Hoy la cosa va de relaciones. Antes de empezar, quiero compartir que, tal vez porque me he equivocado mucho, puedo escribir este artículo. Dicho esto, vamos con la máxima «cada relación es un mundo, y lo importante es que los acuerdos que sean, sean válidos para las partes».
En el universo de las relaciones, a menudo nos encontramos con dos conceptos que, aunque a veces se confunden, son muy diferentes: química y compatibilidad. Ambos son importantes, pero juegan papeles distintos y fundamentales en la construcción de una relación a largo plazo.
¿Qué es la química?
La química es esa chispa que sentimos cuando conocemos a alguien y nos llena de energía y entusiasmo. Es una conexión emocional que se siente de manera inmediata y suele manifestarse a través de:
- Emoción y entusiasmo: Te sientes lleno de energía cuando estás con esa persona.
- Curiosidad mutua: Quieres saber más sobre ella, te intriga, y te sientes motivado a compartir tus pensamientos y experiencias.
- Sentido del humor compartido: Te ríes de las mismas cosas y la comunicación fluye con facilidad.
- Atracción y deseo: Te sientes atraído físicamente y emocionalmente, lo que genera un deseo de estar cerca y compartir momentos.
La química es poderosa porque nos hace sentir conectados de manera instantánea y nos motiva a seguir explorando la relación. Sin embargo, aunque es una base importante, no es suficiente para sostener una relación a largo plazo.
¿Qué es la compatibilidad?
La compatibilidad, en cambio, es lo que mantiene una relación sólida y sostenible en el tiempo. Se trata de compartir objetivos y valores, estilos de vida que se complementen y una visión compartida para el futuro. Algunos ejemplos de compatibilidad pueden verse así:
- Valores personales alineados: Compartir creencias importantes sobre la vida, como la familia, la ética o la espiritualidad.
- Qué esperas de una relación: Tener una idea similar sobre lo que ambos quieren en la relación, ya sea formar una familia o mantener una vida independiente, pero compartida.
- Estilos de vida compatibles: La forma en que manejan su tiempo, sus aficiones, sus rutinas diarias; todo ello debe estar en sintonía para evitar conflictos a largo plazo.
- Metas futuras comunes: Como decisiones sobre tener hijos, dónde vivir o el estilo de vida que ambos desean.
- Convivencia armoniosa: Sentirse cómodos y facilitados en el día a día, sin sentir que la relación es una fuente constante de estrés o conflicto.
La compatibilidad es la base que permite que una relación crezca y prospere con el tiempo. Sin ella, aunque haya mucha química, la relación puede volverse insostenible.
¿Química o compatibilidad?
La química entre dos personas, aunque no exista compatibilidad, puede ser algo increíblemente intenso y maravilloso, un regalo de la vida. Este tipo de conexión permite vivir relaciones emocionantes, llenas de pasión y deseo, que ofrecen la oportunidad de explorar nuevas experiencias en lo más íntimo y sexual.
No todas las relaciones llegan a nuestra vida para convertirse en «el gran amor», y entender esta distinción es clave. Reconocer lo que hay desde el principio, sin expectativas irreales ni reproches, puede evitar sorpresas o sufrimiento. Disfrutar la química por lo que es, sin buscar más de lo que esa conexión puede ofrecer, nos permite vivir el momento con autenticidad y evita ese posible sufrimiento pensando que cada encuentro puede ser un «posible algo más».
Mientras que la química es ese sentimiento inicial de atracción y emoción, la locura máxima y el desenfreno que sucede en nuestra mente y traspasando nuestro cuerpo, la compatibilidad es otra cosa, es uno de los fundamentos que construye una relación y la sostiene en el tiempo. Entender la diferencia entre estos dos conceptos puede ayudarte a tomar decisiones más conscientes en tus relaciones y citas.
Química y compatibilidad, en una relación sostenible
Una relación a largo plazo se nutre de química y compatibilidad. La química es la chispa inicial que despierta el interés, pero es la compatibilidad la que proporciona el sustento necesario para que la relación evolucione y se mantenga con el tiempo. Es común que la química disminuya un poco con el tiempo, pero si existe compatibilidad, la relación podrá transformarse en algo más profundo y duradero.
First dates: ¿Cómo detectar química y compatibilidad?
Esa persona que te presenta tu amiga del alma o un nuevo e ilusionante match en la app de «conocer gente»… sea como sea, en las primeras citas, descubrir la química con alguien es súper sencillo. Si sientes curiosidad, emoción y conexión al hablar con esa persona, es una buena señal de que hay química. Si no sientes esa chispa en el primer encuentro pero tampoco notas señales de alerta, es buena idea proponer una segunda cita, ¿no te parece?. La química puede florecer lentamente en algunos casos, es cierto.
Por otro lado, la compatibilidad habita en capas más profundas del ser, toma tiempo para ser descubierta. No es algo que se revele en una sola cita, sino que se va construyendo a medida que conoces más sobre la vida, valores y metas de la otra persona. Es importante que en las primeras fases de una relación, una vez que notes química, también te centres en evaluar si esa persona comparte contigo esos aspectos importantes a largo plazo.
Reflexiones desde la conciencia
No seré yo quien te descubra que no es necesario tener química con todas las personas, pero sí es esencial identificar la compatibilidad con aquellas con las que sientes una conexión. A veces, el deseo de sentir esa chispa inmediata puede llevarnos a idealizar relaciones que no tienen una base sólida a largo plazo.
Al reflexionar sobre tus relaciones o citas, puede ser interesante sentir estas reflexiones desde la conciencia, no desde la mente que juzga y etiqueta:
- ¿Siento curiosidad y emoción al estar con esta persona (química)?
- ¿Compartimos valores y metas importantes (compatibilidad)?
- ¿Me imagino compartiendo un futuro con esta persona basado en nuestras similitudes?
La química es ese fuego que enciende una relación, pero la compatibilidad es la leña que la mantiene encendida a largo plazo.
Es importante disfrutar de la emoción inicial, pero también hacer una pausa para evaluar si hay una base sólida para construir una relación duradera. Al entender y distinguir entre química y compatibilidad, estamos más preparadas para sentir esas «decisiones conscientes» y disfrutar de relaciones plenas y de verdad, donde las dos personas vivan su autenticidad con todas las ganas.
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