El jelqing (conocido popularmente como «ordeño») es un método natural para engrosar, alargar y enderezar el pene, consistente en un auto masaje peneano cuyos orígenes se remontan a la cultura beduina. Como el poseer un miembro bien dotado era indicativo de fuerza y virilidad para los hombres y atributo físico atractivo para las mujeres, cuando un niño alcanzaba la pubertad, su padre le instruía en el método jelqing u ordeño. Gracias a la constancia y entrenamiento, los penes de los beduinos llegaban a alcanzar las 18/20 pulgadas de longitud (45.7/50.8 cm) y las 8 pulgadas (20.3 cm) de grosor. Si bien esta práctica solo se transmitía oralmente de padres a hijos, motivo por el cual no hay constancia documental, a principios del siglo XXI, un beduino se la enseñó a un occidental que, a su vez, decidió compartirla en Internet. Si bien es cierto que los médicos no reconocen este método, tampoco pueden negar sus resultados, pues es el más seguro para agrandar el pene y el único que ofrece resultados reales sin los peligros de los efectos secundarios de tratamientos y medicamentos de dudosa eficacia.
¿A que suena bien? Pues va a ser que no.
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La técnica jelqing explicada paso a paso
El jelqing ha ganado miles de adeptos estos diez últimos años, gracias a webs que comparten sus pasos básicos (gratuitamente), así como cursos intensivos y libros especializados (previo pago, por supuesto) para que los compradores aprendan a hacerla correctamente. Tras informarme con tutoriales de esta técnica milagrosa en varias webs de «expertos», artículos copia-y-pega y vídeos educativos, procedo a condensarla para ti. Toma nota:
Lubricación: Antes de realizar el auto masaje jelqing debes untarte las manos y el pene con una generosa cantidad de lubricante o productos como aceite de coco para evitar irritar su delicada piel y causar microrroturas. No, no debes utilizar lubricante porque este provoca que el masaje sea más placentero favoreciendo que se te ponga dura y te apetezca masturbarte; para una mayor efectividad debes sacrificar algo de comodidad; como mucho, te pones un poquito de aceite, ¿de acuerdo?
Erección: Tu pene debe estar 100% erecto. No, no, el pene debe tener una erección de entre el 50 y el 75% porque si no, aparte de poder lesionarte, será muy complicado que no tengas la tentación de acabar en una pajilla (a fin de cuentas, hay una técnica masturbatoria que se llama ordeño).
Posición de la mano: La única posición correcta es juntar tus dedos índice y pulgar formando un círculo o señal de «OK» alrededor de tu pene. No, la posición de «OK» es para aumentar su longitud, si lo que quieres es engrosarla, debes poner los dedos índice y corazón en forma de V (como la de victoria, pero con la polla entre los dedos) y la palma de la mano al otro lado conformando un triángulo.
Ordeña: Agarra fuertemente tu miembro desde la raíz y presiona hacia el glande (pero sin llegar a él) para que aumente el riego sanguíneo en esa dirección; cuando adviertas que el glande se llena de sangre aguanta esta posición entre 2 y 3 segundos y comienza de nuevo. No, no debes agarrártela con fuerza; debe ser un apretón vigoroso, pero no intenso. (¿Y cuál es la diferencia? No sé, según el DRAE es prácticamente lo mismo). En cuanto a la velocidad del ordeño, es mejor hacerlo despacio para que la sangre fluya de manera uniforme. No, no, el movimiento debe ser lento si quieres que aumente el grosor, y rápido si quieres que aumente la longitud. Eso sí, no olvides calentar antes tu pene con una toalla caliente. No, no hace falta, perdona.
Duración del ejercicio: Con 5 o 10 minutos es suficiente. Nunca superes los 20 minutos. No, los 30. Si es menos de 45 no sirve de nada.
Frecuencia: Días alternos. Entre 3 y 5 días seguidos con descanso el fin de semana para que se recupere el tejido. Diariamente, el tejido se regenera por la noche.
Resultados: Los resultados serán visibles a los 3 meses, a los 4 meses, a los 6 meses, pasado un año o dos. Bueno, cada polla es un mundo, lo importante es la constancia, porque con dedicación aumentará entre el 15 y el 25% de su tamaño. No, no, el único estudio al respecto dice que máximo el 0,7 cm de grosor y 0,3 cm de longitud. En fin, mira, lo importante es que sea para siempre. Porque es para siempre, ¿no? Claro que es para siempre, porque los ejercicios provocan el crecimiento del músculo liso del pene. No, no es para siempre, si dejas los ejercicios el pene vuelve a su tamaño inicial, como las pesas en el gimnasio, por algo lo llaman faloculturismo.
Sin riesgos, efectos secundarios ni contraindicaciones: Puede que te aparezcan puntitos rojos sobre la piel que recubre el pene, pero no debes preocuparte; indican que los capilares sanguíneos (cito) «están sufriendo micro-roturas, lo que ocasionará que crezcan mucho más grandes la próxima vez, con capacidad para mayor cantidad de sangre y como bien hemos mencionado anteriormente, este es el principal objetivo de estos ejercicios, ya que es lo que ocasiona el aumento en el tamaño del pene». No, no, si te salen puntitos rojos es señal de que no has usado lubricante, no has calentado previamente o te has excedido con el ejercicio.
El efecto bate de beisbol (tu pene parece un ídem) y el efecto dónut o flotador (aparece una especie de almohadilla hinchada justo debajo del glande) suelen ser normales y nada preocupantes, en un par de horas se quitan. No, no, esto es preocupante, es un síntoma de que no se ha trasladado la sangre de manera uniforme por todo el pene y se ha concentrado ahí; lo importante es que cuando ordeñes, termines el movimiento más allá del glande. ¿Pero no habías dicho que el glande ni tocarlo? A ver, que esto son las indicaciones básicas, para aprender a hacerlo bien tienes que comprar el libro, el curso intensivo, el aparato complementario o el acceso a los vídeos. ¡No pretendas aprender por la cara!
Un método «comprobado científicamente»
El método jelqing no cuenta con la aprobación de ningún organismo sanitario porque no hay un consenso en cuanto al modo de realizar los ejercicios (como has podido comprobar), ninguno de los resultados conseguidos ha sido documentado científicamente y no existe ningún estudio científico que lo respalde. No obstante, sus defensores no dudan en afirmar que sí existen, aunque sean pocos, mencionando su título a ver si cuela.
Origen del jelqing
Suele citarse el estudio Penile size and the ‘small penis syndrome’ de Kevan R. Wylie e Ian Eardley como fuente del origen beduino de la técnica. Nada más lejos de la realidad. El informe no documenta el origen, lo que hace es criticar la existencia en Internet de técnicas para alargamiento y engrosamiento del pene que no tienen ninguna eficacia real, como el jelqing, al que se atribuyen orígenes árabes. Punto.
Reconozcámoslo: lo del origen beduino suena a cuento de Las mil y una noches, ¿no te parece? ¿Una técnica ancestral que solo se transmitía oralmente de padres a hijos hasta que en un rapto de bondad la compartieron con un hombre occidental que se encontraron cuando atravesaban el desierto en una caravana? Aceptamos barco. Lo que me cuesta aceptar es que los beduinos aumentan el tamaño de su miembro (¡hasta los 50 cm!) porque a sus mujeres les gustan grandes como en el famoso anuncio del Jes-Extender, ya que es costumbre practicarles la ablación o mutilación del clítoris para reducir su placer sexual.
Efectividad del jelqing
El estudio A pilot phase‐II prospective study to test the efficacy and tolerability of a penile‐extender device in the treatment of short penis llevado a cabo por el doctor Gilberto Chéchile, director del Instituto Médico Tecnológico y del Instituto de Enfermedades Prostáticas de Dexeus en Barcelona, suele ser citado como prueba de que el alargamiento y engrosamiento del pene con la técnica del ordeño es posible. Pues no. Este estudio, publicado en la revista British Journal of Urology International, pretendía evaluar científicamente los efectos del uso de un extensor de pene en concreto. Para ello, contó con la participación de quince voluntarios que lo probaron en sus propias pollas carnes durante seis meses. El resultado fue un aumento de la longitud del pene de entre 1.7 y 2.3 cm y ningún aumento significativo en el grosor, lo que llevó al doctor Chéchile a concluir que esta marca en concreto «puede considerarse como una opción de tratamiento mínimamente invasiva y eficaz para alargar el cuerpo del pene en pacientes que buscan tratamiento para un pene corto».
Explicación biológica del jelqing
Los defensores de esta técnica justifican su eficacia con dos argumentos biológicos basados en la fisonomía del pene que, como todo el mundo sabe, es un músculo (¡ejem!): rotura de tejido y ejercicio físico. Según el primero, el jelqing funciona «forzando la sangre a través del pene, que está compuesto de aproximadamente un 50 por ciento de músculo liso. Esta fuerza aumenta la presión interna en el músculo liso y otros tejidos, lo que estira la piel y crea «microdesgarros» en el tejido. Los tejidos pueden aparecer congestionados a medida que cicatrizan, lo que hace que el pene parezca más largo. Al igual que la construcción de músculo en cualquier otra parte del cuerpo, a través de este daño y reconstrucción controlados, el músculo liso crece. En el caso del pene, esto da como resultado una mayor longitud y circunferencia»; y añaden: «permanente».
El segundo afirma que el jelqing es un tipo de ejercicio físico, un entrenamiento deportivo del músculo. El aumento de la presión arterial y de la circulación sanguínea en el pene provocados por el masaje lo mantienen en buena forma física, por lo que cuando se deja el entrenamiento, los increíbles resultados obtenidos acaban desapareciendo con el tiempo, como cuando «dejas de entrenar en el gym».
Partamos de una base: por mucho que el sobrenombre popular del pene sea «el músculo del amor», NO es un músculo, aunque cuente con estructuras musculares como el músculo bulboesponjoso, que participa de la erección. Intentar ejercitarlo «ordeñándolo» como las tetillas de una vaca no te dotará con la verga de un toro: será como si tú mismo te estoquearas.
Efectos reales del jelqing: impotencia, lesiones y disfunciones eréctiles
Prestigiosos urólogos como el doctor Jamin Brahmbhatt afirman que esta práctica no solo es una total pérdida de tiempo, también es muy peligrosa:
Pérdida de tiempo. El jelqing aumenta la irrigación de sangre dentro de los cuerpos cavernosos del pene debido al incremento acelerado de la presión intravascular, provocando un engrosamiento intrascendente que desaparece cuando cesa el efecto vasodilatador.
Peligrosa. Los movimientos traumáticos repetidos característicos de esta técnica pueden causar Inflamación, irritación y dolor del prepucio y del glande (que a su vez causan molestias intensas al mantener relaciones sexuales, al orinar e incluso con el simple roce de la ropa), lesiones uretrales, cicatrices internas, daños en las estructuras vasculares encargadas de la erección, curvaturas y/o deformaciones que dificultan y/o impiden la erección y la penetración, acortamiento del pene y trastornos y disfunciones eréctiles como la fuga venosa, impotencia o la enfermedad de La Peyronie. De hecho, especialistas como el urólogo Seth Cohen advierten que cada vez más hombres acuden a sus consultas por problemas asociados al jelqing.
Debido a las críticas y las opiniones negativas de practicantes (que superan con creces las fotos del antes y después de los afortunados), los vendedores de esta técnica no dudan en afirmar que las víctimas se lesionaron por practicar mal los ejercicios, no porque sean peligrosos en sí. Puede ser, pero resulta esclarecedor que ninguno de los expertos en este método (repito, NINGUNO) sea un urólogo, partan de la base de que el pene es un músculo y sustenten la eficacia del método en estudios científicos tergiversados.
Quizá la práctica hace al maestro, pero yo que tú no me arriesgaría a engrosar las supuestas estadísticas de los practicantes de jelqing que han conseguido tener una polla un poco más grande a costa de no poder usarla.