejos sexuales

Fragmento de Las cosas claras (Plataforma editorial, 2019)

¿Qué deseas?

Otro asunto importante antes de comenzar las relaciones sexuales es tener claro lo que se desea. Y es que la sociedad nos dirige hacia un determinado (o, más bien, predeterminado) tipo de sexo: heterosexual y centrado en la penetración. Parece que a todos nos tenga que gustar eso o que ese sea el objetivo que perseguimos. Pero ¿es realmente eso lo que deseas?

Miguel, quince años, me comentó que llevaba un año con su novia y que los amigos lo presionaban y le decían: «¿¿¿Lleváis un año juntos y aún no habéis hecho nada???». Realmente, sí que habían jugado a cosas, pero no habían llegado a la penetración porque no les apetecía. Entonces, era como si nada sirviera. Además, Miguel se sentía mal porque, según me decía, parecía que fuese tonto.

Este tipo de presión existe y hay que ser conscientes de ella. Y también has de tener claro que no a todos nos gustan o nos apetecen las mismas cosas en el mismo momento, con lo que está bien pensar qué se desea y hacer eso y no otras cosas. ¿Estás a gusto besándote con tu novio? ¿Os gusta el sexo oral pero no quieres llegar a más? ¿Te apetece la penetración? Cada cosa a su momento. Mejor dicho, cada cosa a TU momento.

Miguel y su novia, como os imagináis, acabaron acostándose juntos. Cuando ellos quisieron.

Otra cuestión es saber qué te gusta y cómo te gusta. Para ello lo mejor que puedes hacer es conocer tu cuerpo y sus reacciones (lo vimos en el capítulo del cuerpo, ¿recuerdas?). También prestar atención a las fantasías que se puedan tener. La cabeza nos da pistas sobre qué nos apetece hacer.

Y, hablando de fantasías, a veces uno mismo se sorprende de las cosas que su cabeza encuentra excitantes. Ten en cuenta que la imaginación es libre y puede viajar adonde le dé la gana (por eso es imaginación). Con esto quiero decirte que, si tienes alguna fantasía que te parece muy extraña, no te preocupes. Primero, porque puede que no sea tan extraña; segundo, porque en la erótica hay tantas posibilidades que lo raro sería que a todos nos gustaran las mismas cosas y, tercero, por lo que te comentaba antes: la imaginación es libre. Luego ya se le pasará el filtro de la realidad y el sentido común. Es normal que haya fantasías que nos exciten mucho pero que no queramos poner en práctica.

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