A veces, el sexo es gracioso… Todos, de una u otra manera, hemos arruinado alguna situación erótica de modo cómico; nos caemos mientras nos desnudamos, el gemelo se sube cuando hacemos la vaquera o nos golpeamos la cabeza contra la pared en el instante de mayor excitación. En muchas ocasiones, estos pequeños accidentes son consecuencia de un exceso de pasión (¡o de copas!). Pero, hay un caso en el que la comicidad se mezcla con la frustración de no consumar un gran orgasmo en pareja: y es que cuanto mejor es un cunnilingus, peores son las pasadas que nos puede jugar el placer oral. ¿Que no?
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Las 5 formas de arruinar el mejor cunnilingus
Estas son las personas y las anécdotas que nos han enviado. Si superas estas catástrofes, no dudes en dejar un comentario más abajo.
#5 Placeres caudalosos y asfixia pilífera
Lucía pasó de estar a punto de tener el mayor orgasmo de su vida, a coger las llaves del coche para llevar a su chico al hospital. Y es que el pobre casi se atraganta cuando un fino pelo del vello púbico se mezclo con…
Sí, chicas. Hay que tener en cuenta que puede que nuestra pareja no sepa manejarse ante un exceso de fluidos que, de otro lado, refleja lo bien que lo está haciendo. Así que, podemos contemplar la posibilidad de parar, reírnos y darle un beso por el esfuerzo.
#4 Excitación eléctrica
Cuando el sexo oral es tan bueno que nuestra espalda se arquea y nuestros músculos se tensan justo un poquito antes de llegar a ese maravilloso punto de no retorno; y nos mordemos el labio, y todo parece que va a terminar en un maravilloso estallido de placer, visualizando estrellitas… ¡Zas!, nos estrellamos contra ese dolorosísimo calambre que nos provoca una estúpida risa nerviosa que, a medio camino de la frustración, también acaba mosqueando a nuestra pareja. No, no has hecho nada mal. Todo lo contrario… Es lo que Ana le decía entre lágrimas a su pareja. Eso sí, confiesa que no sabe muy bien si lloraba por el dolor muscular o por haber perdido aquel momentazo…
#3 Nariz anticlímax
Otra Ana nos escribe contándonos que su novia quería aliviar el malestar de su constipado con su «maravilloso arte oral». Así que se puso lengua a la obra para demostrarle su afecto, cuando se percató de que su pareja estaba «doblada de la risa, intentando alcanzar un clínex para secar su barbilla de fluidos… ¡nasales!». A veces, ni el mejor sexo alivia la congestión.
#2 Cuando no es la vagina la que habla
Eva, de Gijón, descubrió que era intolerante a la lactosa, cuando Carlos (su pareja de toda la vida) le estaba haciendo un sublime cunnilingus, hasta que notó una leve reverberación en su barbilla… Y es que, incluso las mujeres más elegantes pueden tener reacciones físicas (por no decir ventosidades), tras la ingesta de productos lácteos.
#1 Gozos líquidos
En distintas ocasiones hemos defendido la naturalidad y el morbo del squirting. Pero cuando se trata de sexo oral, quizás nuestra pareja no esté de acuerdo. Eso sí, no nos parece que sea un motivo de ruptura, tal y como le pasó a Susana, una seguidora de Volonté. A ella, le respondimos lo siguiente:
El humor es tan parte integral e irrenunciable de nuestras vidas como lo es el sexo. Así que aceptemos que uno pueda absorber al otro, riéndonos o poniendo la cara de mayor concentración al tener el orgasmo más gracioso.
