Películas eróticas

El rey Alfonso XIII: El primer promotor del cine pornográfico español

El rey Alfonso XIII, bisabuelo de Felipe VI, es uno de los Borbones más polémicos, no tanto por su afición por las mujeres, sus hijos bastardos y su vida de lujo en el exilio, como por ser el primer promotor del cine pornográfico en España.

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El rey playboy o piernitas

Alfonso XIII nació en Roma el diecisiete de mayo de 1886 y fue bautizado cinco días después como Alfonso León Fernando María Jaime Isidro Pascual Antonio de Borbón y Habsburgo-Lorena, lo que no impidió que el pueblo, en vez de llamarle por alguno de sus nombres, prefiriese apodarlo «el piernecitas», por sus delgadas piernas.

Rey de España desde su nacimiento (aunque asumió la Corona al cumplir los dieciséis años de edad) hasta la proclamación de la Segunda República Española, el 14 de abril de 1931, se casó en 1906 con la princesa Victoria Eugenia de Battenberg, a la que conoció en un viaje al Reino Unido. El día del enlace, sufrieron un atentado ejecutado por el anarquista Mateo Morral, que lanzó a los recién casados un ramo de flores en el que estaba escondida una bomba, y que provocó la muerte de once personas.

Aquel acto terrorista pareció ser un augurio de lo que resultaría el matrimonio pues, aunque tuvieron siete hijos, no fueron una pareja apasionada y feliz. Sus relaciones se enfriaron definitivamente cuando se supo que ella tenía hemofilia, una enfermedad hereditaria que sufrieron dos de sus hijos y que provocó que dejaran de mantener relaciones sexuales tras el nacimiento de su hijo Gonzalo. De todos modos, fue la excusa perfecta de un hombre que fue calificado por la escritora Mercedes Salisachs como un «enfermo sexual».

El declive del matrimonio

Según el investigador Roman Gubern, «Para nadie era un secreto que las aventuras extraconyugales de Alfonso habían experimentado un decidido incremento sin marcha atrás, paralelo a la evolución de la descomposición de su matrimonio… Al igual que su padre Alfonso XII, era él persona escasamente selectiva a la hora de elegir eventuales compañeras de cama».

Aun sabiendo que Alfonso XIII mantenía relaciones con otras mujeres, incluyendo una familia paralela con la actriz Carmen Ruiz Moragas, la reina mantuvo la compostura el tiempo que reinaron juntos, aunque al final se consolaba con amigos como los duques de Lécera, tan íntimos que las malas lenguas hablaron de algo más que amistad.

Ya en el exilio en París, el matrimonio se enfrentó en el salón del hotel donde se encontraba (Alfonso XIII pasó su exilio alojado en hoteles de lujo de diferentes ciudades europeas, disfrutando una vida de excesos, que incluían safaris, coches caros y aventuras en la Costa Azul, sufragada con el dinero depositado previamente en cuentas bancarias inglesas y suizas); cuando él le exigió que dejara la amistad con los duques de Lécera con la frase «O ellos o yo», Victoria Eugenia respondió «Los escojo a ellos y no quiero ver tu fea cara nunca más», y regresó al Reino Unido.

Amantes e hijos bastardos

No es de extrañar que Victoria Eugenia de Battenberg acabara harta, por mucho que su marido le regalara una joya tras cada aventura extramatrimonial tratando de compensar sus infidelidades, pues no solo le era infiel asiduamente, también tuvo cinco hijos bastardos con algunas de sus amantes: Roger Leveque de Vilmorin con la aristócrata francesa Mélanie de Gaufrydi de Dorton; de su larga e intensa relación con la actriz Carmen Ruiz de Moragas, a María Teresa Ruiz Moragas y Leandro Alfonso Ruiz Moragas, quien consiguió en 2003 que los tribunales le permitieran usar el apellido Borbón. También concibió dos hijas con dos de las institutrices de sus hijos oficiales: la primera, cuyo nombre se desconoce, fue abandonada en un convento madrileño; la otra, Juana Alfonsa Milán y Quiñones de León, corrió mejor suerte, ya que el rey creó un fondo para que nunca le faltara de nada.

Según un interesante artículo publicado por Plàcid García-Planas, Alfonso XIII tuvo un sexto hijo bastardo con la actriz Carmen de Navascués, con la que mantuvo un romance en 1925: Carmen Gravina (también conocida como Mimmo), que se convirtió en una artista como su madre y a las que, según un informe confidencial de un agente de Mussolini, fechado en 1941, el rey pasaba una pequeña suma de dinero.

La anécdota de Anita Loos

Anita Loos, guionista de Hollywood que saltó a la fama en 1925 por Los caballeros las prefieren rubias, contó en su libro de memorias, Adiós a Hollywood con un beso, una anécdota relacionada con el rey que fue censurada en España en las primeras ediciones del libro.

Según Loos, Alfonso XIII acudió a una de las frívolas fiestas que se celebraban en la meca del cine. Cuando preguntó por el actor de comedia, Fatty Arbuckle, le contaron que este había sido enjuiciado por haber participado en una orgía en la que, supuestamente, violó con una botella de champán a Virginia Rappe, una actriz debutante que murió dos días después; y que, a pesar de haber sido declarado inocente, el escándalo terminó con su carrera en Hollywood. «Vaya, qué injusticia. ¡Si eso le podía haber pasado a cualquiera!», exclamó.

Su pasión por el cine

Una de las grandes pasiones del monarca fue el séptimo arte. Esta afición le llevó a montar un cine privado en el Palacio Real de Madrid, en el que no solo proyectaba las películas famosas de la época, sino también las películas eróticas y pornográficas que circulaban en la clandestinidad. Cansado, quizá, de ver obras pornográficas de otros, o deseoso de materializar sus propias fantasías, Alfonso XIII encargó a los hermanos Baños (referentes en el cine español y encargados habituales de grabar las apariciones públicas de la Casa Real), a través del Conde de Romanones, el rodaje de películas pornográficas.

Los hermanos Baños crearon la productora cinematográfica Royal Films (un nombre discreto donde los haya), con la que rodaron decenas de películas porno (algunas fuentes las cifran en 70) gracias al mecenazgo del rey y a su intensa creatividad y dedicación, ya que también participaba en el guion y en la elección de los actores y actrices, prostitutas y chulos portuarios del Barrio chino de Barcelona.

Por desgracia, todas estas cintas que el rey proyectaba en primicia en su cine privado del palacio y luego se exhibían (para alegría de sus súbditos) en la clandestinidad de las salas del Barrio chino de Barcelona fueron destruidas durante la dictadura de Franco. Bueno, todas no; los hermanos Baños conservaron algunas copias que fueron encontradas en un convento valenciano por José Luis Rado, exdirector de la Filmoteca de Valencia, que las cedió a esta, a principios de los 90, para su restauración, digitalización y conservación.

Las películas mudas recuperadas son El confesor (1920), cuyo protagonista es un sacerdote que hace algo más libidinoso que confesar a su ama y a las feligresas, durante los siete minutos de duración de la cinta; Consultorio de señoras (1920), que muestra, durante 60 minutos, escenas sexuales en el consultorio de un ginecólogo, protagonizadas por este, su mujer, la criada, el mayordomo y dos pacientes; y El ministro (192-), de 17 minutos de metraje, en la que una esposa debe «tragar» con el chantaje sexual de un político para que este no perjudique a su marido.

Ojalá algún día resurjan más cintas desaparecidas durante la Dictadura franquista; de momento, tendremos que conformarnos con estas tres interesantes obras, disponibles en el Archivo Cinematográfico y Videoteca de la Filmoteca de Valencia, que permiten conocer la desbordante y lujuriosa creatividad del rey Alfonso XIII.

Fuentes:
Revista Atlántica XXII. Nº 30, Enero de 2014. El rey pornógrafo. Aitor Iturriza.
Alfonso XIII: negocio, porno y sexo (nuevatribuna.es)
Alfonso XIII, “el rey ‘playboy” que se convirtió en el primer promotor del cine pornográfico en España | ICON | EL PAÍS (elpais.com)
La hija misteriosa de Alfonso XIII (lavanguardia.com)
Un rey rico, frívolo y derrochador – La Esfera de los Libros (esferalibros.com)