Amor

Celos ¿para qué os quiero?

Las relaciones de pareja son complicadas… o quizá somos nosotros quienes las hacemos complicadas. En cualquier caso, estamos siempre a vueltas con la fidelidad (solo hay que mirar la trama de cualquier popular telenovela), y es evidente que celos e infidelidades son uno de los principales motivos de sufrimiento y, a menudo, de ruptura de muchas parejas. ¿A qué se debe esto?

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Celos

Fidelidad versus Infidelidad

La fidelidad es un concepto difícil de definir dentro de las relaciones de pareja, principalmente porque cada persona concibe la infidelidad de un modo diferente. Hay quien entiende por infidelidad un simple beso en los labios, mientras para otros esto sería únicamente cuando se mantiene una relación sexual. Por el contrario, también los hay para quien tan solo el sentimiento, aunque no haya contacto físico, sería suficiente para considerar que existe una infidelidad.

Por dicha razón, cada pareja debería conversar abiertamente sobre ello y pactar lo que considerarían una infidelidad dentro de su propia relación.

Sin embargo, a lo largo de la historia, hablar de infidelidad dentro del matrimonio ha significado hablar de adulterio, algo sometido a sus propias consecuencias legales y morales.

Un estudio llevado a cabo en más de 100 culturas diferentes reveló que el sexo extramarital está permitido únicamente en un porcentaje de poco más del 10%. Además, el 65% castiga más a las mujeres que a los hombres, y solo el 23% reciben el mismo trato por esta práctica.

Infidelidades y celos suelen ir de la mano, aunque no siempre es necesario que haya indicios de una infidelidad para que los celos estén presentes. Y es que la persona celosa no sufre por lo que ve, sino por lo que se imagina.

Los celos dentro de los mitos del amor romántico

Dentro del concepto de amor romántico fomentado por nuestra cultura patriarcal, los celos se suelen ver como un signo de amor: “si alguien siente celos es porque te quiere”. Esto tiene mucho que ver también con otro mito del amor romántico que identifica amor con propiedad y, por ende, exclusividad.

Ese tipo de creencias han normalizado los celos hasta tal punto que la línea que separa lo supuestamente “normal” de los celos patológicos es muy fina.

Los celos son una respuesta emocional (miedo, tristeza, ira…) ante la amenaza (real o imaginada) de pérdida de la pareja, por la aparición de una tercera persona.

Cuando nos topamos con alguien que sufre celos enfermizos no es fácil identificarlo al inicio. Suelen ser personas muy inseguras en quienes con frecuencia la situación se agrava lentamente, hasta llegar a niveles extremos y absurdos.

A menudo, los celos comienzan siendo un motivo para ejercer control sobre la otra persona. Poco a poco se van convirtiendo en relaciones de dominación en las que se supervisa la manera de vestir de la pareja, existe una vigilancia continua (como mirarle a escondidas el móvil, el ordenador, etc.), se hacen acusaciones, interrogatorios… Así, la persona celosa va intentando restringir la libertad del otro miembro de la pareja en todos los niveles.

Los celos extremos e incontrolables suelen dan lugar a reacciones irracionales y desproporcionadas por parte de quien los padece, de tal forma que acaban destruyendo la relación y pueden dar lugar a episodios de violencia.

¿Qué hacer cuando una pareja sufre por celos?

Cuando los celos se convierten en un motivo de discusión y malestar constante, es necesario trabajar en ello. A continuación, os dejo algunas recomendaciones que pueden ser de ayuda:

  • Descubrir exactamente qué es lo que está dando lugar a esos celos y por qué: ¿existe un miedo excesivo al abandono o a no encontrar a otra persona si tu pareja te deja? ¿Crees que necesitas pasar más tiempo con tu pareja? ¿Tienes miedo a que tu pareja se interese por otras personas? ¿Piensas que no podrías vivir sin tu pareja?
  • Analizar las ideas irracionales que dan lugar a esos miedos: ¿es tan terrible que tu pareja se interese por otras personas? ¿Es realmente cierto que no podrías vivir sin ella?
  • Fomentar que los dos miembros de la pareja conserven sus propias amistades y aficiones independientes de la relación.
  • Potenciar la autoestima, tanto de la persona celosa para que se sienta deseable y segura de sí misma, como del otro miembro de la pareja para que no se deje avasallar.
  • Y, por último, no olvidar que si no existe confianza en la pareja y los celos nos hacen sufrir, únicamente se pueden tomar dos caminos: buscar ayuda profesional para recuperar la confianza y que la persona celosa aprenda a gestionar los celos o acabar con la relación.

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