BDSM

Bricosado: Objetos caseros BDSM o cómo disfrutar del sadomaso sin gastar un céntimo

Vibradores, dildos, plugs anales, conejitos rampantes, masajeadores para parejas, bolas chinas, copas masturbadoras, simuladores de sexo oral, anillos vibradores, fustas, ruedas de Wartenberg, pinzas regulables, mordazas, arneses… Hoy en día, hay una oferta casi interminable de juguetes sexuales con materiales bio-compatibles que aúnan diseño, calidad, seguridad y funcionalidad.

Sin embargo, como ya hemos visto en otros artículos, usar objetos caseros para el placer es bastante común: el morbo de buscar una utilidad sensual en ellos o de construir juguetes sexuales personalizados para nuestras fantasías eróticas es demasiado tentador. Por ello, cada día hay más adeptos al Bricosado que no dudan en compartir sus morbosas creaciones en foros especializados: floggers con cables, prensas de pechos con tablillas de madera, mordazas de bola con un chupete de tienda de animales, palas de goma con chinchetas, dildos insertados en barras de acero… Todo un mundo.

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Bricosado

Quizá seas un manitas como el de «Bricomanía» capaz de fabricar un estimulador del punto G con un vaso de plástico y el cartón de una caja de cereales, pero en este artículo hablaré de algunos objetos caseros que podemos utilizar en sesiones de BDSM para principiantes sin necesidad de modificarlos.

Pinzas de la ropa

Este utensilio es uno de los favoritos de los amantes del BDSM por su sencillez y funcionalidad. Para elegir las pinzas adecuadas para ti, debes tener un punto en cuenta: a mayor presión, mayor dolor. ¿Y qué ejerce más presión?: plástico frente a madera, aunque si optas por las de este material, elige las que tengan un buen acabado sin astillas, para que no se claven en la piel. El ancho de la pinza, cuanto más fina, más presión. Obviamente ocurre lo mismo con la fuerza del muelle y también con la distancia entre este y la zona pinzada: a menor distancia, mayor fuerza ejercida sobre esta.

En cuanto a las zonas del cuerpo, las más comunes son los lóbulos de las orejas, los pechos (incluyendo los pezones) y los labios mayores de la vulva. Las zonas que nunca deberías pinzar son los labios menores, el clítoris, el cuello,  los testículos, el pene y el escroto, puesto que no solo provocarás un dolor muy intenso. También corres el riesgo de causar lesiones gravísimas. Ya sé que algunos amantes de la CBT o tortura genital masculina pinzan los testículos y el escroto pero, como ya te he dicho, este es un artículo para principiantes, por lo que no te recomiendo que lo intentes.

Considero que hay reglas inquebrantables en el empleo de las pinzas:

La piel debe estar seca, puesto que si está húmeda, corres el riesgo de que la pinza resbale y trinque una porción de piel más pequeña causando mucho dolor. En cuanto a la superficie a pinzar, a mayor porción de carne, menor será el dolor, aunque obviamente dependerá de la parte del cuerpo: las costillas, las ingles o la cara interna de los muslos, por ejemplo, duelen a rabiar.

No pinces la carne de frente, sino de lado; es decir, la zona de agarre debe ser la plana, no la punta, porque la presión es más dolorosa y además corta la irrigación sanguínea con mucha rapidez.

Si vas a pinzar un pezón, deja este en el espacio curvado que hay en la pinza. Algunos expertos en BDSM pinzan el pezón de frente con la parte lisa, pero insisto, este es un artículo para principiantes y las consecuencias de hacerlo mal son muy graves.

El tiempo máximo que debes dejar las pinzas puestas es muy subjetivo. Si bien, expertos como Jay Wiseman ponen el límite en una hora, hay que entender que dependerá del material de la pinza, la zona prensada y las características físicas del sumiso. La presión provoca isquemia, es decir, disminuye o corta la irrigación sanguínea de la zona, privándola de oxígeno. Si nos excedemos de tiempo, se corre el riesgo de causar necrosis o muerte del tejido. La mayoría de los practicantes de BDSM coinciden en que el límite debería ser 20 o 30 minutos, pero como te estás iniciando, comienza con plazos más breves y observa la reacción de la piel para saber cuándo parar.

Cuando cortas la irrigación sanguínea, los nervios se adormecen y aumenta la resistencia al dolor; pero al retirar la pinza, se recupera el riego sanguíneo y el dolor sacude con la fuerza y rapidez de un rayo; para minimizarlo, antes de retirarla da suaves masajes en la zona para estimular la circulación y continúa haciéndolo cuando la hayas quitado.

En el empleo de las pinzas y de cualquier otro objeto casero, debes cumplir a rajatabla las reglas del BDSM: sexo SEGURO, SANO Y CONSENSUADO.  A esto se suma la elección de los materiales, no todos son biocompatibles y puedes causar infecciones, alergias y lesiones graves. Utiliza el sentido común.

Otros objetos caseros para practicar BDSM

Palillos chinos de madera

Si te encanta que te pincen los pezones, los palillos chinos son un juguete imprescindible. Aunque también se fabrican de plástico, te recomiendo que los escojas de bambú con buena terminación, ya sabes que las astillas son muy peligrosas. Coge los palillos y únelos en los extremos con las típicas gomas elásticas de oficina. Cuanto más cerca estén las gomas del centro, mayor será la presión sobre el pezón; lo mismo ocurre con las vueltas que le des a la goma: a más vueltas, mayor será el agarre. Al igual que las pinzas, los palillos cortan la irrigación sanguínea, por lo que los consejos que te di antes son aplicables en este caso.

Rubber band o gomas elásticas

Hablando de gomas de oficina, son excelentes  para dar latigazos en el culo. El truco es extender los dedos índice y corazón o el pulgar y el índice, colocar la goma alrededor de ellos, tensarla y usarla como un tirachinas. El latigazo es muy doloroso, advierto, por lo que no lo recomiendo para amantes a los que no les guste el dolor intenso.

Cepillo de pelo

El cepillo de pelo es otro de esos objetos cotidianos que dan mucho juego en el spanking. Escoge uno de madera, liso y plano y azota con él en el centro de cada nalga. Algunos practicantes de BDSM también golpean con la parte de las cerdas; en este caso, elige las de materiales naturales y evita las de plástico, especialmente las que tienen bolitas en las puntas.

Zapatilla

Ah… la zapatilla, todo un clásico en los azotes caseros, sí, pero no vale cualquiera. Debe estar muy limpia para evitar infecciones (mejor sin estrenar) y tener suela de goma flexible, sin rugosidades, estrías ni tacón, pues pueden causar micro-heridas.

Palas de ping pong

También puedes practicar spanking con unas palas de ping pong de madera (recuerda: nada de astillas). A algunas personas les gustan las palas recubiertas de goma lisa, sin estrías ni rugosidades. No es mala opción del todo, ya que la goma amortigua los azotes, aunque no te recomiendo el PVC, puesto que es tóxico. La mayor ventaja de la pala de ping pong  es la amplitud de su superficie: al golpear, la intensidad del golpe se reparte uniformemente por ella evitando daños profundos que causan otros instrumentos como fustas o varas. En cuanto a su mayor desventaja, es la rigidez, que restringe el ángulo del azote. Si quieres saber más sobre ángulos y distancias, lee este artículo con ilustraciones: Las mejores posturas para un buen Spanking (azotar, dar nalgadas o chicotazos)

Goma de pelo o coletero

Las gomas de pelo o coleteros son ideales para usarlos como anillo sexual en la base del pene y los testículos (Carrete Filipino), ya que restringen la circulación y la erección dura más tiempo. Usa gomas de tela relativamente anchas, no solo son más agradables, la presión será menos intensa y evitarás posibles lesiones provocadas por la isquemia. Algunas personas las utilizan para enrollar todo el pene creando formas caprichosas de Shibari puesto que el roce de la tela y la presión ejercida son muy placenteros, pero debes tener cuidado y no excederte ni en el tiempo ni en la presión: por favor, recuerda los peligros de la isquemia.

Estas son mis propuestas, aunque hay multitud de opciones. Si te apetece compartir tus objetos caseros favoritos para practicar BDSM y el modo de utilizarlos, te leemos en los comentarios: somos todo oídos y piel.