Penes grandes, muy grandes o enormes. El mero hecho de escribirlo intimida, nos llena de curiosidad, de orgullo o de envidia. En otra ocasión os di 4 consejos para hacer el amor con un miembro XL, y uno de ellos era «controlar la penetración», a ser posible en posturas sexuales en las que las mujeres dominen los ritmos del coito. Pero muchos seguidores me pedían ejemplos concretos con fotografías. Pues aquí los tenéis: compilados en un kamasutra en imágenes reales, con el que os propongo la secuencia para disfrutar del sexo con un pene grande, muy grande… ¡o enorme!
¿Preparadas?
Penes grandes: 5 posturas sexuales del Kamasutra
Todas sabemos que el tamaño no equivale a un placer determinado. Probablemente, el sexo es lo más opuesto al cálculo matemático, en todos los sentidos. Y como muchas veces os he dicho, la cuestión del placer coital reside en la forma en la que nos acoplamos, la manera en que ajustamos nuestros sexos y sanamente quedamos a la disposición de un placer sin fronteras.
1. Pene grande, lengua de gatito
Hay mucha gente que piensa que la mayoría de los problemas tendrían solución si tuviésemos más sexo oral. Podríais decir que eso no es más que un wishful thinking, un pensamiento desiderativo, dicho en voz alta cual pataleo. Y no os voy a quitar la razón, pero, de otro lado, no puedo dejar de explicar los placeres y la complicidad que aporta un cunnilingus. Y, cuando se trata de penes grandes, diría que es casi obligatorio como parte de los juegos sexuales preliminares.
Sentado sobre el suelo o recostado en la cama, le haréis entender con suma facilidad por donde empezar. Si os pusiera alguna excusa, relativa a la falta de dominio de la técnica básica, siempre podéis remitirle a este artículo: La receta del orgasmo con cunnilingus.
2. El caballito de feria
Una vez que su lengua haya provocado el despertar clitoridiano, y el condón cubre su maravilloso miembro, ya se puede pasar a la equitación. Si bien, os recuerdo que antes de ir «al galope», vienen «al paso» y «al trote».
Como os conté en otros artículos, esta postura es ideal para casi todas las mujeres… ¡y para casi todos los penes! Y es que es tan perfecta para aquellas que deseen explayar su ternura lentamente, como para las que disfrutan del dominio total de la situación. Esta es su ventaja esencial, pues permite gestionar el ritmo a gusto y conveniencia, y decidir los giros y balanceos cuando la excitación lo dicte. Lo cual se puede producir a menudo, pues la posición otorgará una estimulación constante de clítoris, Punto G… y mucho más allá, cuando se trate de miembros XL.
3. La estatua (versión cómoda)
Doy por sentado que la postura sexual precedente ha provocado que vuestro sexo esté, más que dispuesto, anhelante. Y con esto me refiero tanto a la actitud, como a que exista lubricación. Si la primera no se da, os recomiendo volver a pedir la lengua de gatito; ahora bien, si estáis deseando continuar, la falta de hidratación no puede ser óbice alguno. Existen maravillosos lubricantes a base de agua que él estará encantado de esparcir antes de pasar a la siguiente escena…
He insistido en que tengáis abundante lubricación antes de llegar a esta posición, precisamente, porque lo que más disfrutaréis es la dulce tensión que se genera en las paredes vaginales. Un ritmo continuado, y forzadamente lento por sus rodillas clavadas en el suelo, en el sofá o en la cama, os traerá esa sensación de plenitud que otorgan los miembros XL.
4. Misionero para penes grandes
Ahora que las puertas de los placeres de envergadura se han abierto al gozo, podréis descansar la espalda y continuar con esta sensual variante del misionero. Tan solo hay que elevar un poco las caderas, para recibir unas embestidas más intensas.
Con los sexos perfectamente alineados, las penetraciones serán más profundas, si bien, podéis frenar el calado cerrando sutilmente los muslos, siempre que las mismas os molesten. A estas alturas, lo más probable es que solo sintáis placer, pues su pubis también estará estimulando vuestro clítoris y, si no habéis alcanzado ya el clímax, estaréis a punto de disfrutar un buen orgasmo.
5. Los gimnastas
Tanto si habéis culminado, como si no, os reto a probar la siguiente postura del Kamasutra de lo imposible.
Os estaréis preguntando si esto va en broma o no. Pues bien, sí y no. Evidentemente, aunque pudiésemos adoptar estas posiciones de manera simultánea, lo cierto es que tampoco nos traería mucho placer. Pero, fijaros bien en la pose del hombre y, con vuestra imaginación, colocad sus piernas flexionando las rodillas por debajo de los glúteos de la mujer… ¡Ahora sí!, ¿verdad? Veníamos de la variante del misionero en la que el clítoris estaba recibiendo una frotación intensa. Con el cambio a esta postura, descansaremos la zona para deleitarnos con una estimulación puramente interna, sintiendo el molde del glande en cada incursión. Y esto, a su vez, puede ser la excusa perfecta para practicar edging…
¿Os atrevéis?