Bienestar sexual

Cómo afecta la apariencia genital en la satisfacción sexual de los hombres

La satisfacción sexual no solo está influida por factores individuales y relacionales, también por factores culturales. Así, la aceptación corporal de una persona puede estar sujeta a si cumple o no con determinados modelos sociales. Hoy conocemos que variables como la pornografía, las experiencias previas o la educación sexual recibida juegan un papel importante en la relación que tenemos con nuestro cuerpo.

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En el caso de los varones, el pene constituye a menudo un motivo de ansiedad e inseguridad. Si bien, la preocupación por su tamaño y forma no solo está presente en el mundo moderno occidental. Como podemos observar en el arte erótico de diferentes culturas antiguas, las dimensiones del pene también han sido objeto de atención y se han asociado, en general, a la fertilidad, la virilidad y la dominación. Baste recordar las representaciones de Príapo en la antigua Grecia y Roma o las imágenes explícitas en el arte hindú, por ejemplo, en los templos de Khajuraho. Actualmente, en Japón, el pene también es venerado en el Kanamara Matsuri (Festival del Pene de Metal), celebración de gran tradición y que se remonta al periodo Edo (1603-1867).

Difícilmente, pues, podemos aislar la historia de la humanidad de la cultura falocéntrica. La cuestión, a continuación, es explorar cómo influye o ha podido influir esto en la sexualidad masculina, en la relación de los hombres con su cuerpo y en su vivencia del placer erótico.

El pene varía mucho en forma y tamaño. Siguiendo la literatura científica, las dimensiones del pene pueden variar según la temperatura, el nivel de excitación y si hubo eyaculación previa. Así lo indica el doctor David Veale y sus colegas tras examinar 15.521 penes en su estudio publicado en el British Journal Of Urology International; concluyen que la longitud media de un pene humano en estado de reposo es de 9,16 centímetros, mientras que en estado de erección la media se sitúa en 13,12 centímetros. En lo que respecta al grosor, las medias oscilan en 9,31 centímetros en estado de reposo y en 11,66 centímetros durante la erección. Sin duda, la investigación, una de las más precisas hasta la fecha, arroja datos jugosos para identificar si los varones (y la sociedad, en general) tiene una imagen distorsionada sobre el tamaño de los genitales masculinos.

Por extensa que sea la información, hoy muchos hombres continúan creyendo que la satisfacción sexual dependerá del pene, ignorando otros estímulos. Y sí, como hemos repetido en infinidad de ocasiones, un pene más grande no significa un pene mejor o mayor satisfacción sexual. Para algunas personas, un pene más grande o en erección puede ser más estético, como lo puede ser para otras un pecho grande o pequeño. Hay infinidad de gustos.

Es básico subrayar que la mayoría de mujeres no tienen dificultades físicas o psicológicas para disfrutar de la penetración con un pene largo o cuya circunferencia es más gruesa que el tronco. Si bien habrá mujeres que encuentren la sensación de un pene grande en su vagina como incómoda e incluso dolorosa. Para la mayor parte de las mujeres, lo importante continúa sin ser el tamaño, sino el uso que se hace del pene en el encuentro erótico. Dicho de otra forma, usado con seguridad e interés por la pareja, cualquier pene podrá ser satisfactorio. Por tanto, no existe una relación consistente entre las dimensiones del pene y si proporcionará más o menos gratificación sexual. En relación con lo anterior, cabe asimismo señalar un aspecto ciertamente paradójico: pocos hombres consideran que habrá una mayor satisfacción para ellos en la masturbación o en el coito si tuvieran un pene más grande.

Las comparaciones con otros varones, a veces, pueden ser engañosas. Al fin y al cabo, un pene de menor tamaño cuando está flácido tiende a alargarse más durante la erección que uno que es más largo. A ello hay que añadir que las evaluaciones que realizan con respecto a otros varones, a menudo se realizan en baños y vestuarios, cuando el pene está flácido… o en el porno, donde predominan los penes grandes (y descomunales), los cuales son poco representativos de la población general.

Pese a la evidencia, muchos hombres continúan relacionando su autoestima con el tamaño de su pene. Necesitan el elogio por el tamaño o el refuerzo social a través de las representaciones culturales. Cuando el primero no existe o la apariencia genital no se adecúa a ese estándar, los varones pueden llegar a bloquearse. Así, la ansiedad por las dimensiones del pene se manifiesta frecuentemente con indecisión e incomodidad en el juego erótico. El resultado, por ende, es insatisfacción para el varón y para la pareja. Estamos, pues, ante una dificultad más psicológica que anatómica. Quien no ama su pene no podrá gozar sin barreras.

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