Aquello de necesito tiempo y espacio se ha convertido en un cliché, sinónimo de ruptura. Y, aunque no siempre es así, tiene sentido; la misma frase indica una usurpación, coerción o coacción que, ya sea real o no, se siente (existe). Cuando alguien le dice a su pareja que necesita tiempo o espacio es porque no aguanta más esa relación. Puede que ese tiempo y espacio curen y sirvan para aprender a construir otra forma de convivencia, si se entiende que esas sensaciones de agobio son la causa del desbordamiento y colapso de aquellos sentimientos. Porque el amor vive de sentimientos que, a su vez, no nos pueden anquilosar en relaciones angustiosas.
Cuando se habla de relaciones de pareja saludables, lo normal es que la distancia sea un asunto a evitar. Sin embargo, lejos de ser el principio del fin, el espacio que momentáneamente separa une con más fuerza de la que podrías imaginar. Eso sí, forzarlo o imponerlo como método para mantener viva la pasión, quizá no sea lo más adecuado…
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La cuestión empieza por la lógica y el sentido común, aunque no es tan sencillo como parece: está claro que todos necesitamos un poco de tiempo a solas o con otras personas, en actividades o hobbies individuales, poniéndonos al día con los amigas, la familia, atendiendo a un curso de idiomas o aprendiendo cualesquiera cosas que nos motiven. Pero ¿entiendes ese tiempo sin tu pareja como algo consustancial a la relación o como una obligación para «respirar»?
El concepto de distancia en la pareja
La idea básica reside en que tengas un espacio y un tiempo sin tu pareja que sea compartible con ella, si bien esto no significa que necesariamente lo tengas que compartir. Quizá, una buena aproximación para entender una relación de pareja sana sea comprenderla como una gran amistad erótica, así:
- Cuando ocupas un espacio a solas o en compañía de terceros, en general, cuando disfrutas de un tiempo para aquello que deseas, constituye una experiencia en sí misma, por ende, algo de lo que puedes hablar, pensar o, simplemente, reírte posteriormente con la persona que amas. O no, porque no tienes que «rendir cuentas», pues la amistad y el erotismo son conceptos que no permiten imponer obligaciones…
- Disfrutar una relación pasa por entender a tu pareja, cómo interpreta y cuenta los acontecimientos (es más, si lo piensas, puede que esa interpretación tenga mucho que ver con tu enamoramiento) y, como consecuencia, también aceptar el hecho de que, en un momento determinado, no te los quiera contar. Eso forma parte de su libertad y comodidad, al igual que forman parte de las tuyas. Una relación de amor en la que se sienta la obligación de contar todo lo que a uno le sucede es asfixiante. Si se trata de comprender al otro, su voluntad y sus anhelos, los secretos se convierten en una adivinanza permanente con la que descubrir y entender a la persona que más se ama. Y es que el amor (la amistad) se funda más en la comprensión que en cualquier obligación o flechazo.
- No estamos hablando de «autonomía», que vendría a ser algo así como «imponer la ley de uno mismo»; fijar los días, diseñar los cuadrantes donde uno o una puede salir a tomar vinos con las amigas, ir al gimnasio o asistir a la clase de inglés con el fin de determinar unas parcelas exclusivas de la vida. Un planning así, probablemente, también te lleve a establecer un horario para tener sexo y, por qué no, el minuto en el que alcanzar el orgasmo para optimizar tu existencia. Si esto último te suena absurdo, quizá también te debería rechinar el resto.
- Estamos hablando de la distancia como algo que se da, esa ironía que se produce cuando, al terminar lo que te propusiste, el deseo te dirige inmediatamente a tu pareja para hacer algo inesperado (o planeado, años atrás). Reacciones no espontáneas, pero tampoco premeditadas, de algún modo permanentes que son harto significativas de la comprensión o, si quieres verlo con otros ojos, indicadoras de «confianza» (siempre y cuando esta se mire desde fuera, y no como un requisito dentro de la relación). Pero ¿qué ocurre si uno lo entiende así y el otro no?
No existen fórmulas, ni mágicas ni matemáticas, para las relaciones de pareja. Pero sí hay conceptos o líneas que las hacen más saludables.
¿Cuál es tu forma de vivir en pareja? ¿Se corresponde a lo que te gustaría? ¿Qué opinas? Deja tu comentario más abajo…