Siempre que visitamos una tienda erótica, ya sea física u online, encontramos miles de productos de diferentes características. Es normal que nos sintamos abrumados y que nos cueste decantarnos por uno. Estoy segura de que no soy la única que alguna vez ha hecho una compra y luego se ha sentido decepcionada por su nuevo juguete. Por eso he decidido recopilar una serie de requisitos que deberían tener los vibradores ideales para que vuestra compra sea segura y totalmente acertada.
Tu cuerpo desea suavidad
El primer requisito es que nuestro nuevo vibrador tenga un tacto suave. Piensa que estará en contacto con una de las zonas más sensibles de nuestro cuerpo y su material es importantísimo. Hay vibradores con texturas, fabricados en plástico duro, otros totalmente rígidos… Yo recomiendo un vibrador ligeramente flexible y con un acabado agradable y delicado.
Tu bolsillo quiere garantía
El segundo requisito es la garantía. Muchas marcas se desentienden con este tema, pero un buen vibrador también es una inversión y necesitamos sentirnos cómodos con nuestra compra. Además, un juguete sexual es un producto que está en contacto con nuestra piel, con lo cual tiene que haber pasado por distintos controles de calidad. Los productos LELO tienen un año de garantía y 10 años de garantía de calidad, así como el soporte post-venta. Si tu juguete falla y está en garantía te lo repararán o lo reemplazarán por uno nuevo. En el caso de que deje de funcionar en esos 10 años de garantía de calidad, tendrás un descuento del 50% para cualquier producto LELO. ¿Alguien da más?
La excitación necesita potencia
El tercer requisito es la eterna batalla entre pilas y batería recargable. Mi primer vibrador era muy sencillo, tan solo tenía botón de encendido y apagado y funcionaba con una única pila. Cuando por fin probé un vibrador con batería decidí que no volvería a usar ningún vibrador con pilas (¡en la vida!). ¿Por qué? Primero: la potencia es mucho mayor y no va disminuyendo a medida que se gasta la batería (lo cual sí pasa con las pilas). Segundo: es mucho más cómodo utilizar un cargador, que estar en contacto con las pilas cada dos por tres. Tercero: si vas a darle un uso regular a tu vibrador, vas a gastarte más dinero en pilas de lo que te habría costado uno con batería. Cuarto: los vibradores con batería son más potentes y te ofrecen más variedad de modos y velocidades de vibración, que van desde muy bajas, hasta altísimas. Quinto: causa un menor impacto medioambiental al no tener que utilizar pilas desechables (o sea, además de darte placer, ¡proteges el medio ambiente!).
La Tecnología al servicio de tus fantasías sexuales
El cuarto requisito: ¿es sumergible? ¡Sí y mil veces sí! Un vibrador sumergible te da pie a innovar. Puedes llevarte tu nuevo juguete a la ducha, a la bañera, al spa… Incluso puedes hacer actividades impensables con un vibrador que sea sumergible. A mí me encanta darme un baño con sales aromáticas y un par de velas junto a mi Soraya: ¡recomendadísimo!Sin ruidos… para el mejor orgasmo femenino (¡o masculino!)
¡Shhhhhhhhh! El quinto requisito de un buen vibrador es que respete nuestras necesidades. Lo ideal es un vibrador silencioso que nos permita usarlo hasta cuando hay gente en la habitación de al lado. Nadie quiere un vibrador que parezca una abeja zumbando, ni mucho menos un avión en pleno despegue. Debo hacer un apunte: los vibradores que funcionan con pilas acostumbran a hacer mucho más ruido porque la pila no tiene un lugar determinado, sino que el espacio es mayor que el volumen de la batería. Cada vez que el vibrador está en funcionamiento, la pila aprovecha las vibraciones para menearse de un lado a otro dentro de su hueco y choca con el material del vibrador. ¡Ese es el momento en el que el ruido arruina la posibilidad de alcanzar el clímax (todo sea dicho, uno de los grandes objetivos que tienen los juguetes eróticos). Además de que las pilas contaminan acústicamente el entorno destinado al placer y a la diversión, pueden llegar a ser tan cansinas que acabarás guardando el vibrador en el cajón de los móviles con antena.
Conclusión
En definitiva: un buen vibrador no tiene que convencernos solo con el precio. Su primera función es hacernos disfrutar y gemir de placer, y para eso tiene que adaptarse a nuestras necesidades: tacto, garantía, inmersión, potencia y silencio. Lo mejor de todo es que cualquier producto LELO cumple con todos estos requisitos y están dispuestos a regalarte un placer interminable.
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